sᴀʟɪᴅᴀ ᴄᴏɴ ᴇᴍᴍᴀ

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La mañana siguiente me desperté con un mensaje de Emma diciendo que si quería quedar con ella para ir a merendar e ir de compras a la tienda que mencionamos ayer en la reunión de la ToMan. Obviamente accedí, Emma era muy buena persona y pensé que podríamos hacernos buenas amigas. Habíamos quedado a las cinco así que ese día me limité a a asearme y alistarme para ir a casa de Emma y dirigirnos a la tienda. Cuando casi era la hora saqué un poco de dinero de mis ahorros del trabajo de verano y salí de casa volviendo a revisar la ubicación que me había mandado Emma para no perderme por el camino.

Fui andando hasta su casa y toqué la puerta. Escuché unas voces tras la puerta, seguramente estaba hablando con Mikey. Después de un rato me abrió el rubio.

—¡Sho-chan! Mi hermana acaba de salir de la ducha, puedes subir a su habitación.— asentí y entre a casa, no sin antes recibir un abrazo de Mikey. Lo abracé de vuelta y cuando nos separamos me adentré en su casa subiendo las escaleras para ir al cuarto de Emma.— ¡Es la segunda a la izquierda!— gritó Mikey desde abajo refiriéndose a la habitación .

—¡Vale!— le contesté mientras tocaba la puerta de la sala que me había indicado.

—Pasa.— oí decir a Emma al otro lado. Abrí la puerta y ella estaba sentada frente al espejo de su tocador maquillándose. Cuando me vio entrar se abalanzó sobre mi y me abrazó.— ¡Bienvenida!— le sonreí y me separé sentándome en su cama.— Acabo de maquillarme y nos vamos.

—Vale, no hay problema.

Cuando terminó de retocarse el rímel insistió en que me pusiera un poco de brillo de labios. Al final accedí y me puse. Salimos de la habitación de Emma encontrándonos con Mikey en el sofá.

—Ya nos vamos, Mikey.— le avisó Emma mientras caminábamos cogidas del brazo como dos abuelas hacia la puerta.

—Traerme dorayakis, se me han acabado.— dijo con un puchero.

—Si encontramos te traeré un paquete, ¡Adiós!— salimos de la casa y caminamos por un rato hasta llegar al centro comercial en el que estaba la tienda.

Dimos un par de vueltas y comimos helado mientras hablábamos de cosas triviales. Pasamos un buen rato en el centro comercial hasta que decidimos dar una vuelta alrededor.

—Si, y luego me dijo...— habló Emma entre risas. Pasamos una buena tarde hasta que llegó la hora de volver a casa.

Me despedí de Emma y cada una volvió a su respectiva casa ya que íbamos en sentidos opuestos. Cuando por fin estuve en mi calle vi que había bastante gente apelotonada en un lugar, se escuchaban quejidos. Me asomé para mirar, ¿Que hacían ahi?

Baji y Chifuyu se encontraban pegándole una paliza a dos chicos. Mikey observaba como Draken dejaba en el suelo a otro y Mitsuya se encontraba a un lado de Mikey observando la escena. Cuando sintió mi presencia Mikey se giró sonriéndome, tenía la cara manchada de sangre, probablemente le había roto la nariz a alguien. Cuando se apartó del resto para caminar hacia mi pude ver con más claridad como Chifuyu golpeaba a un chico. Chifuyu no paraba aun que el chico ya estuviera en el suelo.

—Hola, Sho-chan.— me habló Mikey.— ¿Me habéis comprado los dorayakis?

—Si, Emma los tiene, ya estará en casa, nos separamos hace tiempo.— Mikey asintió feliz.

—¡Kenchin! es hora de irse.— al escuchar la voz de Mikey todos dejaron de golpear a los otros chicos y dirigieron su mirada hacia nosotros. Draken, Mitsuya y Baji vinieron hacia donde estábamos dejando a Chifuyu atrás. Me saludaron y acto seguido se fueron hacia sus motos subiéndose así en ellas.

—¡No tardes mucho Chifuyu, estaremos donde siempre!— le gritó Baji. Cuando se fueron caminé rápidamente hacia Chifuyu al cual le sangraba la nariz, tenía los nudillos rotos y sangre corriendo por su mejilla.

—¿¡Estás bien?!— pregunté tomándolo de la mano para ver sus nudillos.

—Si— respondió.— cuidado, te vas a manchar de sangre.— dijo apartando su mano.

—Ven.— dije volviendo a tomarle de la mano para arrastrarlo calle abajo hacia donde estaba mi casa.

—¿Shoko? ¿Que haces?— dijo mientras caminaba apresuradamente para igualarme y poder caminar a un lado mío.

—Te llevo a mi casa.— hablé cuando ya estuvimos frente la puerta.

—¿¡Que!? No no no, no hace falta.

—Si la hace.— dije sacando las llaves de mi bolso.

—No, me he peleado muchas veces y no me ha pasado nada, tranquila, de verdad.— me tranquilizó tratando de liberarse de mi agarre.

— Eso fue antes de conocerme, estas herido, solo te voy a curar, Fuyu. No muerdo.— respondí mientras abría la puerta.

—Pero están tus padres y...

—Mi hermana pequeña y mi madre están de compras y mi hermana mayor se ha quedado en casa de una amiga. No hay nadie.— subimos a mi habitación y lo hice sentarse en mi cama.— Voy a por el botiquín, vuelvo en un segundo.

Cuando volví con el botiquín cogí la silla de mi escritorio, la posicioné frente a el y me senté sacando un algodón y alcohol para desinfectar. El se quejó un poco cuando le desinfecté la herida de la mejilla.

—Tranquilo, solo escuece en el momento.— volví a presionar con el algodón y cuando lo aparté le puse una gasa y pasé a curar sus heridas de los nudillos. Cuando terminé por completo le dije que podía ir a sacarse la sangre seca de la nariz en el lavabo del baño y fue a quitársela. Cuando acabó, volvió a mi habitación donde me encontraba devolviendo la silla a su lugar. Al sentir su presencia levanté la cabeza y lo vi apoyado en el marco de la puerta observándome.

—Gracias por curar mis heridas.— dijo sonriendo levemente.

—No es nada.—. le sonreí de vuelta achinando los ojos.

—Tengo que ir con la ToMan. ¿Te importa so vengo a verte otro día?— dijo mirando cualquier cosa menos a mi.

—¿A qué te refieres?— pregunté divertida por su actitud tímida.

—Pues... como te gusta el manga pensé que también te gustaría el anime y... pues... podríamos ver una peli de anime juntos algún día.— sonreí ampliamente y asentí. El sonrió también y lo acompañé hacia la puerta de casa para que fuera com sus amigos.

—¡Nos vemos!— le dije viendo como se alejaba yendo hacia su motocicleta.

||readers; chifuyu matsunoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora