Cuando te escogí, supe desde el primer día que me darías todo lo que esperaba de ti.
***
Quimera...
Así se llamaba la enorme casa de piedra ubicada en las montañas y rodeada de espesos árboles, que apenas dejaban pasar los rayos de sol. Quimera, el lugar de retiro de aquel pragmático hombre, emergía entre las sombras. Samara había aceptado acompañarlo y durante la semana anterior apenas había probado bocado por los nervios.
Un hombre de unos sesenta y tantos años, de perilla cana y nariz afilada y respingona, les esperaba en lo alto de las escaleras que daban acceso a la puerta principal.
—Bienvenida a Quimera, Samara. —Besó su mano y le sonrió con dulzura—. Es un placer conocerte por fin, mi nombre es Antón.
—Un placer, señor —le dijo entrando en la casa.
Antón abrazó a Dominic y luego a Luis.
—¿Todo bien, mis chicos? ¿Los negocios?
—Todo va como siempre, me alegro de verte, Antón. —Dominic pasó la
mano por sus hombros y la apretó con cariño.
Se quedó en mitad de un inmenso hall frente a unas escaleras de mármol que
daban a la siguiente planta. Un hombre del servicio descendió por ellas y tras saludarles educadamente les cogió sus maletas.
—El servicio os llevará el equipaje a vuestras habitaciones. —Pasó la mano por la espalda de Luis—. Vamos, hijos, tomemos algo en el salón, tengo encendida la chimenea y un estupendo coñac esperando.
—¿Los demás? —preguntó Luis.
—No llegó nadie todavía. Esos muchachos llegarán como siempre a última hora.
—La calma se acabará en el momento en que Carlo entre por la puerta. — Dominic se sentó junto a Samara en uno de los sofás—. Tengo ganas de verlos.
—Bueno, muchachita. —Antón azuzaba el fuego en una butaca muy cercana a la chimenea—. Tenía ganas de conocerte; Dominic me ha hablado mucho de ti. Una decena de cuadros de caza se distribuía por las paredes, y Samara observaba fascinada la decoración, las alfombras persas, los amplios ventanales,
los jardines que se veía a través de ellos. —¿Te gusta mi casa?
—Mucho, señor, es muy elegante —afirmó—. ¿Es una casa restaurada?
—Del siglo pasado. Esta casa tiene mucha historia pero sólo se llena de vida cuando mis muchachos se dignan a venir a verme.
—No hagas caso a mi padre, siempre quiso un varón y a falta de uno buenos son una docena.
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TRILOGIA VENGANZA- MALENKA RAMOS
RomanceDominic Romano es un abogado prestigioso, poderoso y seguro de sí mismo. Aunque posee todo lo que quiere, jamás ha podido olvidar a Samara, la joven que se reía de él en el colegio. Ella es la razón de su vivir, la ama con la misma intensidad que la...