Capítulo 12.

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Capítulo 12.

Entro a clase una vez ha finalizado el recreo.
Veo como Jesús está sentado en su sitio y me mira intentando ocultar su risa.
Algo que ha sido un fracaso rotundo.
Le miro con cara desafiante y me siento.

- Los Oviedo deberíais de pagar las mentiras.- Le digo señalándolo con mi típico gesto de amenza.

- Seguro que nos forraríamos.- Dice riendo a carcajadas.

Y al final me acabo uniendo a su risa.

Cosa que no dura mucho , ya que la amargada de historia entra a clase con su simpatía descomunal.

Pasan las últimas tres clases sin mucho entretenimiento. Todo el mundo anotando cosas en la libreta o simplemente atendiendo a las explicaciones. Otros sin embargo, intentando fingir las dos últimas acciones , como yo.

Suena el timbre que indica el final del día y suelto un suspiro que ni si quiera sabía que estaba aguantando. La gente se levanta de las sillas formando un gran estruendo en toda la clase mientras charlan entre ellos sin ni si quiera inmutarse de que han dejado a la profesora hablando sola en medio de una frase.

Recojo mis cosas rápidamente, sumida en mis pensamientos.
Y la verdad que es el mismo tema al que he estado dando vueltas éstas tres últimas horas. No entiendo como media hora ha dado para tanto.

Dani , Dani y Dani llorando por mí culpa. Pensándolo un poco me siento culpable al haberlo tratado así, pero no empecé yo.

Un brusco zarandeo en mi brazo me hace salir de mi circulo tortuoso de pensamientos.
Levanto la mirada rápidamente y me encuentro con Jesús riéndose fuertemente de nuevo.

Os juro que el día que vea a llorar a este chico si que me va a impactar, incluso más que ver a Dani.

- Vamos deja de pensar en mi fotocopia y recuerda que a las cuatro quiero mis apuntes en casa.- Dice riendo mientras levanta una ceja con picardía.

- A veces dejaré de distinguiros por vuestra inmensa estupidez.- Digo haciendo un gesto un tanto raro con los ojos.

Jesús simplemente se ríe y mueve la mano con los cuatro dedos alzados antes de que Gonzalo lo coja de la mochila y salga corriendo con él a rastras.

Sonrío y niego con la cabeza.

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Apenas me ha dado tiempo a comer para poder copiar todos los apuntes antes de las tres y media.

Bajo a la cocina y acabo cogiendo una manzana para matar un poco el gusanillo.

Entro al baño y me deshago de la coleta para hacerla de nuevo.
Tengo algunos pelos bailando por fuera y no estoy dispuesta a estar recogiéndolos tras mi oreja todo el rato.

Me dirijo hasta la pequeña mesa de la entrada , cojo las llaves y me doy un último vistazo en el espejo.

Lo hago porque Jesús me ha hecho otra jugarreta y va estar Dani solo en casa. El hoy tiene clase de canto y aunque Dani a veces , medio obligado , le acompaña se que hoy no es de esos días porque sino no hubiese sido tan específico con la hora.

Recorro las dos breves manzanas que separan su casa de la mía. La verdad que con un ritmo un tanto pausado , no tengo prisa ninguna.

Y en más o menos veinticinco minutos estoy en la puerta de la casa de los Oviedo con la libreta de Jesús entre mis manos.

Antes de pegar al timbre escucho a Dani cantar a pleno pulmón la canción "mi marciana" de su queridísimo Alejandro Sanz.

Me río inconscientemente al imaginarme el panorama que se presenta en estos instantes dentro de la casa.

Pego al timbre y miro atentamente la libreta como si fuese el objeto más curioso del mundo. La vergüenza y la timidez se va ha adueñar de mí de una manera asombrosa.

Dani deja de cantar en el instante en el que mi mano hizo contacto con el timbre por segunda vez.

Oigo como carraspea la garganta y abre la puerta. Finge hacerse el sorprendido pero no funciona , creo que lo conozco demasiado.

- Hola... Yo sólo venía a devolverle esto a Jesús.- Digo alcanzándole la libreta.

- Jesús esta en clase de canto , ... Pero vamos pasa.- Dice Dani enredando su brazo en mi cintura para empujarme suavemente a entrar a su casa.

- Y tu las tomas por tu parte.- Digo riendo.

- ¿El qué?.- Dice desconcertado.

- Te he escuchado, mi marciano.- Digo remarcando las dos últimas palabras.

- Es cierto , soy más de tomar la clases a solas.- Dice riendo.

Breves segundos después se crea un silencio helado. Varias veces me planteo levantarme y poner alguna excusa para irme.

Y cuando logro encontrar una excusa decente , sucede.

- Bueno Dani , yo tengo que...- Digo levantándome del sofá antes de ser interrumpida por él.

- Tenemos que hablar.- Dice atrapando mi brazo con su mano para sentarme de nuevo en el sofá, pero esta vez un poco más cerca. Bastante para mi gusto podríamos añadir.

- Eh si , claro.- Digo acariciando mis manos nerviosamente.

El se percata de mi nerviosismo. No entiendo como en tan poco tiempo uno puede conocer tan bien al otro. El caso es que acerca una mano a la mía y la acaricia levemente, pero no la retira , las deja allí. Ni atadas , ni separadas. Simplemente juntas.

Abro los ojos, ni si quiera me había dado cuenta de que los había cerrado. Y primera vez, desde que he entrado a esta casa , le miro fijamente a los ojos.

- ¿Porqué no lo arreglamos de una vez?.- Dice enredando nuestras manos de una vez por todas , mientras yo me pierdo en el café de sus ojos.

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Atrasado pero mejor tarde que nunca💃🏻😁.

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