Abotoné el penúltimo ojal de la camisa para después comenzar con las mangas. Mantuve mi vista en el ventanal de la habitación todo el tiempo, observando realmente nada. No podía apartar mis pensamientos de lo sucedido la tarde anterior.
Una y otra vez, el rostro de Rin aparecía en mi mente, cubierto parcialmente por su cabello castaño, mirándome con esos ojos achocolatados, el rubor en sus hermosas mejillas, sus rosados labios entreabriéndose frente a mí...
Las comisuras de mi boca se elevaron automáticamente. Definitivamente debería hacerle un monumento a sus frágiles pies. Nunca había sonreído tanto en mi vida como en las últimas veinticuatro horas.Me coloqué el saco gris oscuro y me dejé caer en el sillón de cuero blanco de la pequeña sala de estar con el que contaba ese cuarto. Aún tenía que permanecer en ese hospital, dentro de esas cuatro paredes, pero sinceramente podría quedarme internado allí por siempre sólo para ver a Rin todos los días. Le eché un vistazo al reloj en mi muñeca. Ocho y cinco. En cualquier momento llegaría.
Tomé el Ipad y me dispuse a revisar el correo electrónico. Aún tenía trabajo pendiente. Y además, debía actuar lo más casual posible, era probable que se ella se encontrara muy avergonzada aún. Y aunque me encantaba el rubor en sus mejillas, no permitiría que se sintiera temerosa conmigo. Todos los demás podían y debían hacerlo, pero no ella. No. No quería que ella me temiera...
Sólo esperaba que no se sintiera demasiado abrumada como para no presentarse hoy.Vi de reojo la pequeña caja negra en la mesa de cristal frente a mí. Jaken había hecho un trabajo decente. Sólo esperaba que fuera de su agrado...
Comencé a leer uno a uno los e-mails que tenía pendientes.Todo parecía ir correctamente, incluso sin mi presencia. Perfecto. Continué revisando los restantes, desechando los que no me interesaban. Invitaciones a eventos de beneficiencia; petición de entrevistas personales, demasiadas para mi gusto. Seguro tenían que ver con el incidente y no iba a perder mi valioso tiempo con eso.
Después de terminar con eso y leer las noticias actuales, revisé la hora. Pasaban de las nueve de la mañana. Fruncí el entrecejo. ¿Qué había pasado con Rin? ¿Acaso... Acaso había decidido evitarme?
No pude evitar sentir una punzada en mi pecho, quizá... También yo había tenido algo de culpa...Quizá no debí intentar besarla el día de ayer... Tal vez había sido demasiado apresurado para ella; porque aunque yo ya la anhelaba desde hace años; para ella yo era un completo desconocido...
Pero simplemente no pude evitarlo, tenerla tan cerca... Me había dejado llevar por mis más profundos instintos...Suspiré pesadamente, arrojé el aparato a un lado y me levanté del mueble. Regresé lentamente a la ventana atrapado por mis propios pensamientos.
¿Y si ella creía que yo era un maldito degenerado?
Tal vez por eso decidió evitarme el día de hoy...
Pero sus tiernas expresiones al estar cerca de mí... ¿Podrían significar algo?
¿O acaso... malinterprete su reacción pensando que podía sentir algo por mí?Yo podía ser lo suficientemente ególatra para hacerme creer eso...
¿Y si... Ella no sentía más que temor hacia mí por ser el dueño de este lugar?
¿Y si...
¿Y si Rin no sentía lo mismo que yo?
¿Y si me rechazaba?
¿Qué se suponía debía hacer? ¿Dejarla ir?Apreté los párpados en una mueca de disgusto.
No. No podría hacer eso. No cuando al fin la tenia relativamente tan cerca de mí. Simplemente no podría olvidarme de ella tan fácil. Nunca lo hice. Y aunque en su momento el orgullo pudo hacerme desistir. No cometería el mismo error dos veces.Me alejé de la ventana y tomé la caja de sobre la mesa metiéndola en mi bolsillo, dispuesto a ir en busca de Nakamura. Pero un toque en la puerta detuvo mis pasos. ¿Podría ser...?
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Inevitablemente, tú
FanfictionUn accidente logra volver a poner en su camino a Sāto Rin, reviviendo aquella atracción que en un principio le impidió olvidarse de ella, olvidar aquella hermosa sonrisa... Pronto descubrirán que sus vidas están unidas por una fuerza mayor que la p...