HASTA LA MUERTE || *¿Cuánto Estas Dispuesto A Dar?*

2. - SHAUN

Era el mayor de tres hermanos, siempre se le dieron bien los estudios... y hacer la pelota. Siempre conseguía lo que quería, de pequeño se aprovechó bastante de eso. Era el mimado. El niño bonito. El favorito.

Era el mejor. Todos lo sabían, y todos se lo decían. Y eso le gustaba.

Ahora le gustaba demostrarle a los demás que él era superior.
En su familia siempre lo fue. Stacy, su hermana mediana, estaba prometida con un modelo. Mientras que la pequeña aún estaba en la universidad. A Shaun siempre le gustó pensar que trató a ambas hermanas igual de bien, aunque puede que dejara un poco de lado a Sophie. La diferencia de edad era mayor con ella que con Stacy, por lo que siempre que usaba su cara de niño bueno en beneficio de ella, puede que acabara perjudicando a Sophie sin darse cuenta. Pero Shaun siempre pensó que a Sophie eso le daba igual, y que tener hermanos tan exitosos desde edades tan tempranas le animaba a ser mejor.

Sus padres siempre estuvieron orgullosos de sus hijos mayores, pero no recordaba que alguna vez dijeran nada bueno de Sophie. Aun así, el ni siquiera sentía que Sophie fuera su hermana, simplemente compartieron casa durante su infancia. Shaun quería a Stacy, le gustaba estar con ella. Y puede que su yo pequeño alguna vez sintiera envidia de ella de hiciera alguna trastada en su contra. Le gustaba escuchar a sus padres regañando a Sophie, ella llorando mientras decía que no había echo nada, y luego Stacy se iba a jugar con él.

Ahora Shaun era un importante abogado y tenía buenos amigos. A uno de ellos lo conoció cuando le estaban dando una paliza, eran apenas unos adolescentes. Años después se lo volvió a encontrar y descubrió que era el hijo de su actual jefe.
El haberlo defendido años atrás hizo que su popularidad en la empresa subiera igual de rápido que su puesto. Pero aún así quería mucho a ese chico y lo defendería las veces que hicieran falta al igual que al resto de sus amigos.

Shaun sabia que había gente que lo odiaba, para él, eso eran celos. Su orgullo no le permitía pensar otra cosa. Su beneficio, y ahora el de sus amigos, era lo más importante. Y con ese pensamiento a Shaun le llegaba a dar igual perjudicar a otros.