ʟᴀ ᴍᴀɴ̃ᴀɴᴀ ᴅᴇ ɴᴀᴠɪᴅᴀᴅ

3.2K 443 78
                                    

Había pasado una semana desde que fui a comprar un kimono junto a Emma. Esta vez me encontraba en la cafeteria de un centro comercial en la compañía de Mika y Akane.

—¿Cuando te vas a Europa?— le preguntó Akane a Mika.

—Me voy dentro de dos días, os echaré de menos, chicas.— respondió dando un sorbo de su chocolate caliente.

—Nosotras también.— hablé con una sonrisa.

—¿Cuales son tus planes para año nuevo, Shoko?— se dirigió a mi Akane.

—Voy a ir al templo con Fuyu, supongo que vendrán los demás también, no lo sé.— contesté.

—¿Fuyu..?— sonrió Mika recordando de quien hablaba.—¿El chico guapo del manga?— yo asentí y bebí de mi batido.

—¡Oh! ¡Entonces es una cita!— exclamó Akane.

—No... solo somos amigos.— aclaré tratando de calmarlas.

—Si... claro.

—Creo que es hora de que nos vayamos.— dijo Mika viendo la hora. Yo y Akane coincidimos y nos levantamos todas para salir del lugar pasando por delante de infinidad de tiendas.

Yo miraba a los lados encontrándome con mostradores de tiendas en rebajas por lo cerca que estaba navidad, pues la gente empezaría a comprar regalos pronto. Seguía mirando los mostradores con tranquilidad cuando vi algo que me llamó la atención en una tienda de joyería.

—Chicas... adelantaros, ahora vengo.— las llamé acercándome a la entrada de la tienda.

—Está bien, te esperamos en el banco de la salida del centro, no tardes.— dijo Mika con una sonrisa.

Me despedía de ellas con la mano y me adentré en la tienda saludando al dependiente encargado del mostrador.
*
*
Ya era veinticuatro de diciembre, el día de Navidad. Me levanté con bastantes mensajes deseándome felices navidades y los respondí todos con un igualmente acompañado de una carita feliz. Me bajé de la cama poniéndome mis pantuflas de andar por casa y dirigiéndome al baño deseándole felices navidades a todo el que se me cruzaba. Cuando me lavé la cara y estuve lo suficientemente despierta, bajé a toda velocidad a la sala de estar, donde se encontraba Misaki abriendo sus regalos y Kirari con los suyos ya abiertos viéndolos detenidamente. Quedaban tres regalos, todos míos. Llevaban un envoltorio colorido el cual arranqué sin mucho tacto.

El primer regalo contenía un llavero de peluche en forma de conejo acompañado por una funda de móvil de color azul pastel. El segundo regalo eran unos zapatos que había estado deseando desde hacía un año, me puso muy feliz verlos en mis manos. Y por último, los cinco primeros tomos de Berserk además de un llavero de One Piece. Me puse muy contenta por los regalos y no presté atención a que mi madre venía con otro regalo en mano.

—Shoko, han venido a dejarte algo esta mañana.— yo fruncí el ceño. ¿Quién había venido a dejarme un regalo de navidad? Tomé el regalo, que al parecer estaba envuelto muy torpemente y lo abrí encontrándome con un collar dorado con mi nombre grabado en cursiva dentro de un circulo con un corazón a un lado del nombre. Abrí los ojos como platos, era precioso, le estaba muy agradecida a quien cuera que hubiese dejado ese regalo.

— Mamá... ¿Quién lo ha traído?

Me encontraba corriendo hacia la casa de Chifuyu, por suerte iba lo suficientemente abrigada como para no pasar frío. Su casa no quedaba muy lejos de la mía pero aún así corrí hasta llegar frente al edificio. Toqué la puerta de su casa encontrándome con una mujer de pelo castaño que me abrió la puerta, supuse que era su madre.

—¿Esta.. Chifuyu... en casa?— hablé tratando de recobrar el aliento.

—Si... está en su habitación, déjame llamarlo .— la señora fue hacia la habitación de Chifuyu y lo vi salir con el ceño fruncido, probablemnte no se esperaba que estuviera en su casa en esos momentos.

El se acercó a la puerta y cerró tras el mirándome confundido. Cuando su mirada se posó en el collar que se encontraba en mi cuello pareció entenderlo todo ya que suavizó su expresión ahora sonrojándose hasta las orejas.

—Shoko...— habló mirando hacia otro lado. Me lancé a abrazarlo nada más pronunció mi nombre y el me lo correspondió rodeándome con sus brazos como de costumbre .

—¡Muchas gracias por el colgante! ¡Es precioso! Lo conservaré toda la vida.— dije con una sonrisa una vez nos separamos. El me sonrió de vuelta e iba a hablar, pero antes de que pudiera gesticular palabra, hablé en su lugar.— Aún así, no eres el único que pensó en un regalo.— mostré la mano que mantenía tras mi espalda. Esta contenía una caja de joyería envuelta en papel de regalo. Se la extendí y el la tomó entre sus manos frunciendo el ceño.— ¡Vamos! ¡Desenvuélvelo!— lo animé con una sonrisa.

Mientras el desenvolvía mi regalo yo recordé el día en el que lo vi.
*
*
Me adentré en la joyería en la cual vi esos pendientes a juego en el escaparate, un aro con un colgante en forma de sol y el otro con un colgante en forma de luna, eran para llevarlos a juego. Cuando los vi me recordó a que Chifuyu llevaba un pendiente en su oreja izquierda así que como regalo de navidad, pensé que sería buena idea comprarlos para que cada uno llevara el suyo.

Le señalé con la mano los pendientes que vi y el los sacó para enseñármelos más detalladamente, eran perfectos.
*
*
Chifuyu terminó de desenvolver el regalo y abrió la caja viendo que contenía los pendientes. Los ojos se le abrieron de par en par y levantó la mirada de la caja observándome incrédulo.

—¡Mira! Uno es para ti y el otro es para mi, así iremos a juego.— le sonreí sacando los pendientes de su caja para mostrárselos mejor.— ¿Cual quieres? ¿El sol o la luna?— pregunté sin dejar de sonreír.

—Shoko...— llamó mi atención y yo deje de hablar para escucharlo.— ¿Cuanto te han costado?— sonreí aún más al ver que se preocupaba por que hubiesen sido demasiado caros.

—Eso no importa, yo he aceptado tu regalo, sería de mala educación que no aceptaras el mío.— dije tratando de convencerlo. Finalmente asintió y sonrió ampliamente.

—¡Quiero el sol!— le extendí el pendiente de el sol y lo ayudé a quitarse el aro de plata que llevaba. Se lo puso y girando su cabeza un poco me enseñó como le quedaba, yo sonreí y levanté mis pulgares indicándole que le quedaba bien. Me quité el pendiente que llevaba antes y me puse el de la luna enseñándoselo a Chifuyu tras colocármelo.— Te queda perfecto.

—A ti también. ¡Hagamos una foto para conmemorar el momento¡— el asintió y yo saqué mi móvil para sacar una selfie de los dos mostrando nuestros pendientes a juego mientras hacíamos el símbolo de la paz con la mano.

—Mándamela cuando puedas.— dijo cuando le enseñé la foto que había tomado. Yo asentí y guardé el móvil en mi bolso.

—Bueno, yo me voy ya. Tengo más regalos que entregar.— dije despidiéndome con la mano mientras me alejaba. El se despidió con la mano también y salí encaminándome hacia casa de Emma, ya que tenía un regalo para ella y otro para Mikey.

No podía estar más feliz con mi pendiente y mi colgante.

||readers; chifuyu matsunoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora