Al regresar a México mi hermana me ofreció pasar unas semanas conmigo. Estaba realmente preocupada y lo último que ella quería era que le buscara o me buscara. Pero tras una promesa de "sangre" al parecer al fin pude convencerla en que ahora ya estaba más centrada. Habían pasado 10 días desde esa estúpida llamada. Tenía un móvil nuevo. Un número nuevo. Y ahora solo me faltaba un camino nuevo. Hasta donde me había hecho llegar esa mujer.
Para el mes de marzo seguía doliendo igual que en diciembre, pero ahora tenía ese miedo de encontrarle en algún lugar. Está por demás decir que todos en mi grupo de amigos se habían vuelto locos cuando les conté lo que sucedió. Y más cuando en mi depresión les pedí disculpas si los había incomodado mi ser. Era definitivo, ella había terminado con mi autoestima.
-¡Taran!- llego Paulina con panfletos en mano- Adivina quienes han sido invitados a trabajar en el estudio de Henson?-
-¿Qué diablos haremos en Henson?- tome los papeles
-Básicamente necesitan a un ingeniero que sea músico, para trabajar con un cantante de country- sentía su mirada emocionada, mientras revisaba el material-
-¿Y porque no va Acadio?, o...-
-¡Porque quiero que vayamos nosotros!- salto imitando un berrinche- vamos, te pidieron a ti en particular - rio y efectivamente al final del especificaba mi participación- y yo quiero ir contigo pidieron un productor, quien fuera, y esa es mi definición "Paulina quien fuera" hizo un ademan en el aire
-Necesito pensarlo, no sé cómo vayan mis fondos para estar 4 meses en Los Ángeles-
-¿Si sabes que te van a pagar por el trabajo verdad?- se sentó en mis piernas- vamos, di que sí, analízalo, y di que sí, es una gran oportunidad. Al fin dejaremos de producir al menos por un tiempo pop e intentos de rap, vamos, vamos...-
-¿Cuándo debemos contestar?- y exploto en mil pedazos de la emoción
-¡Puedo llamar ahora!- asentí con la cabeza y ella ya estaba celular en mano.
Mientras guardaba mis cosas y acordaba con Sam las rentas y así mi mente, mi estúpida mente divagaba entre irme a despedir, o mínimo pasar frente al café. Pero en seguida regrese a la tierra.
El llegar a Los Angeles fue un respiro. Un respiro a todo, cambie mis trajes por camisas exóticas, mis zapatos de charol por convers. Era definitivo, era mi crisis después de un "rompimiento"
El equipo que se había juntado para trabajar con Chris era por demás bizarro. Yo había llegado como ingeniero, pero al momento de hablar con Chris, terminamos volviendo una que otra canción en country y por lo tanto ya era arreglista y escritor, Paulina era la mejor productora de ciudad de México, de eso no había duda, no dejaba ir ni un detalle y aun que eso le daba un poco de rasquiña su asistente de grabación lo llevaba con ahínco. Esta era una chica española, que había trabajado en el disco anterior de nuestro artista y conocía hasta donde podíamos meter mano, en fin que el demás equipo era nativo de ese estudio y eso le daba sazón a todo.
-¿Y de que la llevais hoy?- me pregunto Nerea mientras se preparaban para irse
-Creo que me quedare un rato más. Dije sin apartar la vista del computador- ¿Necesitabas algo?-
-Cenar- contesto haciendo un gesto como de "obvio"- aunque no estoy en contra de pedir algo- levante el rostro- sí, te estoy invitando una cita-
-Puedo verlo- reí- me gusta la comida china le guiñe el ojo-
-Dos órdenes del Fuyang, serán- saco el móvil con un gesto por demás coqueto.
Nerea y yo habíamos estado coqueteando el último mes, aunque para mi aún era complicado dar un poco de pie a todo. Aunque me encantaba mi trabajo, no podía dejar atrás todo lo que había pasado a principio de año, incluso había puesto todas mis cuentas privadas, no quería que por ningún motivo u error ella regresara con un curioso "hola" aunque quizá estaba pensando de más. En fin que esa cena se convirtió en cenas habituales, desayunos "por casualidad". Ya era un mes en esa estira y afloja y aunque pasábamos tiempo juntas, cada vez que llegaba la hora de los besos y el toqueteo simplemente me alejaba.
-Feliz cumpleaños- me susurro mientras me abrazaba por la espalda- vamos, que escondido lo tenías-
-¿Paulina?- asintió con la cabeza y ahora entendía la necedad de querer ir a beber durante todo el día
-¡Cha, chan!- me puso una pequeña caja enfrente- vamos, velo- y saque un collar en forma de estrella- es como tu tatuaje- señalo mi muñeca y casi había olvidado que estaba tatuada.
-Gracias- la jale frente a mí, y sucedió lo inevitable
-Jamás espere tanto un beso, de eso podéis estar segura- sonrió a milímetros de mí.
-Se me hacía agua la boca- susurre- pero...-
-¡Jooder!- se dejó caer en el banco de enfrente- "el pero" es la palabra más puta que conozco-
-Dímelo a mí- pedí un par de tragos- necesito decirte algo-y podía ver la decepción en su cara- yo no estoy preparada para una relación, y es lo que tú quieres ¿no?-
-Pues, sabes, no es que me quiera casar contigo, pero sí que quiero llevarte de la mano, ir a las cenas y decir, miren es mi persona, tu sabes, lo normal- y no pude evitar pensar cuanto desee que esas palabras salieran de alguien más. Nerea era bastante guapa, mediamos casi lo mismo pero ella era sumamente voluptuosa, tenía un cuerpo de muerte y su blanco era casi fantasmal, sus ojos eran verdes y su cabello naranja. Era divertida, súper ñoña, pero maliciosa. ¿Por qué no pude conocerle antes?
-¿No te importa que sea gay?- no pude evitar sacar esa estúpida pregunta de mi boca
-¿Eres gay?- rio a carcajadas- y yo pensando que erais un duende, a mí que jodidos me importa eso, me gustas, me encanta lo inteligente que eres, y me vuelves loca con ese peinadito ridículo y las poses chulas que usas en el estudio, ¡Dios! si me pajeo de nuevo pensando en ti de esa manera que me revienta el coño- y me partí de la risa- mira, bueno, que mínimo te hago reír-
-Te contare una triste, triste historia- suspire- hace un año me enamore- y su mirada ya estaba clavada en mi- pero no fue la persona indicada. Todo salió mal, mal fenomenalmente, a tal grado que termine disculpándome con todo el mundo por ser quien soy- y podía ver la incredulidad en su cara- No quiero entrar en detalles, pero eso hasta este momento sigue en mi cabeza, además de que soy muy imbécil y si debo de sincerarme aun la quiero, aunque lo niegue, al final de la noche cuando bebo es ella a quien le lloro-
-Por eso te habéis vuelto abstemia- señalo- pues que putada, y no por ti, que putada por esa cara nabo, que aun así le agradezco, de lo contrario quizá ni estarías aquí- levanto el vaso para brindar- ¿sigues en contacto con ella?- y ahora su actitud era un poco más titubeante- digo, que no hay problema si se torturan de vez en cuando, supongo que es normal-
-No, le hice una promesa y la estoy cumpliendo. Además, nos dijimos bastantes tonterías como para iniciar todo con un simple "hola"- tome su mano y la bese- lo lamento Nere-
-¿Y si te digo que no me importa? A decir verdad no estoy enamorada de ti, me gustas, y me gustas lo suficiente para insistir. Que tampoco te voy a obligar ni nadad. ¿Pero si solo nos damos la oportunidad?-
-Mi contrato dura solo hasta fin de año- dije como advertencia
-¿Podemos pasarlo bien hasta entonces?- se acercó peligrosamente dejando ese delicioso escote a milímetros de mis manos- Quieres que te presente mi cuarto, me ha dicho que quiere conocerte- sonrió maliciosamente.
Fue la mejor manera de terminar un cumpleaños, y que manera, que ella era todo un fuego, no nos alcanzó la habitación para las veces que lo hicimos, la cama fue pequeña para todas las veces que puse mi cara entre sus piernas.

ESTÁS LEYENDO
En el café
FanfictionLp y Green eran un ir y venir. Jamás podían quedarse en un solo lugar y tampoco podían estar juntas, era como si estuvieran malditas de algún modo y al mismo tiempo se pertenecieran.