Celine abrió la puerta del lugar e ingresó, con San siguiendo su paso. Lo primero en la lista de quehaceres pendientes era, en definitiva, hacer el currículum del chico, de otra forma todo lo demás sería en vano, y para ello necesitaban un computador. Inicialmente hubiese sido algo sencillo, pues un aparato de aquellos era parte de la lista de tecnología básica perteneciente a cada vivienda, sin embargo, en cuanto lo solicitó, San le confesó que lo había vendido para comprarse una cámara profesional.
Celine no dijo nada al respecto, pues no lo podía culpar por tener sus prioridades. Pero... ¿vender tecnología básica para obtener tecnología avanzada que llenase un vacío en él? ¿Acaso podría considerar la fotografía como su pasión? ¿En ese caso, estaría San pasando por su vida apasionada?
Imposible, quería matarse.
Por supuesto, era un punto a considerar... sin embargo jamás había conocido a un alma pasional que no supiese la verdad del mundo. ¿Podría la tristeza eclipsar la pasión? ¿Acaso la ignorancia podía cambiar con tanta relevancia la realidad de alguien? ¿Existía, entonces, la opción de que la pasión de San se activara ahora que sabía la verdad?
Lo cuestionaba. Mientras más tiempo estaba a su lado, más cuestionaba al sistema. Choi San era un enigma por resolver.
—Okay... —Celine suspiró en cuanto se encontraron listos frente a uno de los computadores del cibercafé más cercano—. Este es el primer paso, ¿bien? Necesitaré que me des información sobre ti.
La chica puso su vista sobre San, quien alzó las cejas y abrió notablemente sus ojos, tomado por desprevenido.
—¿Así sin más? —preguntó— Vaya... no sabía que los monitores fueran unos acosadores...
—¡Choi San! —le regañó por instinto, observándole luego con una incrédula sonrisa— ¡Por favor! Ni siquiera sabías que los monitores existían cuatro horas atrás —negó con la cabeza—. Además yo no quiero tu información, pero sea quien sea la persona que te vaya a contratar, te aseguro que la quiere.
—¿Acabas de decir que no te intereso? —el chico llevó una mano a su pecho, resentido.
Celine cerró los ojos unos instantes y respiró hondamente, intentando mantener la compostura.
—Choi. San.
—Presente. ¿Está bien si digo presente? ¿Ya estamos practicando? ¿Vas a contratarme?
Oh dios.
Celine abrió sus ojos e hizo contacto visual con él, mostrándose más seria que nunca; debía demostrar autoridad de alguna forma:
—Concéntrate —dijo—. Necesitamos hacer esto y nuestro tiempo aquí es limitado, deja de desviar tu atención.
—Lo siento —asintió bajando la mirada—, sucede cada vez que estoy nervioso. Creo que es una forma de defensa.
—¿Nervioso? ¿Por qué estás nerv-? —¿qué sucedería si los nervios lo atacaban durante la entrevista?—. Está bien, definitivamente debemos trabajar en eso también.
Celine guardó silencio y observó la pantalla frente a ella. No sabía cómo era posible, pero parecía que cada segundo que pasaba aparecía una tarea nueva en la cual enfocarse. No sería fácil. Sin perder la compostura, tomó una gran bocanada de aire y volvió a observar al chico, esta vez, con una mirada más suave.
—Escucha, vas a estar bien, ¿sí? —dijo—. Vamos a trabajar en eso y en todo lo que debamos. Pero ahora, en este preciso momento, necesito que me hables de ti para completar tu currículum. —Ambos hicieron contacto visual unos segundos y luego Celine volvió su vista al computador, posicionando las yemas de sus dedos sobre el teclado, lista para escribir todo lo que recibiera—. Adelante, no voy a juzgarte.
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BEYOND | Choi San
Fanfic" -Choi San, necesito que bajes de ahí. Tenemos mucho de qué hablar. " Celine, como todos los días, disfrutaba de un café en la azotea del edificio donde vivía, deleitándose con los pequeños placeres que su última vida le otorgaba. Había vivido tod...