Daniel grita de dolor ante los consecutivos puñetazos que recibe en sus costillas, su gran fuerza va disminuyendo poco a poco y las filosas astas se acercan más a su tórax. A la vez se oyen los gritos de su abuela que tras cada disparo que hace se siente más impotente al saber que le quedan menos proyectiles para defender a uno de sus nietos. La furia invade por completo al joven Bermúdez, sus ojos se dilatan más y aprieta con mayor fuerza los cuernos de su enemigo, en sus manos siente el crujir de las astas al quebrarse y el demonio suelta un rugido. Vuelve a rugir y deja de golpearle las costillas, ahora lucha por quitar las manos del castaño sobre las dos extensiones de su cabeza.
El drokoto es lanzado hacia a la luz de la luna mientras que su rival se levanta y se prepara para culminar su existencia, pero una gran sombra oscura se adelanta y brinca hacia el demonio.
La mandíbula del lobo negro devora de un solo mordisco la garganta del drokoto, y simultáneamente tres siluetas se lanzan contra los otros tres demonios que se hallan junto a Proxo, una de color blanco, otra de un tono marrón oscuro y la última de gris claro.
Las tres malévolas criaturas de astas se defienden de las garras y colmillos de los lobos, se separan por un instante y se miran con sed de sangre. El de pelaje gris se lanza contra el drokoto de más masa muscular y sus dos compañeros hacen lo mismo con los otros dos demonios.
Proxo se aproxima con sus filosas garras hacia Claudia que intenta reanimar a su nieto mayor, Daniel y el lobo negro se unen a la carrera por llegar antes que el ser demoníaco.
—David, cariño, por favor, despierta —exclama Claudia entre sollozos. Ve acercarse a la pequeña y nefasta criatura y comienza a arrastrar el cuerpo de David hacia el campo de energía.
El drokoto de gran musculatura toma con sus manos de seis dedos el cuello de su contrincante y lo aprieta con ira implacable, el animal patalea e instantes antes de que su victimario le termine de destrozar la garganta suelta su último aullido, despidiéndose de su manada.
El lobo blanco y el marrón tratan de atacar al asesino de su compañero, pero antes deben deshacerse de sus dos adversarios que no bajan la guardia. Sin embargo, el de pelo negro se separa de Daniel y con sus ojos rojos llenos de furia corre hacia el homicida de su amigo, el cual se percata y antes de que llegue arroja el cadáver hacia una de las paredes de la casa Bermúdez Díaz como si se tratara de una gran bolsa de basura.
El cuerpo del lobo gris impacta con gran velocidad el muro y origina otras gritas más, además de dejar un gran parche rojo que cubre la pintura azul cielo.
El drokoto esquiva los filosos colmillos de la bestia negra, pero su pecho no cuenta con la misma suerte y una de las garras traseras del animal le abre cuatro heridas en el tórax que rápidamente se llenan de carmesí. El demonio ruge de dolor y se coloca en cuatro patas para contraatacar con sus cuernos, pero su rival es más ágil y lo elude con facilidad a la vez que le muerde un tendón. La nefasta criatura rueda por el césped y lucha por levantarse hasta que siente los dientes del lobo desprender parte de la carne de su brazo derecho, así entiende que su existencia ha llegado a su fin.
Proxo aumenta su velocidad y le lanza un poco de su saliva a Daniel, quien se cubre con su antebrazo derecho para impedir que la baba llegue a su cara y al instante siente un ardor desesperante que envuelve todo su brazo.
Claudia termina de arrastrar a David hasta dentro del campo de energía y este abre lentamente sus ojos negros. El lobo blanco a terminado con la vida de su contrincante a cambio de una pata atravesada por un cuerno e incontables golpes en su cuerpo. El de pelaje marrón está tendido en el suelo con sangre brotando de su vientre, y a su lado un drokoto con múltiples mordeduras que lo bañan de un rojo oscuro.
El lobo negro cruza miradas con el blanco y le hace un pequeño gruñido mientras gira hacia su compañero que se desangra, este capta el mensaje y a los instantes un humo sale del cuerpo del animal que finaliza cubriéndolo por completo. Luego de unos segundos aparece una joven de piel canela y cabello ondulado completamente desnuda, camina hacia el lobo marrón, lo sube a uno de sus hombros y con la profunda herida en su brazo izquierdo que no para de emanar el vital líquido, corre hacia el bosque sombrío.
Daniel aprieta sus dientes como si con ellos estuviera asesinando a Proxo, intenta no gritar y así ocultar un poco el sufrimiento por el que está pasando su brazo, siente que la carne se quiere separar de sus huesos. La preocupación se dibuja en su rostro cuando nota que su atacante no se halla frente a él, tampoco cerca de su abuela y hermano. Mira a su alrededor y unas garras que desprenden parte de la piel de sus costillas le avisan a donde se había ido el demonio, consecutivamente recibe dos patadas en su abdomen.
El lobo corre a proteger al castaño, pero la pequeña criatura nefasta esperaba su llegada y da un salto para enterrar sus filosas uñas en la espalda del animal y seguidamente arrancar toda la carne que sus garras le permitan. La bestia de pelaje negro yace en el pasto luchando por levantarse, pero la terrible herida de su lomo se impone como un gigante sentado sobre él.
Proxo se da la vuelta y camina hacia el joven Bermúdez con la intención de sacarle el corazón. Claudia le apunta y hala del gatillo, descubriendo que ha quedado sin cartuchos de plata, sin dudarlo toma su escopeta por el cañón y corre tras el malévolo ser.
—Ten cuidado, mamá —alcanza a decirle David con pánico, intentando pararse.
El demonio le muestra su repugnante sonrisa a Daniel y antes que la culata del arma golpee su cabeza, él la toma con una de sus garras y con la otra perfora el estómago de Claudia.
Ambos hermanos miran como Proxo termina de atravesar el vientre de su amada abuela, gritan con terror y dolor. Daniel intenta pararse, pero sus heridas le han arrebatado la mayor parte de su energía, solo le queda llorar de impotencia y maldecir a la nefasta criatura.
Un odio incontrolable domina a David y por instinto corre hacia el asesino de su abuela con velocidad sobre humana, superando con bastante diferencia los reflejos del peludo ser maligno. Lo toma por la cabeza y lo choca con un gran árbol que se estremece ante el fuerte impacto. Ciego por el dolor golpea con todas sus fuerzas el cráneo de Proxo que no demora en quebrarse y estallar en varios pedazos, sin embargo, el joven pelinegro no sacia su sed de venganza y continúa dándole puñetazos a los restos de huesos que están esparcidos por el viejo cedro. Sus manos se hallan bañadas de la oscura sangre del demonio, y su camiseta junto con la cara tiene incontables salpicaduras.
Luego de unos segundos recupera la razón y entre llantos llega al agonizante cuerpo de Claudia.
—Mamá —dice con voz quebrada mientras su cuerpo no para de temblar, a su espalda escucha los lamentos de su hermano.
—Lleva a Dani y al lobo al Lago Represarías... Dales de beber su agua antes de que mueran —cada palabra que pronuncia se oye más débil.
—¿Y tú? —trata de preguntar entre llantos con sus ojos negros empapados en lágrimas.
—No te preocupes por mí, ahora estaré con Santiago. —Intenta sonreír mientras un hilo de sangre sale de su boca y todas sus fuerzas desaparecen.
Con su alma hecha pedazos e invadida de la tristeza, obedece la última petición de su abuela. Carga a su querido hermano y al lobo en sus hombros, quienes luchan por mantenerse despiertos, han perdido mucha sangre. David cierra sus ojos por un instante y suelta un suspiro, luego corre con los dos cuerpos hacia la oscuridad el Bosque Sandam mientras la luna se refleja en los charcos de sangre que están frente a la casa Bermúdez Díaz.
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Bosque Sandam (Cazadores de demonios/Libro 1)
FantasyLa mayoría de la humanidad desconoce la existencia de criaturas o razas que habitan junto con ellas en este planeta. Tal vez una parte prefiere no saber nada, no conocerlas, le temen a lo desconocido. Algunos conocen de su existencia y de igual form...