11. - Las cosas se tuercen

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Rosie estaba caminando decididamente hacia Jacob cuando vio a otro chico acercarse a él. No pudo ver quien era debido a la distancia, así que se sentó en un banco cercano que les daba la espalda a los chicos y escuchó atentamente.
– Hola Jacob, quería saber si tenías algo que hacer, y si no es así, si querías dar un paseo o una vuelta, lo que tú prefieras. — A Rosie aquella voz que se escuchaba tan tímida e indecisa le resultaba muy conocida, pero por más que lo intentaba, no era capaz de recordar a quien le pertenecía aquella grave voz.
— No, no tengo nada que hacer. Shaun acaba de irse, lo de dar una vuelta me parece bien.
— ¡Genial! ¿Vamos?
— ¡Claro!
Rosie escuchó los pasos de los chicos alejarse. "Mierda" murmuró.

Intentó seguir a los chicos, pero había demasiada gente en el campus como para poder hacerlo, así que cuando los perdió de vista, se dio por vencida y volvió a casa. Intentó no pensar en que había perdido su oportunidad de hablar con el chico que hacía que su hermana, su otra mitad, ahora ya ni le hablase. No podía evitarlo, odiaba a ese chico aunque nunca se habían dirigido la palabra, y tenía un muy mal presentimiento sobre él. Pensó en el otro chico, el que sonaba nervioso, no podía sacarse esa voz de la cabeza.

Rosie dio mil vueltas en la cama mientras pensaba en esos chicos, hasta que cuando el reloj de su mesilla marcó las dos de la mañana, por fin recordó quien era la persona que estaba con Jacob.
— Turner... — Murmuró.

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Ambos se encontraban en el paseo marítimo. Estaba atardeciendo, lo que le daba a Turner más fuerza para lo que estaba a punto de hacer.

Turner llenó sus pulmones con todo el aire que pudo mientras observaba atentamente al menor. Realmente era muy bello. Dejó salir lentamente todo el aire en un largo suspiro. Ganándose así la atención de Jacob.
— Jacob... Tengo que contarte algo.
Sentenció.
— Dime. ¿Hay algún problema? ¿Estas bien?
La repentina preocupación del chico hizo que las piernas de Turner fallaran por un instante. Pero rápidamente se recompuso, no podía dejar que la dulzura de Jacob le ganara a la determinación que tanto le había costado reunir con la ayuda de Marc durante los últimos meses.

— No es nada de eso... voy a ser claro y sincero Jacob. — Turner volvió a llenar sus pulmones de aire, intentando reunir valor para hablar con Jacob. Agachó la cabeza y cerró con fuerza los ojos. Y apretando los puños para no volver a acobardarse, soltó todo lo que había estado callando durante tanto tiempo — ¡Me gustas! Me gustas mucho. Desde que te conozco me llamaste la atención pero no supe aceptar que estoy enamorado de ti Jacob. Te quiero, te quiero y tenía miedo de decírtelo, pero... solo espero que tú sientas lo mismo o que por lo menos no te alejes de mi.

No podía creerlo, después de tanto tiempo, por fin le había dicho a Jacob lo que sentía por él. Turner alzó la vista hacia su amigo, que le miraba con incredulidad. Una de sus cejas estaba alzada y finalmente sonrió.

— Estas de coña ¿Verdad? — Turner abrió los ojos, su peor pesadilla se estaba haciendo real. — Tiene que ser una puta broma.
— N-no... Es verdad.
— Joder tío ¿Eres gay? No me lo puedo creer ¿Tú? Pensaba que eras alguien respetable. Eras mi ídolo. Me encantaba estar contigo. — El tono de burla en la voz de Jacob era más que evidente.
— P-pero... ¿Porque no ibas a seguir estando conmigo? Igual es incómodo, porque no sientes lo mismo que yo... pero no tienes porque-
— ¿Crees que me voy a seguir acercando a un tío al que le gustan tíos? — Una risa sarcástica salió de los labios del chico al que Turner más amaba, que se acababa de convertir la persona que le había dicho las cosas más dolorosas que había escuchado en toda su vida. — Avísame cuando vuelvas en ti. No quiero que me hables hasta que te hallas acostado con alguna tía.
Jacob se dio la vuelta y se alejó de Turner.
— Hay una chica... Rosie, que está enamorada de ti. — Otra risa más salió de su boca e impactó cruelmente contra el corazón de Turner, cada palabra gesto o acción que salían ahora mismo de Jacob le dolían como si estuvieran clavándole mil cuchillos. — Creo que la conoces, erais amigos ¿no?

Jacob se giró para observar a Turner desde la distancia que había puesto entre ambos, esa distancia que estaba matando lentamente al chico de pelo rizado que se hallaba frente a él, soltándole todos sus sentimientos, y que él estaba pisoteando.

— Si te acuestas con ella, entonces ven a hablar conmigo. No quiero estar cerca de un gay, y mucho menos que me hable ¿Te imaginas que la gente empezara a creer que soy gay yo también? Joder... tú no lo pareces, de verdad que no me esperaba esto de ti.

Entonces Jacob se volvió a girar, alejándose de él. Pero un impulso hizo que Turner corriera y le agarrará del brazo. Jacob hizo un movimiento brusco para quitar la mano de Turner de encima, y la mano de este último quedó sobre la de Jacob.
— ¡Joder que asco! — Dijo Jacob mientras apartaba con brusquedad la mano del que fue su mejor amigo durante tanto tiempo. Fue su ídolo. Su ejemplo a seguir. Que ahora le estaba diciendo que estaba enamorado de él. Era ridículo, no podía ser. Los hombres tenían que estar con mujeres y las mujeres con hombres. Siempre había sido así. Por eso le daba tanto asco que ahora hubiese hombres tomados de la mano por alguna calle. No muchos, claro, eso era obviamente porque los que habían estaban mal de la cabeza, deberían ir a un psicólogo. Estaban todos locos, tanto los homosexuales como la gente que los veía normales. ¿Acaso era Jacob el único que no había perdido la cabeza en este mundo?
— ¡No quiero hacer eso! Rose es mi amiga. — Turner ignoró el gesto de asco de Jacob, no quería salir más lastimado de lo que ya le había dejado el chico que le estaba mandando a la mismísima mierda.
— ¡Pues búscate a otra tía, joder! Vete a un puto psiquiátrico. ¡Estás loco! No me toques joder. Creo que voy a vomitar si paso un solo minuto más contigo.
— ¡Mira, entiendo si no sientes lo mismo que yo! Pero ese no es motivo para decirme cosas tan crueles. ¡Yo no decidí enamorarme de ti!
— ¡Deja de decir que estas enamorado de mi porque NO LO ESTAS! Lo que estás es completamente mal de la cabeza.
Ahora ya no estaban hablando, estaban gritando. Y mientras que las lagrimas de Turner amenazaban con salir, Jacob solo seguía gritándole cosas hirientes.

Turner alzó la mano lentamente para aferrarse a la chaqueta de Jacob.
— ¡Que no me toques Joder!
Turner cerró los ojos con fuerza y calló al suelo. Un dolor inmenso invadió el lado izquierdo de su cara. Jacob no solo había despechado todos sus sentimientos, le había dicho que estaba loco, había dañado su orgullo y se había reído de él. Ahora también le había pegado un puñetazo.
— No te me vuelvas a acercar en tu puta vida ¿Lo entiendes? Aléjate de mi. ¡Te odio!

Jacob pronunció aquellas palabras lentamente, con la intención de que a Turner le dolieran. Y así fue. Las lagrimas del mayor no tardaron en derramarse por sus mejillas.

Jacob le dedicó una última mirada de asco a Turner antes de irse.

Y aquel gesto fue como otro golpe en la cara. Jacob se había ido después de romperle el corazón en miles de pedazos y le había dejado allí, en el suelo, con dolor en su mejilla izquierda.

Turner escupió toda la sangre que tenía en la boca al suelo, se limpió las lagrimas y se levantó torpemente.

Ahora debería de recoger todos los pedazos de su corazón y caminar hasta casa mientras lloraba e intentaba convencerse de que todo estaría bien, como siempre.

HASTA LA MUERTE || *¿Cuánto Estas Dispuesto A Dar?*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora