Sakura, el inicio de una kunoichi

31.- Mocosa

<<La naturaleza es hermosa y letal. Uno caza o es devorado. El más fuerte, inteligente y rápido es el ganador. Con los ninjas no es diferente>>

Su mente se quedó en blanco así como su cuerpo se paralizó, parecía un conejo inmovilizado ante el enemigo, solo que en vez de enemigos había cadáveres que tuvieron un terrible final. Miró frenéticamente hacia los lados topándose solo con la espesa niebla, esto solo la hizo respirar con mayor rapidez.

Los vellos de su nuca se erizaron.

No está sola.

Apenas pudiendo hilar sus pensamientos, se le ocurrió expulsar su chakra para rastrear su alrededor. Se congeló cuando a menos de metro y medio detectó a tres hombres que se acercaban lentamente a ella con armas punzantes en mano, muy pronto estarán sobre ella cerrándole el paso.

Con su corazón latiendo al ritmo del tambor, hizo lo que pudo: correr.

Pasó entre dos de sus atacantes tan rápido como sus piernas le permitieron. No tenía que usar su chakra ni mirar atrás para saber que le estaban pisando los talones.

A pesar de que todo su cuerpo gritaba por salir huyendo, su mente no dejaba de preocuparse por Sasuke. Gracias a su mente excitada por el bombardeo de adrenalina, se lo imaginó siendo perseguido como ella o tal vez rodeado o podría estar lastimado o peor aún...

<<No, es Sasuke-kun, el mejor de la clase y él pudo con los hermanos demonios>> intentó alejar los peores escenarios. Aún así, estaba decidida a ayudarlo.

Un atacante más se sumó cuando apareció a su izquierda, a duras penas logró esquivarlo a costa de casi caer de bruces al suelo si no fuera porque dió largas zancadas hasta que logró estabilizarse y seguir corriendo. Agradeció a Kaori y los marginados que le entrenaron a seguir corriendo aún cuando se caía.

Siguió corriendo hasta que casi se estampa contra el material de construcción cuidadosamente apilados. Tomó los barriles más cercanos llenos hasta el tope de un líquido en su interior que por la adrenalina bombeando en su torrente sanguíneo logró empujarlos con facilidad hacia los enemigos.

Para su mala suerte, el último en perseguirla logró esquivar los barriles y saltó hacia ella. Sakura esquivó las manos del hombre y le lanzó un kunai que se enterró en el hombro. Aprovechando esos preciados segundos, comenzó a escalar las cajas que formaban una pirámide para escapar de sus enemigos y con la esperanza de lograr ver a Sasuke.

Conforme escalaba miraba a su alrededor encontrándose con la misma espesa niebla que en el suelo, no le quedó de otra más que usar su sonar de chakra para buscar a Sasuke. Como no sabía a qué distancia se encontraban, estiró su chakra lo más que pudo hasta que lo encontró, estaba a una considerable distancia peleando contra siete matones mientras parecía estar protegiendo a Tazuna.

Estuvo a punto de saltar hacia esa dirección para ayudarlo cuando una mano tomó su tobillo y la jaló hacia abajo, intentó sostenerse de las cajas pero sus dedos se resbalaban de la madera y cayó sobre el hombre, los dos se dieron de tumbos contra las cajas que por el impacto se sacudieron y cayeron junto a ambos.

Sakura cerró los ojos en cuanto los costados de algunas cajas le golpearon en varias zonas de su cuerpo y al final un dolor ardiente y sordo le recorrió la cabeza y espalda en cuanto chocó contra el suelo. Un fuerte estruendo se escuchó a su alrededor de cajas cayendo, tubos metálicos estrellándose rebotando y un líquido espeso empapando el suelo por todo el alrededor.

Cuando abrió los ojos y miró a su costado, como de resorte se sentó ignorando el dolor de su cuerpo y se arrastró lejos del mercenario.

<<Esa pude haber sido yo>> pensó Sakura horrorizada.