21.- Ser una de ellos

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Nota: ¡Hola! finalmente luego de tantas preguntas sobre cuándo voy a actualizar esta historia y hacer como que la virgen me habla...  Espero que disfruten a mi bebé tanto como yo cada que me siento a escribirlo. 

<<Parte del crecer es encontrar un lugar donde pertenecer, con quienes confiar y compartir aventuras, risas y lágrimas. Para un ninja en crecimiento es lo mismo>>

Dentro de la residencia Haruno, al medio día Sakura se limpió la frente satisfecha de haber terminado sus deberes en casa y lo mejor de todo fue en completa soledad, sin su padre gruñendo cada que la ve, su madre alabando a Sakuna por lo grandiosa que es y Sakuya deshaciendo la limpieza que recién había hecho. Además, con ellos fuera de casa se podía permitir unos pequeños lujos como acostarse en el sillón de la sala con despereza, tomar un pequeño refrigerio sin que nadie la regañe o el simple hecho de caminar por la casa porque quiso y no por obligación.

Había tomado una rebanada de queso de la alacena lista para ir a la cama de su hermano cuando por la ventana de la sala vio a un ninja correr y saltar por los tejados. Le encantaba verlos hacer aquello es casi como si pudieran correr a cualquier lado que quisieran en un parpadear, incluso tal vez como un pájaro. De solo pensar que algún día podrá hacer eso su pecho burbujeaba de alegría y ansias porque ese día llegue lo más pronto posible. Fue entonces que recordó que el día de ayer en la academia tuvo un enfrentamiento con Sakuya, su mayor vergüenza es que ella le dio una paliza y se jactó de eso.

De pronto perdió el apetito.

Su hermana que es conocida dentro del salón de clases como una chica con tan buen condición física le ganó fue humillante, sobre todo su meta de querer ser una gran ninja, eso incluye ser mejor que su hermana. No quería seguir sintiéndose tan miserable como ahora por lo que se levantó de la cama para hacer lo mejor que sabe hacer: estudiar.

Para su mala suerte, cuando llegó a las puertas de la biblioteca había un letrero que marcaba cerrado por remodelación.

Disgustada pensó que tal vez si se escabulle por una ventana podrá pasar y leer en completa tranquilidad, dudaba que alguien se molestara porque ella entrase.

Estaba buscando la primera ventana que fuese lo suficientemente baja como para poder saltar o si quiera escalar con objetos para entrar cuando apareció alguien frente a ella.

—¿Realmente vas a entrar cuando dice ahí que es por remodelación? —le preguntó Naturaleza.

Se giró para ver a su amiga que miraba con cierta desaprobación por lo que estaba pensando hacer.

—De seguro sabiduría está ahí dentro leyendo algún libro, tengo tiempo y puedo hacerlo sin que nadie me note —dijo intentando mostrar como si no fuese la gran cosa.

Naturaleza encaró su oscura ceja como diciendo que no estaba convencida por lo que Sakura se estremeció ligeramente. De todos los espíritus que conoce la persona más responsable de todas ha sido Naturaleza, quien a todos ,incluso a tiempo y destino que son los más longevos, trata como si fuese la madre responsable que cuida a sus retoños.

—Nadie puede ver a Sabiduría —comenzó a decir meneando su cabeza de un lado a otro provocando que pequeños destellos y mariposas salieran volando—, por algo han cerrado si está en remodelación, qué tal si se cae algo y por accidente cae sobre tí porque nadie te notó.

Sabiendo que tenía razón en sus palabras, Sakura se estremeció al imaginar siendo aplastada por una gran estantería hasta quedar como un pisapapeles. Sería una de las muertes más estúpidas de la historia.

—¿Por qué no das un paso? El día es hermoso y parcialmente nublado por lo que los rayos del sol no son dañinos para tu piel —dijo Naturaleza con una gran sonrisa.

Sakura, el inicio de una kunoichiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora