- Naza que yo sólo digo que no va a ser así, seguro que a aceptado a quedar conmigo por compromiso. - Le repito por decimoquinta vez a mi mejor amiga.
- ¿Crees que perdería una tarde por quedar por "compromiso"? .- Dice Naza dando de nuevo una patada a la misma piedrecita de antes.
- ¿Te recuerdo mi situación o qué?.- Le digo un tanto estresada.
- Ay Val piensa lo que quieras me tienes ya cansada menos mal que ya hemos llegado. - Dice tapándose la cara con cansancio.
- Adiós Naza , gracias por todo.- La digo antes de que me de un beso en la mejilla y se marche despidiéndose con la mano.Naza me ha dicho que Dani me esperaba en estas escaleras pero aún no hay nadie y supuestamente debería de estar aquí desde hace cinco minutos.
Pasan otros cinco.
Y otros.
Qué ilusa fui al llegar a pensar que perdería una tarde conmigo.
Me levanto de las silla para dirigirme a la parada de bus.
Y justo cuando termino de bajar todas las escaleras el rey de Roma aparece con la moto.
Si no me ve mucho mejor porque no pienso estar haciendo la tonta si le hubiese importado de verdad hubiese llegado puntual.
La suerte está jugando conmigo de una manera increíble últimamente oye.
- ¡VAL , VAL!.- Oigo gritar a unos pocos metros tras mí.
No te gires.
No.
Valeria por lo que más quieras ten un poco de orgullo.
Sigue tu camino.
Muy bien.
- ¡VALERIA POR DIOS ESPERA! .- Vuelve a gritar.
No me pienso girar.
No.
Me quedan menos de 15 pasos para llegar a la parada y el autobús esta justo en la calle de delante.
Que suerte la mía .
Retiremos lo último mejor.
O no.
- Espera -. Suspira soliviantado apoyando su mano en mi hombro justo delante de mí.
- No tengo a nadie ni a que esperar. Me voy. - Digo muy secamente apartando su mano de mi hombro.
Bien Val.
Lo estás haciendo bien.
Con un poco de suerte o te suplica de rodillas o te manda a la mierda.
Creo que tengo más papeletas para la segunda.
- Si tienes a quien esperar. Me tienes a mí. Y también qué esperar. La tarde que nos espera juntos. - Dice cogiéndome de la cadera y mirándome fijamente a los ojos.
No.
No Dani.
Daniel Oviedo no me hagas esto.
Espera.
ESPERA.
¿SE ESTÁ MORDIENDO EL LABIO?.
Esta es la puerta hacía el paraíso.
Volvamos a la realidad.
- Como he dicho antes , no tengo a quién ni a qué esperar.- Digo más borde que antes apartando de nuevo su mano de mi cadera.
- Dios mío que chica más cabezona.- Dice poniéndose las manos en la cabeza con cansancio.
- ¿Te puedes quitar de en medio por favor?.- Le digo intentando seguir caminando hacía la parada.
- No. - Me mira pícaramente.
Espera , ¿qué?.
¿Porqué me mira así?.
Mientras estaba intentando buscar una respuesta en mi cabeza a Daniel Oviedo le ha dado tiempo a pillarme en guardia baja y cogerme como un saco de patatas.
- SUÉLTAME AHORA MISMO.- Le gritó aporreándole la espalda con manos y piernas.
Que idiotez se perfectamente que no quiero que me suelte.
Valeria relaja las tetas.
- No te pienso bajar hasta que hagas lo que yo diga. - Dice tranquilamente caminando hacía las escaleras.
¿Pero como puede andar tranquilamente llevándome acuestas mientras le pego con todas mis fuerzas?.
- No pienso hacer lo que nadie me diga jamás.- Le digo mientras sigo pegándole y gritándole que me baje.
- Oh Val Val , como se nota que apenas me conoces.- Dice riendo a carcajadas.
Si supiese la de días que he espiado sus redes sociales y sus fotos de perfil y últimas conexiones.
Por no mencionar todas las veces que le veía por los pasillos.
O todas sus novias con cuerpazos de modelo.
Parezco una enferma.
No lo soy.
O quizás si.
Una idea brillante pasa por mi querida cabeza.
Acerco mi cabeza un poco a la parte del cuello y cuando más o menos piensa que me he cansado de protestar y pegarle le muerdo la oreja.
A lo que pega un bote y un chillido alucinante haciéndome caer al suelo.
- Estás loca , me has hecho daño.- Grita quejándose.
- Te había dicho que me soltarás.- Le digo a carcajada viva.
- Joder esto duele como su madre.- Se vuelve a quejar poniéndose la mano en la oreja.
- Qué poco erótico eres. - Le digo levantándome del suelo todavía riéndome.
- Ja ja ja , que graciosa. - Dice en tono irónico.
- Anda lila si tampoco puede doler mucho.- Digo hechando un ojo a la oreja.
La verdad es que esta un poco roja.
Un poco bastante.
Creo que me he pasado.
Soy una bestia dios.
- ¿Lila? Tengo todos tus dientes marcados en la oreja mira , los siento aquí.- Dice rozándose la oreja indignado.
- Per... Perdón yo... yo sólo quería gastar una broma para... para que me soltases.- Digo un tanto avergonzada poniéndome la camiseta en su lugar y avanzando de nuevo hacía la parada.
No viene.
No iba a venir.
Estaba claro.
El motor de la moto acaba de arrancar.
Que idiota he sido.
Me siento en los asientos de acero de la parada del bus.
Y justo una moto aparca delante de la parada.
-¿Pensabas que te iba a dejar sola por un pequeño bocado en la oreja?.- Dice sonriendo divertidamente.
- Pues sí, la verdad.- Le digo en un tono neutro.
- Pues no lo haría nunca , anda sube.- Dice alargando su mano para que la coja.
Vamos Val.
Sube.
Si no lo haces te vas a arrepentir.
Después de unos segundos de pelea entre mi mente y mi corazón acabo aceptando su mano y subiendo tras el en la moto.
- Agárrate que no muerdo.- Dice riendo mientras coge mis manos con las suyas y las coloca al rededor de su torso.
Me apoyo suavemente en la espalda y cierro los ojos al notar la brisa moviendo mi pelo hacia atrás.
No recordaba lo mucho que me gustaba montar en moto.
Cuando me quiero dar cuenta el motor a parado y me retiro rápidamente de Dani.
- Estuviste a punto de hacerlo.- Le digo mirando al suelo fijamente.
-¿Qué?.- Dice un poco confuso.
- Que estuviste a punto de dejarme sola.- Digo apartando la vista del suelo para mirar a sus ojos.
- Ya... Es que se me hizo un poco tarde... Estaba con Clau y cuando me quise dar cuenta ya era la hora.- Dice bajando la mirada hasta llegar al suelo.
Ouch.
Clau.
Es su más fresca ex y había rumores de que este fin de semana habían quedado y lo iban a volver a intentar.
Qué tonta fui en pensar en que Naza a lo mejor podía tener un poco de razón.
- Ah si claro , te entiendo. Yo si fuera otra persona no querría estar conmigo.- Digo lo más tranquila por dentro intentando relajar la tormenta que me quiere llevar hacía dentro.
- No. No es eso. Y no vuelvas a repetir eso. Es sólo que se me pasó el tiempo, soy muy despistado a veces. Lo siento.- Dice sonriendo con tristeza.
- No lo sientas , lo entiendo. De verdad.- Le digo con una mano agarrando mi teléfono y en la otra mi corazón.
- ¿Enserio qué dices eso de verdad? , es decir , ¿crees que nadie querría estar contigo?.- Dice agarrando mis manos con suavidad.
- Si... Siempre. No tengo buen cuerpo. No tengo buena cara. Ni tampoco buen humor. No soy la persona más divertida y simpática. Soy simple y aburrida. Entiendo perfectamente que nadie quiera estar conmigo.- Le digo suprimiendo mis ganas de llorar.
- Pues que sepas que no tienes razón, te juro que en algún momento alguien te va a valorar como mereces y va a hacerte ver lo mejor de ti.- Dice levantando mi cabeza y sonriéndome de nuevo.
Que pena que lo haya dicho para una tercera persona.
Que pena que no sepa lo que me atrae.
Que pena que hasta yo misma sé que esa tercera persona nunca llegará.- Ven vamos, estamos a punto de llegar.- Dice cogiéndome de la mano para caminar por un pequeño descampado.
Nada más que llegamos me tiendo en el césped verde bajo la sombra de un enorme árbol.
- Quiero saber más.- Dice mirando los pájaros que están en las ramas.
- ¿De qué?.- Le digo un tanto confusa.
- De ti , apenas se de ti. Sólo lo básico.- Dice riéndose en mitad de la última frase.
- Pregunta lo que quieras , te contesto a todo.- Digo cerrando los ojos de lo relajado que llega a ser todo esto.
- Vale. Número de la suerte.
- El seis.
- Color favorito.
- Morado o Azul. Me dan ratos.
- Cantante favorito.
- Sia.
- Canción favorita.
- Elastic heart , Sia.
- Te la cantaría el estribillo o algo por el estilo pero no se me da bien el inglés.- Dice riendo lo que provoca que mi risa salte al instante.
Justo cuando estoy apunto de quedarme dormida habla de nuevo.
- Deporte que mejor se te de.
- Mis padres dicen que la natación se me da muy bien pero estoy cansada de estar haciendo toda mi vida el mismo deporte y lo he aborrecido.
- Rubios o morenos.
- Que me quieran.
- ¿Que te quieran mucho?
- Prefiero que me quieran bien.
Silencio.
Más silencio.
Mis párpados pesan.
Pesan tanto que acabo quedándome dormirda.
Cuando quiero darme cuenta estoy en brazos de Dani a dos cuadras de mi casa.
Me estirazo un poco y me baja al suelo.
- Gracias por haberme traído a casa.- Digo dándole un beso en la mejilla. No sé porqué lo he hecho pero no ha sido forzado.
- No tienes nada que agradecer.- Dice sonriendo.
- Me alegro de que Naza te obligase a venir.- Le digo respondiéndole la sonrisa.
- ¿Cómo... Cómo lo sabías?.- Dice sorprendido.
- No lo sabía, pero tu mismo lo has desvelado.- Digo riendo y cerrando la puerta de casa.
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Anclarte a mí
FanficPor la libertad y las ataduras. Por los pájaros , las jaulas y las anclas. Las decepciones y el fracaso. Pero en nosotros.