Nuestra Realidad. Billie Eilish y _____.

10

Capítulo dedicado a: AguapanelaMovistar ♡

Narra Billie.

Sentirla tan cerca de mi era lo único que necesitaba. Me dejó tirada, agotada. Mientras Larrea se duchaba y cambiaba yo me quedé totalmente dormida.

— Cielo, levántate. Claudia ya está aquí. — _____ dejo un beso en mis labios.

— Vamos. — Me levanté de la cama. Para ser sincera, no sentía mis piernas solo las veía temblar.

No di ni un paso y caí. _____ rápidamente me levantó en sus brazos.

— ¿Qué pasó, pequeña?, ¿fue tu tobillo?

— No... mis piernas siguen temblando. Es tu culpa.

— Aww, tu pequeño cuerpo no aguanta nada.

— ¿¡Nada!? Lo siento pero eso no fue ''nada''.

— Basta.

Por más que lo intenté no pude dar ni un paso. _____ me tuvo que cargar hasta el auto de Clau.

— ¿Pero qué mier-... — La interrumpí.

— Cállate. No puedes decir nada.

— ¿Fue el tobillo? — Dijo con cierto tono de preocupación, e inmediatamente me tensé. _____ pareció notarlo y tomó la palabra.

— ¡Sí! Ehm... Se cayó en la ducha. — Mi novia es terriblemente buena mintiendo, eso puede jugar en mi favor o en mi contra. Un arma de dos filos.

Claudia no dijo más y nos fuimos. Llegamos a Beverly Hills. Podríamos encontrar todo más fácil ahí. Vi una tienda Gucci, mi perdición. Claudia encontró ahí un bonito vestido azul marino con negro y blanco. Yo un conjunto negro con verde y pedrería. Tenía un cubrebocas a juego. _____ era la única que faltaba en conseguir un vestido o algo que le gustara. Conozco perfectamente a mi novia, se los colores que le gustan y quedan por el tono de su piel y no se pierda en ella. Los estampados que le gustan, la cantidad que le gusta de estos, brillo, ama el satin pero solamente en ciertos colores, el corte que tiene que ser para que quede con el peinado y zapatos. A ella no le queda cualquier cosa... por eso no la voy a dejar que se ponga cualquier cosa.

— ____, solo faltas tu. ¿Ya viste algo que te guste? — la chica de ojos achocolatados se puso algo nerviosa.

— Ahmm... es que no me queda la alta costura.

— ¿Qué? Aunque sea prueba algo.

— En serio, Clau. Es probable que lo rompa por el tamaño de mis senos.

— Oh, ya veo. Lo siento. — Mi novia solo rió.

— Está bien. No te preocupes.

— ¿Podemos pasar a otro lugar? — Pregunté.

— Sí, B. Aún tenemos tiempo. — Contestó Claudia y pude ver la cara de confusión de mi chica.

— ¿Pero ya tienes todo, no amor?

— Sip, pero tu no. Bueno... Sí lo tienes pero falta recogerlo.

— ¡¿QUÉ?! Amor, no. ¿Qué hiciste?

— Te mandé un vestido con tus medidas.

— A-amor... — No pudo terminar la oración y enterró su cabeza en mi cuello.

(...)

Narra ______ Larrea.

Llegamos al lugar donde se supone estaba mi vestido. La verdad si lloré al saber lo que Billie había hecho por mi, hubiera sido fácil buscar otra cosa que no fuera alta costura, pero mandó a hacer uno con mis medidas específicas. Era raro ya que eso no estaba en mi guión, nunca puse algo del tipo pero decidí disfrutar la experiencia, si controlaba todo no me llevaría la sorpresa.

— ¡Hola Billie! — Saludó con entusiasmo la diseñadora.

— Hola, Mich. — Saludó mi novia con una sonrisa. — ¿Ya lo tienes, cierto?

— Claro que sí, déjame ir por él. Pasen. — Nos dejó entrar a su casa, era grande aunque la mitad de ella era su estudio. Tenía miles de maniquíes con vestidos y trajes, algunos terminados, otros apenas iniciando. — Listo, aquí está. — El vestido estaba en un cubrepolvos negro que Michelle quitó para que pudiéramos verlo. — Tal como lo pediste, las mariposas, satin en color cobre anaranjado, las aberturas en la cintura, seno y pierna. En la pierna llega hasta la cintura, lo que da el corte perfecto para los zapatos. Voy por ellos. — El vestido era lo más hermoso que había visto antes. Ella sabía lo mucho que amaba las mariposas. Estas estaban en la cantidad perfecta por todo el vestido. Casi se me salen los ojos al verlo. — Y estos son los zapatos. — Sacó de la caja un tacón de aguja con tiras que llegaron a todo lo largo de la pierna, también tenía mariposas pero sin exceder. Era perfecto.

(...)

— ¿Te gustó el vestido, cielo? — Preguntó Billie con una cara de preocupación cuando llegamos a casa.

— ¡Cielo, es perfecto! Nunca había visto algo tan hermoso... en un vestido, porque lo más hermoso que existe eres tú, B.

— Te amo, _____.

— Y yo a ti, Billie.