#2: Se acabó el juego

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Vi tantos trozos de papel encima de la mesa ratona que por un momento estuve a punto de decirle otra vez que me negaba.

- Creía que iba a ser un juego de preguntas, no un interrogatorio.

- A ver, genio, va a ser equitativo, el número total es par, créeme que los hice todos yo solita mientras tú estabas tirado en la arena leyendo con tal de obviar mi existencia. Una pregunta tú y otra yo, estaremos a mano todo el tiempo así que deja de quejarte de una vez y agarra un papelito.

Estábamos enfrentados con la mesa ratona de por medio, por sus extremos largos para estar más cerca, sentados en los sillones y algo de mejor humor gracias a la comida. No era lo mismo que beber sangre, por supuesto, pero quién le diría que no a uno de los mayores placeres de la vida.

- No he puesto preguntas tan raras como para que pongas esa cara, las saqué todas de Internet en varias páginas de ruletas- protestó cuando abrí el primer papel.

- No, no es eso, es que no me esperaba que tu caligrafía fuese tan... Inmaculada.

- Enseñanzas base, supongo. Lee ya.

- Color favorito- me aguanté las ganas de rodar los ojos-. El morado.

- Cualquier tonalidad de azul, incluido el turquesa y los tonos mezclados. Me toca- dejé mi pregunta arrugada en un extremo de la mesa mientras ella cogía otro papel-. ¿Qué te gusta coleccionar? A mí conchas marinas y piedras.

- Vajillas- sacudí la cabeza cuando respondí casi de inmediato-. Oye, si todas las preguntas van a ser así de infantiles...

- Que no, hombre, pero otras son tan básicas porque no tenemos ni idea de cómo es el otro, tu turno.

Efectivamente, no todas eran infantiles.

- ¿Por qué te tengo que decir mi orientación?

- No contestes si no quieres, yo soy bisexual. Soy muy abierta para casi cualquier tema, me parece una soberana estupidez considerar conversaciones como el sexo y las preferencias algo tabú a día de hoy, pero entiendo que te incomode y no te apete...

- Heterosexual, vas tú.

- Bueno- se hundió de hombros-. Repito, si hay algo que te dé pena responder lo comprendo, como esto: ¿fobias? Yo belonefobia y entomofobia parcial.

- Espectrofobia. ¿Qué es eso de entomofobia parcial?

- Que me dan miedo todos los insectos con algunas excepciones, si se me acerca volando una mariposa hasta intento que se me pose en el dedo, si es una cucaracha o una avispa no me ves ni derrapar- fingió un escalofrío-. No creí que fueses del tipo que teme a los fantasmas.

- No tienen explicación científica y no te puedes defender de algo que no puedes tocar, no los soporto. Y es curioso que una vampira tenga belonefobia, ¿acaso un par de colmillos no te asustan pero una aguja sí?

- No es por la perforación en sí, sino...- su mirada se oscureció levemente y, creyendo que no la veía, se rascó con disimulo ambos antebrazos-. Sino por lo que una jeringa en malas manos puede hacer.

Opté por no insistir y fui a por otro papel. Era bastante más soportable y dinámico de lo que había pensado, por el momento todo eran cosas que no me importaba contar y Kai lucía muy tranquila, así que me permití relajarme un poco ya que no tenía pinta de querer usar datos en mi contra, la curiosidad brillaba en todos sus gestos.

- Dones. Telequinesis. 

La sonrisa felina que se deslizó sobre sus labios, mostrando las puntas de sus colmillos blancos como perlas, me quitó la poca calma que tenía.

A cuentagotas (Diabolik Lovers)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora