29-¡Feliz cumpleaños, amargado!

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No lograba entender porque me encontraba tan nerviosa. «¡Por díos, ni que fuera la primera vez que hablaba con el amargado!»

Cuando estaba a punto de darme por vencida porque el estúpido contestador me manda a buzón, su voz masculina contestó.

_Pensé que no ibas a llamar.

Mi corazón dio un vuelco de emoción.

_¡Pero que feo concepto tienes de mi, amargado!_ me hago la ofendida, dejando salir una sonrisa divertida_ Tú sabes mejor que nadie que yo siempre cumplo mis promesas_ lo escucho reír a través de la linea. «Seguro está recordando todo lo que me ha hecho prometer y cumplir»_ ¿Estás solo?

_No. Mamá está escuchando detrás de la puerta de mi habitación, aunque... ¡puedo verla muy bien desde mi cama!

Suelto una suave risa, imaginando como la señora Elena se esconde detrás de la puerta.

«Quizas está pendiente de que su hijo se vaya para poder empezar a arreglar todo para la sorpresa»

_¡Yo no estoy escondida detrás de nada! ¡Solo pasé por aquí y escuché un poco, pero nada más!_ escucho como Elena grita para defenderse de la burla de su hijo y también escucho el "ajam" irónico que suelta Alex antes de volver al celular_ ¿Qué tal la cita con tu amiguito de la infancia?_ no me pasa desapercibido como dice la palabra "amiguito".

_No era una cita._ decidí aclarar no sé porque.

_Pues, creo que tu amigo de la infancia piensa todo lo contrario.

Pongo los ojos en blanco, porque eso no es verdad.

_Elías sabe perfectamente que la salida de hoy no era una cita. Además de que entre nosotros dos ya no puede pasar nada.

_¿Eso quieres decir que antes si pudo haber pasado algo entre ustedes?_ parecía interesado por saber la respuesta.

Dudo un poco, pero después de pensarlo, decido hacerlo.

_Sí, lo hubo.

_¿Sí, lo hubo? ¿Quieres contarme qué quieres decir con eso?

Hago círculos con mis dedos sobre la mesita de noche que se encuentra en mi habitación, mientras le cuento.

_Elías no solo fue mi vecino y mejor amigo de la infancia, si no que también, fue mi casi novio y mi primer beso. Pero ya no somos, ni seremos nada.

_¿Él te enseño a besar?_ fue lo que pregunto, dejándome confundida_ ¡Con razón!

«¡¿Estaba insinuando qué yo besaba mal?! ¡Ja!»

_¡Para tu información: sé que beso muy bien! ¡Y eso lo sé, porque muchos chicos universitarios me lo han dicho?_ después de soltarlo, me sentí avergonzada. «¡Había insinuado que me había besado con muchos chicos universitarios! ¿Dónde está su vergüenza señorita?»

_Mira mentirosita, así haya una chica que bese demasiado desastroso, jamás un chico le dirá que besa mal. Hay que ser muy hijo de puta para decirle a una chica que besa fatal_ explicó.

Lo fulmino con la mirada aunque no pueda verme.

_¡Tú lo hiciste! ¡Me lo dijiste a mi! ¡Me dijiste que no sabía besar! ¡Tú eres el hijo de puta aquí!_ calmo mis histéricos gritos para añadir_ Sin ofender a tu mamá. Ella no tiene culpa de haber traído a un monstruo como tú a este mundo.

"Entre Mentiras"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora