Capítulo 8

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Mamá sigue llorando en mi hombro.
No puedo evitar que mis lágrimas patinen sobre mis mejillas.
No puedo evitar llorar en silencio mientras que mi propia madre solloza en mi pecho.
Es imposible no hundirse en esta situación .
Mi madre es mi cuerda y yo su ancla. En el momento en el que ella se rompe, yo me hundo.
Sigue susurrando entre sollozos que está sola y que lo extraña.
No para de repetirlo una y otra vez.
Y no me hace falta preguntarle ni tan sólo una vez sobre quién habla.
Se que habla de él.
De mi padre.
Se que ella no puede vivir sin él.
Se que por las mañanas estira el brazo por el amplio colchón para encontrarse con él.
Que espera a que le de los libros de la estantería más alta.
Y lo peor de todo es que esta esperando algo que nunca llega.
Y que nunca llegará.

- Cariño.- Dice absorbiéndo la nariz mientras se seca algunas lágrimas.

- Dime.- Le susurro muy flojo para que no note que estoy llorando , aunque se de sobra que lo sabe.

- ¿Puedes dormir hoy conmigo?.- Me dice levantando la mirada para mirarme por primera vez desde que llegué a casa.

- Claro. Hoy y todos los días que quieras mamá. Nunca vas a estar sola. Me tienes a mí.- Le digo mientras con mi pulgar le seco todo el sendero de lo que queda de sus lágrimas.

- Ya , pero... Yo... Yo lo necesito cielo.- Dice escondiendo su cabeza de nuevo en mi pecho.

- Lo sé mamá, pero lo tienes que superar. Y lo vamos a hacer juntas.- Le digo dándole la mano para tomar rumbo a la habitación.

Me meto en la bañera para relajarme con todo este tema. Me quedo varios minutos , aproximadamente una hora y cuando salgo estoy nueva.
Cuando entro a la habitación veo a mi madre ya acostada y durmiendo tranquilamente en la cama.

- Buenas noches mamá, te quiero.- Le susurro mientras le doy un pequeño beso en la mejilla.

- Buenas noches cielo, te quiero.- Dice muy flojo y noto como su respiración va más pesadamente.

Me acuesto a su lado y cierro los ojos , pero esta vez no puedo. Esta vez no puedo dormir y así paso la noche. En vela, viendo como mi madre habla en sueños y a veces grita. Así pasó la noche entera con el miedo de que vaya a hacer algo o le pase algo.

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*NARRA DANI*

Me despierto refunfuñando debido al sonido del móvil. Debo de apagarlo o silenciarlo por las noches. Lo desbloqueo y miro que tengo varios mensajes de Val. Rápidamente los abro con una sonrisa que se borra rápidamente de mi boca. Necesita que vaya a verla. Me levanto como un huracán de la cama y me visto rápidamente con lo primero que veo en el armario. Bajo rápidamente y me dirijo al garaje. Mamá y Jesús me preguntan a dónde voy con tanta prisa pero no puedo perder más tiempo. Cojo la moto y en menos de cinco minutos estoy en la puerta de su casa. Dejo la moto enganchada a una señalización y llamo al timbre.
Me abre la puerta Val. Se le ve cansada , triste. Se ve de lejos que ha pasado horas llorando. Lleva una sudadera ancha y los pelos recogidos a lo loco en un alocado moño. Rápidamente se esconde en mis brazos y no tengo otra cosa que hacer que abrazarla fuertemente. Le acarició en pelo mientras solloza en mi cuello mientras intenta pronunciar palabras que creo que ni ella misma entiende. Esta llorando con el corazón encogido y no sé que me ha dolido más, si verla así de destruida antes o verla llorar de esta manera.

- Sh , ya está nena. No llores más.- Le digo besándole la cabeza.

- Yo sólo... yo sólo quiero hacerla feliz y .- No la dejo terminar porque se había separado por un momento de mis brazos y estaba notando como se tambaleaba.
La atraigo a mí con mis brazos antes de que caiga.

- Tienes que comer algo. Vamos a entrar para que te prepare el desayuno.- Le digo seriamente mirándole a los ojos.
Y sin que responda la cojo del brazo y la llevo hacía la cocina. La siento en el pequeño taburete mientras rebusco en los armaritos de la cocina.

- ¿Qué te apetece?.- Digo sacando una taza para hacerle un colacao.

- No me apetece nada. No tengo hambre , no quiero comer.- Me dice mientras juguetea con sus manos y los ojos cristalinos aún.

- Vas a comer. A las buenas o a las malas , me da igual. Aunque te tenga que dar yo el desayuno.- Le digo seriamente.

Sonríe levemente y se baja del taburete para dirigirse al salón.

- ¡Sorpréndeme!.- Dice cuando la escucho caer en el sofá.

Suelto una carcajada un tanto amarga y empiezo a preparar las cosas como loco.

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*NARRA VAL*

Después de acabar de comer el descomunal desayuno que me había preparado Dani , nos encontrábamos tirados en el sofá viendo la tele.
Dani sentado como suelen hacer las personas normales en un sofá y yo extendida encima de él. Tengo un malestar constante ya que no he dormido nada. Me duele la cabeza a reventar. Siento punzadas repetidamente. Pero mi atención deja de centrarse en eso cuando Dani enlaza nuestras manos. Me acaricia la mejilla suavemente con la mano que le queda libre y sonríe levemente.

- Hasta cansada y con pelos de loca me encantas.- Susurra en un tono sereno , relajado.

- ¿Desde tan temprano mintiéndome?.- Le digo con una pequeña risita escondiéndome en su cuello.

- Yo nunca miento.- Dice intentando hacerse el ofendido.

- Lo acabas de hacer.- Digo terminando la frase en un incontrolable bostezo.

- ¿Desde cuándo no duermes leona?.- Dice acariciando mi espalda.

- Anoche no dormí nada, ya sabes.- Le digo mirándole a la mientras se me escapa una pequeña mueca.

- Podríamos hacer una siesta antes de comer y otra para después de comer, para reconciliar el sueño.- Dice riendo muy animado.

- Me parece buena idea.- Digo acomodándome en su pecho mientras cierro los ojos.

Cuando más o menos estoy profundamente dormida suena mi teléfono.
Bufo y me levanto para cogerlo. Es Naza. Lo cojo sin pensarlo dos instantes y se escuchan risas de fondo. Risas que me resultan bastante familiares.

- ¿Naza?.- Digo en un leve susurro para no despertar a Dani.
- Val mi niña. ¿Tienes algo que hacer?.- Dice riéndose aún.
- Que yo sepa no , pero Naza no acepto la oferta. Eres mi mejor amiga por dios.- Digo mordiéndome el labio para no explotar a carcajadas.
- Estúpida. Hoy hay fiesta en casa de los Oviedo. Jesús me ha dicho que vaya y yo te autoinvito.- Dice mientras por el fondo se escucha una voz masculina riéndose de ella. Y en ese momento lo entiendo todo. Jesús está con ella.
- Bueno pues dile que la cita doble esta lista. Cuando Dani se despierte vamos para allá. Va para largo así qué.- Digo riendo mientras me siento al lado de Dani para acariciarle el pelo.
- ¡Nos vemos esta noche guapetona!.- Grita Jesús mientras Naza refunfuña.
Y finaliza la llamada.
- ¿Quién era?.- Dice Dani con los ojos todavía cerrados.
- Naza y Jesús. Esta noche tenemos planes.- Le digo besándole la frente.
- Si son junto a ti me parecen bien.- Dice antes de acurrucarse en mi barriga.

Anclarte a míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora