Intente que todo siguiera normal y nos alejamos del sur de la ciudad. Pensé en que sería buena idea regresar a casa de mi hermana pero al final nos quedamos el resto de la semana. Salimos con los amigos, la lleve a donde se lleva a todos los extranjeros. Su Instagram explotaba de tantas fotos. Me sentía feliz de nuevo. Dos días antes de volver a Los Ángeles Sam me invito a beber, Nerea decidió quedarse en casa, quería darme tiempo con los amigos. Salimos, nos reímos bebimos, nos divertimos. Cuando estaba a punto de regresar mi camino tomo voluntad propia. Y para cuando quise aclararme la mente me estaba bajando de un taxi frente al café. No era tan tarde apenas seria la media noche y dos o tres rostros conocidos me vieron de pie frente a la puerta que ponía el letrero de "Cerrado"
-¡Espera!- dijo mi antiguo conocido abriendo la puerta para que pasara- espera que voy por ella-
-¿Lp?- la vi salir corriendo de la cocina
-¿Por qué sigues diciendo mi nombre como pregunta? ¿Cambie tanto?- y en mi voz se escuchaba hasta que nivel había llegado el alcohol-No sé qué hago aquí- me deje caer en una silla con los codos sobre mis rodillas intentando encontrar que decir.
-¿Quieres un café?-
-Tu café es horrible- y pude escuchar una pequeña risa
-Ya no es tan asqueroso, no te preocupes. No esperaba que vinieras-
-Pues yo tampoco, pero quizá fueron esas 7 cervezas las que me trajeron aquí- saque un cigarro- ¿Te molesta?- y fue como regresar mil años en el tiempo
-Sabes que amo tu olor a café y cigarro-
-A Nerea le marea el olor- reí- Nerea esta en casa pensando que salí a beber con Sam y yo estoy aquí, buscando a la persona que me hace mierda siempre-
-Es muy bonita- puso el café frente a mí- desde cuando...-
-6 meses, no soy tan rápida como tú- tome un sorbo y eso sabia igual que al café de mi casa- ¿Por qué eres así?- y las lágrimas se acumulaban en mis ojos
-Te dije que ya no era tan asqueroso- guardamos silencio un rato- Me he divorciado- soltó y solo podía reír y negar con la cabeza baja
-¿Cómo va la vida después de eso?-
-Solitaria- dijo apretando sus labios- pero es mejor, pude ser más yo. Quizá esta yo te guste más-
-Todas tus "yo" me gustan- susurre- antes de que me valla, quiero... quiero saber algo... ¿De verdad era tan difícil amarme?- y las lágrimas me inundaron. Su voz su olor toda ella me mareaban, la había añorado tanto. La amaba tanto. Y me dolía tanto.
-Fui la peor persona ese día. Acababa de hablar con Ed y habíamos firmado el divorcio. Creo que tuve miedo de todo y por primera vez en mucho tiempo me vi sola. En realidad no tenía miedo a nada de eso. Tenía miedo a que tú pasaras de mí en algún momento y me quedara de nuevo sin nada. –
-Eso no tiene sentido- recargue mi codo en la mesa porque al parecer mi cabeza no tenía fuerzas- recuerdo cada palabra y fue lo peor que me dijeron, incluso llegue a pedir perdón a mi familia, a mis amigos a todos por ser quien soy. Me destruiste por completo- ella apretaba sus manos, sus labios sus ojos. Sabía lo que había hecho, lo sabía.
-Solo fui una imbécil-
-Lo sigues siendo- dije intentándome poner de pie
-En.... En....- intentaba hablar sin llorar- en cuanto colgué me arrepentí... pero no tenía valor para buscarte después de eso. Así que pensé que debía ser mejor. Calmarme, ofrecerte algo, tener un plan y regresar a ti... pero tu... tú te habías ido... ni siquiera me leíste... no importo cuanto llame, cuanto te busque... no pude encontrarte después de ese tiempo- y me percate como el mesero y la cajera que nos conocían de más lloraban en un rincón del lugar. Éramos todo un espectáculo- si... si te pido... que te quedes.... O si te pido ir... ir contigo...-
-No puedo...- y de algún lugar me llegaron fuerzas para caminar y sentí como se aferraba a mi espalda. Me gire y en cuanto tuve de frente esos ojos hermosos no pude contenerme más y la bese. La bese entre lágrimas y ese beso me supo a vida a cielo, a lo que sabe un beso con el amor de tu vida- Evergreen, te amo. Te amé desde el primer café asqueroso que tome. Te amé cada mañana que desperté contigo. Te amé cuando tuve que esperar para que pudieras ser mía. Incluso ahora te amo. Y eso no tiene sentido. Pero así es... aun así no puedo... ahora tengo a alguien sabes... ella entra de la mano conmigo a cualquier lugar. No se avergüenza de mí. A todo el mundo le dice que soy su persona. No edita sus fotos poniendo solo un pie, o mi reloj. Ella me quiere. Y todos a mí alrededor le quieren.
-¿Y tú le quieres?-
-Le quiero lo suficiente y sé que ella jamás me dejara a la deriva- dije sacando sus manos de las bolsas de mi saco donde se había resguardado.
En cuanto subí al taxi la vi de pie... llorando... este era el final. No había nada más que decir. Nada más que poner en tela de juicio. Hasta aquí llegaba el "ella y yo" que no pudo ser "nosotras". Cuando baje para pagar al taxi saque una hoja de papel arrugada. Dentro tenía un arete en cruz amaba esos pendientes... y una nota... una estúpida nota que no tuve el valor de leer y termino rota en el sillón del taxi.
Me quede un rato fumando en el pórtico de la casa. Mientras todas esas letras de desamor sonaban en mi cabeza.
-¿Te ha llevado a la mierda la birra?- se sentó detrás de mi Nerea mientras me envolvía el cuello con sus brazos
-Un poco... -bese sus manos y apague el cigarrillo bajo mi pie- pero supongo que hacía falta
-¿Ahora te sientes mejor?- sabia a donde había ido, era demasiado obvio
-No lo sé... pero estoy aquí... supongo que lo logre-
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En el café
FanfictionLp y Green eran un ir y venir. Jamás podían quedarse en un solo lugar y tampoco podían estar juntas, era como si estuvieran malditas de algún modo y al mismo tiempo se pertenecieran.