32-Novia.

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Recuerdo que cuando Rober y yo éramos pequeños mis padres siempre nos recordaban que no debíamos decir mentiras, porque ellas solían volverse nuestras peores enemigas. Luego del accidente donde aquel hombre les arrebató la vida a mis padres, dejándonos a Rober y a mi huérfanos, empecé a decir muchas mentiras, por lo que mi hermano siempre me castigaba, dejándome sin televisor u otras cosas que para mi eran importantes.

La realidad era que solía decir muchas mentiras porque quería llamar la atención de mi hermano y su novia, además, de que ingenuamente pensaba que de aquella manera le reprochaba a mis padres su abandono. Rober me enseñó que estaba mal y que eso no nos iba a regresar a nuestros padres. Había aprendido a no decir mentiras, al menos que fuera necesario. ¿Por qué les cuento esto? Porque hoy era el día en que mis padres cumplían 11 años de muertos, 11 años en los que los extrañaba y me arrepentía de no haberles dicho lo mucho que los quería, 11 años en los cuales no los había podido olvidar.

«Era una dura coincidencia que Alex cumpliera años el mismo día.»

Hoy lo único que quería era salir de casa, divertirme un poco, vivir mi vida como si nada pasará y olvidarme de todo, aunque todo fue en vano, porque un nuevo dolor acababa de sustituir esto que intentaba olvidar.

_¿Alex, lo qué dice la chica es verdad_ preguntó Max.

El amargado me miró antes de contestar.

_Sí. Fernanda es mi novia. Nos habíamos dado un tiempo hasta que yo decidiera regresar a Nueva York.

Todos los presentes estaban pendientes de la conversación, mientras que yo quería desaparecer del planeta tierra.

«¿Su novia? ¿Ella era su novia? ¿Pero... por qué no había dicho que tenía una novia? ¿Y pensaba regresar a Nueva York?»

_¿Y Casandra?_ volvió a preguntar mi ex-crush.

_Casandra tiene algo que decirte._ el susodicho me miró. Entendí perfectamente a lo que sé refería con esa mirada, sin embargo, antes de que yo pudiera decir la verdad, continuó_ Casandra y yo lo estábamos intentando, pero lamentablemente solo fue atracción del momento y terminamos hace unas semanas, solo decidió quedarse para ayudar a mamá con mi sorpresa. ¿Verdad, Casandra?

Asentí hacia Max y luego miré el suelo. No podía pronunciar palabra alguna. «¡¿Por díos, qué iba a decir?! Si la mentirosa aquí era yo y ella era su novia. Su jodida y verdadera novia.»

_¿Tu eres la chica con la qué mi novio intentó olvidarme?_ la novia pelirroja del amargado me miró de pies a cabeza e hizó una mueca. «¿Ella sabrá qué chantaje a su novio?»_ Alex, te di permiso de meterte con una puta, pero... ¿una niña?

_Fernanda...

«¿Puta? Hoy dos personas me habían llamado de esa manera y justo quién menos me lo había dicho, fue quién realmente me estaba siendo sentir de ese modo.»

_¿Max, puedes llevar a Casandra a su casa? Ya es tarde y yo tengo que hospedar a Fernanda.

_Yo puedo irme sola_ murmuré avergonzada.

_Ya es tarde para que te vayas sola. Max te llevará._ demandó el amargado sin mirarme, incluso iba a continuar, solo que su novia lo agarró, sonrió y lo beso.

Desvíe la mirada con el corazón apretado y seguí a mi ex-crush hasta pasar por el lado de todos nuestros compañeros de clases, quiénes habían presenciado todo. Ellos me miraron con lástima, menos Mariana, ésta por el contrario, sonrió burlona.

Entre al auto con Logan a mi lado.

_¡¿Qué le pasa a ese imbécil?! ¡¿Quiere darle un infarto a mamá?!_ se queja Max, enojado desde el asiento del conductor.

"Entre Mentiras"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora