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—¡David! ¡Dani! —grita Claudia desde su terraza al ver a sus nietos salir del bosque, la angustia desaparece de su rostro— ¿Están bien? Estaba muy preocupada por ustedes. ¿Nicolas no viene con ustedes?, al ver que se demoraban le pedí el favor que los buscara...

—Tranquila, mamá Claudia —le dice su nieto mayor mientras la abraza—. No, no nos hemos encontrado con él. —"Nicolas... interesante", piensa.

—Estamos bien —le hace saber Daniel a la vez que se une al abrazo.

Tommy sale de la casa y corre a saludar a los nietos de su ama, los chicos lo acarician. Los cuatro entran a la casa.

***

—¡Entienden en el problema que podemos estar ahora por su imprudencia! —les grita un hombre de gran musculatura y cabellera negra a Diana y Tatiana, posee una voz de trueno y en su mano derecha sostiene un hacha con la que hendía unos troncos de maderas.

Las chicas se hallan frente a él, pero no se atreven a mirarlo, sus ojos están clavados en el árido suelo que tiene astillas por doquier.

—Lo siento mucho, papá —habla Tatiana con voz temerosa—. Yo le dije a Diana que no los ayudará, pero ella no me escuchó...

—Las dos son culpables —replica con gran autoridad y la joven se calla.

—Perdón, Papá —se excusa la castaña sin levantar la mirada—. Sentí la necesidad de ayudarlos.

—¿Y quién nos ayudará a nosotros ahora?

—Cariño —dice la suave voz de la mujer castaña que miraba la escena desde la puerta junto con su suegra. Ahora camina hacia el hombre de grandes músculos—, tal vez no sea para tanto. Los demonios eran cuarnarios, no son muy importantes para ellos.

—¿Eso crees? —la mira con un leve enojo en sus ojos— Raquel, esos malditos esperan cualquier pretexto para atacarnos, y ya tienen uno.

—Algunos de los cuarnarios escaparon —informa Mateo.

—¡Entonces ya lo saben ellos! —Cada vez su voz muestra más enfado—. Por lo menos hubieran matado a todos los cuarnarios —les dice a las dos chicas.

—Entonces hay que prepararnos para la guerra —anuncia Raquel mientras ve a su esposo a los ojos.

***

Los cuarnarios sobrevivientes llegan a una cueva y de ahí sale Proxo, se sorprende al ver los pocos que quedaron de la manada. Se acerca al líder de las criaturas de cuatro ojos y coloca su garra izquierda sobre la cabeza del ser demoníaco. Después de más de un minuto quita su mano del cráneo del demonio. Ya sabe lo que ocurrió, deja salir su horrible sonrisa y su gran ojo manifiesta maldad pura.

—Así que la familia de brujos ha tomado un bando —su desagradable voz está llena de alegría—. Ya era hora de que empezará de nuevo la masacre de brujos. Esta vez no quedará ni uno, todos los de tu raza pagarán por el error de tu familia, Ricardo Jobru. Esto es algo que deben de saber Raycon y Kroten. Sin embargo, antes de asesinar a todos los brujos asesinaré a los hermanitos Bermúdez y al asqueroso lobo Noriega.

***

Un hombre delgado y de cabeza rapada está sentado en un fino sillón de cuero, en su escritorio tiene varias pilas de billetes. Él cuenta con emoción el dinero, cada dedo de sus manos luce un anillo de oro. La puerta de su oficina se abre y entra un hombre de traje negro, uno de sus guardaespaldas.

—Mi señor, disculpe la interrupción.

—¿Qué pasó? Habla rápido —dice con desprecio.

—Manuel y su nuevo compañero están aquí, vienen por la recompensa que usted les prometió.

—¿Qué? ¿Están vivos? —Le es imposible ocultar su asombro.

—Eh... sí, señor —responde el guardaespaldas, sin entender la reacción de su jefe.

—¡Ash! Hazlos pasar. —"Cómo carajos pueden estar vivos" es la pregunta que retumba en la mente del hombre calvo y delgado.

Martín y Manuel entran a la oficina.

—Buenas tardes, señor Aguilar —saludan los dos en unisonó.

—¿Asesinaron a la basura de Lucas como les dije y en el lugar que les pedí?

—Sí —responde Manuel.

"¿Entonces por qué están vivos?" piensa Aguilar sin dejar de mirarlos.

—¿No tuvieron ningún problema?

—Casi morimos —contesta Martín como si le leyera la mente—. Afortunadamente contamos con un poco de ayuda, o suerte. No fue tan fácil como creíamos.

—Claro...

—Bueno, hemos venido por nuestro pago —dice Manuel mirando la gran cantidad de billetes que hay en el escritorio. Aguilar hace una sonrisa forzada.

***

En un callejón de la ciudad de Monteblanco una mujer es amenazada con un puñal por parte de un tipo delgado y andrajoso, mientras le apunta con el arma en el abdomen la va despojando de su bolso.

Simultáneamente detrás del sujeto la tapa de la alcantarilla se levanta y de ella sale una extraña figura de color morado con blanco, parece ser un gran sapo con dientes puntiagudos y garras. La criatura da un salto y cae en el cuello del hombre, clava sus colmillos en la arteria carótida, su víctima intenta quitársela, pero va perdiendo su fuerza. En pocos segundos el ladrón es consumido, y de él solo queda su piel pegada a sus huesos.

La chica grita aterrada ante la escena y el miedo le impide apartar la vista del horrible ser que comienza a crecer bruscamente, ahora tiene el tamaño de un niño de algunos siete años. Ella corre hacia la salida, desea llegar a una calle principal y pedir ayuda.

El demonio sonríe a la vez que la mira con sus dos ojos completamente blancos, se saborea la sangre que tiene alrededor de su boca con sus dos lenguas delgadas. Cuando la mujer a recorrido algunos metros da un salto y la toma por su pierna derecha, causándoles unas profundas heridas con sus uñas.

***

Manuel y Martín salen del edificio de su jefe, tratan de ocultar su felicidad por el dinero que han recibido, pero una sonrisa se escapa de sus labios y caminan por el andén de la calle.

—Solo falta esto para estar completamente feliz —menciona Manuel mientras mete su mano derecha en uno de los bolsillos de su chaqueta y saca una pequeña bolsa transparente que contiene un polvo blanco—. ¿Quieres un poco? —Se detienen en una esquina y él entra al callejón que está a su derecha.

Manuel se dispone a sacar el contenido de la bolsa y echarlo en la palma de su mano izquierda cuando es interrumpido por el grito de una pelinegra que está a unos quince metros de él.

—¡Mierda! —exclama con asombro y algo de terror en su voz.

La mujer es arrastraba por una criatura de color blanco con morado. No lo duda y saca su pistola. Le dispara varias veces al horrible ser y logra que suelte a la chica, pero las balas solo lo hacen retroceder un poco.

Bosque Sandam (Cazadores de demonios/Libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora