Una semana después de haber llegado a la mansión Sakamaki y tres desde que Reiji y yo nos habíamos conocido, mientras dibujaba en mi cuarto tarareando las canciones de mi lista de reproducción del móvil, me pareció escuchar un par de gritos abajo al poco de haber almorzado tras el regreso de los cuatro estudiantes. No les di importancia, sabía que a veces Ayato o Kanato y por supuesto Subaru se ponían a discutir o a molestarse unos a otros... Pero si terminé pausando la música fue porque me pareció escuchar una voz adicional y desconocida. Como la casa era tan grande y mis sentidos se seguían adaptando a la sinuosa estructura del lugar, no alcanzaba a escuchar ni una palabra suelta, solo distinguía los tonos y, a juzgar por cómo sonaban algunos golpes, había una o más personas provocando a Subaru.
Más por curiosidad que por querer conservar los pilares y muros de la casa, salí de la habitación siguiendo el griterío hasta llegar a la sala recreativa, donde me encontré la mesa de billar tirada, la diana arrancada de su sitio y varias bolas del billar rodando por el piso, todo alrededor de, efectivamente, Subaru. Junto a él estaban Raito y un chico rubio de ojos azules, que a diferencia de Shuu tenía cabellos más chillones y orbes más claros, su ropa se veía cómoda y estilosa y su aura era bastante más suave que la nuestra, por lo que pude reconocerlo como un transformado.
- Oh, Kai-Chan- saludó el pelirrojo como si su hermano menor no hubiese puesto la sala patas arriba-. Se nos coló una rata en la casa, intentamos sacarla.
- ¿Es que ahora tenéis otro hermano?- espetó el rubio, mirándome con una sonrisa divertida que me hacía recordar mucho a la de Raito.
- ¿Algún problema?- controlé lo mejor que pude el ataque de risa ante las reacciones de mis cuñados, acababa de poner voz masculina y nadie allí se lo esperaba para nada, menos el intruso ya que la confusión se le notó hasta en Moscú.
- Creía que el rebaño Sakamaki se iba a quedar en seis.
- Ya ves que no, ¿quién eres si se puede saber?
- Un grano en el culo- soltó Subaru, provocando que el intruso se empezara a reír-. Y deja de poner esa voz, es raro oírla saliendo de ti.
- ¿Pongo esta entonces?- imité la de Reiji.
- ¡Por Dios, no, eso es peor, no necesitamos a dos!
- Cuando aprendes a dominar la voz puedes hacer cositas varias, como imitar las de la gente de tu entorno sean del sexo que sean- no aguanté más y me reí, hablando normal-. Ahora en serio, ¿quién eres y por qué has hecho a Subaru redecorar este lugar a puñetazos?
- Espera, ¿una chica?- se sorprendió-. ¡Y no es humana!
- La vista la tienes perfecta, campeón, hasta que no hablé con mi verdadera voz no te diste cuenta de que era mujer- puse los ojos en blanco, antes de levantar mis pechos con ambas manos para hacerlos notar mejor-. Al menos sé que no me analizaste más que la cara, si no te habrías dado cuenta de inmediato con esta camiseta.
Raito por supuesto no pudo evitar soltar una carcajada ante eso.
- No lo voy a repetir, ¿quién coño eres y qué mierda quieres?
- Es Kou, uno de los cuatro adoptados y renombrados como clan Mukami, antiguamente humanos huérfanos- terminó explicando Subaru, viéndome de reojo ya que no quería despistarse con el que ahora sabía se llamaba Kou-. Lo único a lo que vienen es a jodernos, haya o no una humana que nos sirva de alimento de vez en cuando les apetece venir a tocar los huevos.
- ¡Eso es cruel, Subaru-Kun, encima que vengo a verte y pasar el rato contigo!
- ¡Ya te dije que te largues!- como vi al albino a punto de mandar a volar el sofá también, me apresuré a agarrarlo por los hombros.
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A cuentagotas (Diabolik Lovers)
FanfictieLa realeza y la nobleza, sobre todo entre los vampiros, siguen realizando un sórdido acto en pleno siglo XXI: los matrimonios concertados o por conveniencia. Gracias a unos meticulosos análisis genéticos, resulta que Shimizu Kai es la candidata perf...