Capítulo 6.

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- Pero me quieres.- Repite el moreno mientras me deja pequeños besos en la comisura de los labios.

- Pero hay veces que te mataría.- Le digo mirándole seriamente a los ojos.

- ¿Te puedo decir una cosa?.- Dice mientras retira levemente un salvaje mechón de mi cara.

- Dispara.- Le digo cerrando los ojos.

- No debes llorar por gilipollas. Y menos si ese gilipollas soy yo.- Dice soltando una pequeña risita.

- No me des motivos y no lo haré.- Le digo retándolo.

- ¿Pero enserio pensabas que iba a hacer eso? ¿Quién te crees que soy?.- Me dice haciéndose el ofendido.

- Tengo sueño.- Digo susurrándole muy bajito en el cuello.

- Eres un bebé siempre estás durmiendo.- Dice acariciando suavemente mi pelo.

- Soy tu bebé.- Le digo antes de acomodarme con las piernas tendidas en el césped de su jardín y la cabeza apoyada en su pecho, oyendo así todos sus latidos.

Cuando quiero darme cuenta he caído en un profundo sueño.

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*NARRA DANI*

Val se queda profundamente dormida en mi pecho.
Se ve tan adorable con los labios ligeramente abiertos y el moflete derecho aplastado literalmente. Mentiría si digo que cada vez que la miro no puedo evitar sonreír. Aún no puedo creer que no se de cuenta. No entiendo porque es tan insegura con sigo misma. Piensa que hay miles mejores que ella y lo que no sabe es que nadie puede ni siquiera igualarla.
Levemente abre los ojos y me alegra decir que por una vez lo primero que vio al despertar fui yo.

- Buenas tardes bella durmiente.- Le digo mientras depósito un beso en su frente.
Ella simplemente me sonríe y se estira como una niña pequeña. Después suspira pesadamente y esconde su cara en mi cuello.

- ¿Tienes hambre?.- Le digo mientras le acaricio el pelo suavemente.

- Si , vamos a preparar algo rico porfi porfi.- Dice alargando las vocales como una niña pequeña y lloriqueando.
Suelto una estruendosa carcajada y la levanto del césped para entrar en la cocina y intentar preparar gofres.

Cuando la veo con el delantal puesto y el pelo recogido en una cola no puedo evitar sonreír, se me hace imposible.

- ¿Quieres gofres?.- Le digo quitando importancia mientras saco la harina de la despensa.
No la oigo decir nada y cuando me giro para salir la veo con la boca abierta.

- ¿Enserio vamos a hacer gofres?.- Dice gritando y dando saltitos.

- Si quieres , claro.- Digo sonriéndole.

Cuando me quiero dar cuenta esta subida a mi como si de un koala se tratase.

- Te quiero , te quiero , te quiero.- Dice gritando emocionada.

- Me quieres sólo cuando te cocino eh.- Le digo riendo mientras se baja lentamente de mí.

- Pues ya sabes , vas a tener que cocinar más.- Me dice riéndose.

- Eres totalmente imposible.- Le digo sonriéndole como un tonto mientras niego con la cabeza.

Después de múltiples intentos fallidos sobre hacer gofres , acaban saliéndonos dos más o menos en condiciones. Nos dirigimos al salón , ella con el bote de nutella en las manos y una sonrisa diabólica pero adorable y yo con los dos gofres en una bandeja con los colacaos que hemos preparado para acompañar.
Deja el bote de nutella en la mesa de enfrente del sofá y se acerca a el marco con las fotos de cuando éramos pequeños. Pasa un tiempo mirándolas detenidamente.

- De pequeño eras más guapo.- Dice sentándose a mi lado con las piernas cruzadas.

- Tu de rubia también eras más guapa y no te digo nada.- Digo riéndome.

- Que no soy rubia.- Dice poniendo esa cara de enfado tan suya.

Comienzo a reírme y empezamos a devorar los gofres literalmente. Nada más terminamos , nos dirigimos al cuarto de baño para lavarnos la cara y las manos ya que hemos acabado pringados. Cuándo estamos delante del espejo se arregla la cola y una idea inunda mi mente. Rápidamente saco el móvil y abro la cámara.

-¿Qué haces?.- Dice intentando ver lo que estoy haciendo con el móvil.

- Vamos a hacernos una foto.- Le digo agarrándola de la cintura.

- ¿Qué? No.- Dice mirándose al espejo y tapándose la cara.

- No era una pregunta era una afirmación.- Digo mientras le acerco el móvil a la mano para que haga ella la foto.
Recibo una cara de enfado por su parte , pero acaba cogiendo el teléfono.
Me apoyo levemente en la curva de su hombro mientras le doy pequeños besos en el cuello. Ella ríe fuertemente debido a las cosquillas y entonces la foto se hace. Automáticamente, sin que ella haya pulsado nada. Rápidamente la abre y os juro por lo mejor que tengo que las fotos desprevenidas son las mejores que hay.

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