8. - KYLIE

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A Kylie nunca le había interesado hacer amigos. Odiaba a la gente. ¿Quien podía asegurarle que una persona, por muy buena que aparentara, no podía estar podrida por dentro.

Su padre era así, todo el mundo pensaba que era el hombre más bondadoso del mundo, dirigía una empresa bastante importante cuando ella tenía apenas un año, pero quebró cuando ella cumplió tres. Su mente tan infantil nunca llegó a comprender el porqué su padre, el que para el resto de niños era un héroe, para ella no lo era. Los héroes no pegaban por diversión, aunque cuando ella le preguntaba a sus madre el porqué de toda aquella agresividad solía recibir respuestas como "Solo está estresado" pero Kylie no recordaba haber escuchado nunca a cerca de un héroe que se deshiciera del estrés mediante pegar a su esposa.

Cuando Kylie aprendió a leer, un nuevo mundo se abrió ante sus ojos. Las historias que aprendía en los libros le parecían fascinantes. Aunque también le gustaba buscar información, y por más que leyó y leyó historias de todo tipo, nunca encontró una en la que un héroe golpease a nadie que no fuese el villano, y ella estaba convencida de que su madre no era una villana.

Pero su padre le quería, ¿no?

Kylie podía recordar con claridad el primer golpe que su padre dirigió hacia ella, recordaba haberse peleado con un niño en la escuela porque este le dijo que su padre había blanqueado dinero, pero ella decía que los héroes no hacían eso.

Defendió el honor de su padre hasta que llegaron los profesores, Kylie miró sus pequeñas manos llenas de sangre con atención, y se sentía bien, aquel líquido rojo que abrazaba sus diminutos dedos era cálido y no le hacía daño.

Pero su padre nunca le dejó darle una explicación. Él tampoco dio nunca una.

En cuanto Kylie volvió a casa escucho desde fuera los gritos de su padre, podía distinguir pequeñas frases como "¡Esa estúpida niña malcriada mandó a un compañero al hospital!" "¿Porque coño no pudiste criarla mejor?"
Al abrir la puerta Kylie vio los ojos de pánico de su madre, que se encontraba tendida en el suelo, temblando y con la marca de una bofetada en la cara. También vio los ojos de su padre, por primera vez tubo realmente miedo al verlo aproximándose furiosamente a ella. Su padre la agarró del cuello y la arrastró hasta adentro, la zarandeó mientras le gritaba cosas que Kylie no pudo entender debido al miedo que le apoderaba en aquel instante.

Finalmente, lo que ella nunca había vivido ocurrió.

Su padre le golpeó la cara, mandándola unos metros hacia atrás, escuchó su cabeza golpear con fuerza el suelo y sintió la picazón del golpe que le había propinado aquel hombre, a la vez que sintió un espeso líquido caer por su cabeza, sabiendo muy bien que era ese que aquella mañana le había llamado tanto la atención.

Dirigió su mirada a su madre, que había retrocedido hasta encontrarse en una esquina abrazando sus propias rodillas, ¿Porque no hacia nada? ¿Porque dejaba que todo eso simplemente ocurriera? ¿Acaso estaba imitándola a ella cuando ignoraba a su padre golpearla? ¿Esa era su venganza?

Pero ella le quería, ¿no?

Volvió a mirar a su padre cuando este volcó la mesa de cristal del salón, convirtiéndola en miles de trocitos transparentes. Cuando su padre salió por la puerta de la casa, su madre se levantó tambaleándose sin siquiera mirar a Kylie y comenzó a recoger los cristales.

La niña se dirigió a su cuarto y colocó su mano encima de donde su cabeza había impactado contra el suelo, llenándola al instante de sangre. Kylie permaneció un rato analizando aquel líquido y cuando alzó la cabeza y se vio al espejo que había en su habitación, se dio cuenta que había estado todo el rato sonriendo, era una sonrisa algo macabra, pero a Kylie le parecía bonita.

Kylie y su madre huyeron de su padre cuando la niña tenia unos diez años, fue entonces cuando comprendió que su padre nunca había sido un héroe, solo un villano con una muy buena mascara.

Pero entonces, ¿Quien era el héroe? ¿Acaso no había uno en esa historia? ¿Quien se suponía que debía salvarlas?

Se fueron a otro país y, aunque su vida ya no era tan violenta, seguía lejos de ser perfecta. Su madre quería que ella fuera perfecta, y eso era duro, y aunque la quería mucho, siempre discutían porque ella no era capaz de aceptar que Kylie quería ser libre. Por eso su madre le golpeó cuando se escapó de casa para ir al cumpleaños de su mejor amiga, o por lo que se deshizo de su gato cuando ambas estaban discutiendo y Kylie le dijo que hasta él era mejor que ella.

Pero la vida de Kylie había cambiado completamente. Ahora estaba en la universidad, tenía amigas, un piso que compartía con ellas y un gatito.

Y les quería, ¿no?
Por eso no iba a permitir que nadie les hiciera daño.

HASTA LA MUERTE || *¿Cuánto Estas Dispuesto A Dar?*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora