ʙᴜᴇɴᴏs ᴍᴏᴍᴇɴᴛᴏs

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Draco, recostado en la bañera. Suspirando. —Amo esto.

Harry, sobándole los pies. —¿Qué, los dolores de tus pies?

Draco, salpicándole agua, divertido. —No, tonto, estos momentos —cerrando los ojos—. Solos tú y yo, con velas aromáticas encendidas mientras tomo un baño con esencias y tú me haces masaje.

Harry, besándole el dorso de los pies. —Extraño tenerte, dragón.

Draco, abriendo los ojos. Mirándole pícaro. —¿Por qué no entras en la bañera?

Harry, riendo bajo. —¿Para que la rompamos? No, además, acabas de tener a nuestros pequeñitos, ¿qué tal si pasa algo malo o te lastimo? No me perdonaría hacerte daño —reparando en las marcas de su pecho—... No otra vez.

Draco, agobiado. —¿Otra vez con eso?

Harry, haciéndose los cabellos hacia atrás. —Perdón, es que..., creo que no lo he superado.

Draco, asintiendo, comprensivo. —Harry, yo tomé terapia por ti. ¿Por qué no lo haces tú? Sabes que yo siempre te acompañaré..., y eso no te hará menos poderoso.

Harry, sonriendo. —Eso no es lo que me preocupa.

Draco, preocupado. —¿Entonces? —silencio—. Cielo, sabes que puedes contarme lo que sea, ya pasamos por todo como para que sigamos restringiendonos algo.

Harry, sonriendo. —Nada, olvídalo... mejor háblame sobre lo que hicieron hoy los niños. Dime, ¿Ara no volvió a patear a Orión? Esos niños, igual de revoltosos que sus hermanos.

Draco, mirándole fijamente. —Te amo.

Harry, sorprendido. —... También te amo.








 










A CRAZY MAGIC FAMILY: Segunda TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora