Capítulo 7.

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Acorrala mi cadera entre sus manos con glotonería.
Hunde su cuello en el hueco de mi cuello y sigue mirando y escuchando atentamente a su hermano.
Jesús hace varios minutos que ha llegado a casa y a comenzado a contarnos animadamente la tarde que ha pasado junto a Naza.
No sé si es intuición o es porque le brillan los ojos pero cada vez que habla de ella se le pierde la mirada.
Me da a mi que esta enamorado hasta los huesos.
Hablando de Naza la tengo más que olvidada.
Parece que estamos conectadas o algo porque en el mismo instante en el que lo pienso el móvil comienza a sonar en mi bolsillo.
Dani observa la pantalla del teléfono cuando lo saco del bolsillo y suelta una sonora carcajada.
Señala mi teléfono con la cabeza a Jesús y yo le enseño la pantalla mientras río con Dani.
El simplemente se sonroja mientras sonríe tímidamente.
Lo que decía , se nota a kilómetros que la necesita a centímetros.
Dani cede suavemente su agarre y salgo al patio para poder hablar tranquilamente con ella.

- Tia no te vas a creer lo que tengo qué contarte.- Dice alegremente. Conociéndola se que está sonriendo.

- Pues si que me lo creo. Más que nada porque ya lo sé.- Digo riéndome.

- Puto Dani.- Susurra flojo , pero lo suficiente para que lo oiga y ría a carcajadas.

- Cuando pensabas contármelo pillina.- La digo chinchando.

- Puede ser alguna de esas veces que te llamo y me cuelgas así por qué si.

Llámame loca.- Dice intentando parecer cabreada aunque ambas sabemos que es mentira.

- Loca.- Digo riéndome.

- Loca.- Dice repitiéndome en tono niña repelente

- Sabes que te gusta que te deje hablando sola.- Digo riéndome.

- Eres tan idiota a veces.- Dice riéndose junto a mí.

- Pero me amas.- Digo alargando las vocales y antes de que le de tiempo a contestar cualquier tipo de tontería le cuelgo.

En ese momento entro a la casa de nuevo para recoger mis cosas e irme. Creo que es hora de que pase una tarde entera con mi madre.
Nada más entro al salón los veo a los dos mirando los teléfonos atentamente. Me siento al lado de Dani le doy un besito en la comisura del labio y me levanto para darle dos besos a Jesús. Rápidamente Dani guarda su teléfono en el bolsillo del pantalón y se levanta para acompañarme a casa. He insistido en que puedo ir sola pero como es un cabezota ha acabado acompañándome hasta la puerta de mi casa.

- Pues bueno... Nos vemos cuando te de la gana de llamarme.- Le digo mordiéndome el labio para no estallar en carcajadas.

- Nos vemos cuando te de la gana de llamarme.- Me repite con un tono burlón.

- Eh , mi voz no es así.- Le digo indignada.

- Eh , mi voz no...- Dice con el mismo tono de antes , pero antes de que termine doy un pequeño empujón en el hombro.

- Eres tan idiota.- Digo riéndome.

- Pero me amas. Y nos vamos a ver mañana mismo , no en mi sitio preferido pero nos vamos a ver. Recuerda que aún no es verano y todavía nos quedan unas semanas de clases.- Dice sonriendo pícaramente.

- No quiero ir a clases. Y puede que te aprecie un poquito , pero eres idiota. Una cosa no quita a la otra.- Digo sonriéndole mientras se acerca a mis labios.

- Siempre puedo ser tu idiota aunque no me ames.- Susurra sobre mis labios antes de fundirlos en un corto y suave beso.

- Adiós, idiota.- Digo metiendo la llave en la cerradura.

- Adiós, preciosa.- Dice riéndose mientras se gira para volver a su casa.

Y entonces entró a casa.
Y la verdad es que no desearía haberlo hecho si hubiese sabido que esto iba a volver a suceder.

Anclarte a míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora