Anclarte a mí

Capítulo 14.

" Y entonces noto esa presión de nuevo en el pecho. Un nudo que se ata más fuerte. Que me enreda y me atrapa en él. Que me deja sin aire. Las voces se escuchan de nuevo. Gritan a pleno pulmón alerta roja. Dicen que nada bueno se avecina. Que el amor lo pintan de rosa pero que al fin y al cabo el color caerá y quedará de nuevo ese color tan vacío. Esa oscuridad de nuevo. Y traerá con ella la soledad y los llantos desolados. Las noches en vela escuchando a birdy y el desamor en todas y cada una de las tazas de café. "

Me despierto aterrorizada en los brazos de Dani. Gritando. Otra vez los mismos sueños de siempre. La misma pared negra y la misma voz diciendo las palabras de siempre. Trece días consecutivos llevo soñándolo. Los mismos días que lleva papá sin pisar la casa.

Dani aparta mis lágrimas de la cara y ni siquiera recuerdo cuando comencé a llorar. Si lloraba ya dormida o ha sido cuando he despertado. Tengo miedo de que me haga daño. De que acabe conmigo. Estoy cansada de ser el objeto frágil y que poco me cuiden. Estoy cansada de mis inseguridades y de no saber en quién no y en quién si.

- No llores, estoy aquí.- Dice secando mis lágrimas.

- Tengo miedo.- Digo aferrándome a sus brazos. Deseando no soltarme nunca y quedarme allí por siempre.

- No tienes que tener miedo , estoy aquí.- Dice acariciando mi pelo suavemente y depositando varios besos en mi frente con cariño.

Pasamos así varios minutos. Naza y Jesús bajan de la habitación de él y pasan de largo. No se paran a preguntar porque Naza ya sabe que pasa y supongo que se lo habrá contado a Jesús. Nos miran con pena y salen de casa.

- ¿A donde van?.- Le digo a Dani con los ojos cerrados aún.

- Supongo que irán a dejar a Naza en su casa. Nosotros deberíamos hacer lo mismo. Tu madre me ha llamado hace un rato y estaba muy enfadada porque dice que no has cogido el dinero de esta mañana para la comida y no has cocinado nada tampoco. ¿Dónde has comido?.- Dice Dani con sus constantes caricias en mis mejillas.

- Me he comido el bocadillo de el desayuno y después antes de venir una manzana.- Digo levantando los hombros quitándole importancia al tema.

- ¿Crees que puedes aguantar casi doce horas con un minúsculo bocadillo y una manzana?. Ven a la cocina ahora mismo te voy a dar algo.- Dice tirando de mi brazo para levantarme. Se le ve enfadado pero no le entiendo. Al fin y al cabo , no tengo hambre.

- Dani ya como en casa. Si no ceno a mi madre le va a dar algo y va a imaginar cosas como que no quiero comer y blablabla. Ya espero un rato para la cena. De verdad.- Le digo acariciándole el pelo.

- Vamos anda que te acompaño no vaya a ser que te pierdas por el camino mocosa.- Dice enredando su mano con la mía. Uniendo nuestro pequeño puzzle.

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- ¿Vas a venir mañana a recogerme o voy a tener que irme con Naza andando?.- Le digo a Dani mientras meto la llave en la cerradura de la puerta.

- Prefieres que vayamos andando o en moto. - Dice apoyando sus manos en mi cadera para hacerme girar y acabar frente a él.

- Prefiero en la moto así no tenemos que andar tan temprano y llegamos más rápido.- Le digo riéndome. A veces la vagueza me supera.

- Te juro que no he visto a chica más vaga en la vida. A las menos cuarto más te vale estar lista sino entro y te llevo a rastras me da igual que estés en pijama.- Dice riéndose. Y como de costumbre le pongo mi cara de enfado que no perdura en mi cara ni dos segundos. Porque me acerca más a él, como si eso fuera posible. Y me sonríe. Y siento una guerra dentro de mí, diría mariposas pero siento un zoológico entero dentro de mí. Me duelen hasta los labios de sonreír tanto. Porque ha su lado quiero y puedo ser feliz hasta que duela. Porque al fin se lo que es necesitar y querer a alguien de verdad. Se lo que es enamorarse de hasta la parte de él que el puede odiar.

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- Mamá ya estoy en casa.- Grito nada más entrar. Dejo las llaves en la pequeña mesita de la entrada y me encaminó al salón. Me tiro bruscamente en el sofá y suspiro. Esto es vida dios.

- Valeria ven aquí ahora mismo.- Me grita mi madre desde la cocina. Suspiro pesadamente y me levanto a tintas del sofá.

- Hola mamá. Si el día me ha ido genial , ¿y el tuyo?. Oh no sabes cuanto me alegro enserio.- Le digo con ironía riéndome. Ella al principio se mantiene sería para intentar regañarme por cualquier tontería que haya hecho hoy , pero a medida que iba hablando no a podido aguantar acabar riendo a carcajadas.

- Señorita me puede explicar porqué no ha comido hoy.- Dice riéndose aún. Me gusta verla así. Me gusta ver que aunque todo haya cambiado nuestros momentos de risas hasta acabar llorando nunca se esfuman , y espero que jamás lo hagan.

- Jesús y Dani tienen la culpa de todo. Jesús por amenazarme con que si no le llevaba la libreta a las tres y media y Dani por...- Comienzo a decir pero no me deja continuar , porque ya lo va a hacer ella.

- Y Dani por tenerte tan tontamente enamorada.- Dice riéndose y dándome codazos.

- No has podido decir eso.- Digo riendo mientras me tapo la cara con las manos.

- Mi pequeña princesa ya tiene principe azul , y hace dos años veía eso en la televisión. Estoy emocionada.- Dice dramatizando como si estuviera llorando.

- Mamá no puedes ser así.- Digo llorando de la risa. Con un dolor en la barriga increíble y casi sin poder respirar.

- Anda vamos a cenar pequeña bella durmiente.- Dice riendo mientras pone la mesa.

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Cojo el teléfono antes de acostarme y veo varios mensajes. Algunos de grupos y uno del chat de Dani.

Sonrío como una estúpidamente a la pantalla y abro rápidamente el chat.

" Buenas noches mocosa , duerme bien y sueña conmigo para sentirme cerca ya que no podemos dormir juntos por desgracia. Recuerda que cada día te quiero más y mejor y que no te vas a librar de mí fácilmente. Felicidades porque eres la única tía que ha conseguido que pierda la cabeza y sea un ñoño. Y la segunda que me ve llorar. Has tenido la misma suerte que mi madre , no te pongas celosa enana. Mañana a las menos cuarto ya me tienes a tu lado otra vez. Intenta sobrevivir estas horas sin mí. Recuerda , cada día más."

Se me ensancha la sonrisa con cada palabra que leo , si eso puede ser. Y me duermo así. Con una sonrisa que no me cabe en la cara y todo por él. Por él y todo lo que hace efecto en mí.

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