Esa mañana, Harry entró a la habitación de James donde, de la misma manera, Draco se estaba quedando. Dio dos golpecitos suaves pero, como no tuvo ninguna respuesta, abrió con cuidado.Efectivamente, como lo hubo intuído desde un principio, su pareja y su hijo estaban profundamente dormidos. Su Draco tenía los cabellos largos regados por toda la cara y Jamie con el rostro oculto en su cuello; respiraciones calmas, constantes.
Dibujó una media sonrisa, luego se acercó sigiloso a retirar los cabellos platinados de la frente y pómulos de su esposo, dejando un beso suave en sus labios. Por su lado, Draco no sintió nada más que una caricia, y se removió atrayendo inconscientemente el cuerpo de su cachorro mayor a su lado. James tampoco despertó, solo se hizo más contra el cuerpo de su madre para seguir durmiendo, soltando un quejido adorable.
Pese a que ya eran más de las nueve, el par sobre la cama parecía no estar por despertar pronto. Así que, con una sonrisa genuina, Harry se retiró con cuidado, precavido de no hacer ningún ruido.
Cuando salió y cerró la puerta tras sus pasos, el resto de sus niños se hallaban parados en el medio del pasillo, impacientes por respuestas.
—¿Qué hacen aquí, no los dejé desayunando?
Lily Luna fue la primera en hablar.
—Terminamos rápido para subir y espiar.
Albus le dio un empujoncito.
—¡No es cierto, papá, no le hagas caso! —se apresuró a excusar.
Scorpius, que tenía una cajita de jugo en la mano, solo se limitó a observar. Harry suspiró, señalando el comienzo del pasillo para que comenzaran a avanzar. Todos como pulluelos, en fila y dósiles.
—Solo estamos preocupados por Jamie.
—Su hermano está pasando por un momento en el que ni él mismo se entiende —dijo Harry, cuidando que Albus no se cayera por estar caminando de espaldas.
—¿Y mamá? —quiso saber Scorpius, sacudiendo su cajita para asegurarse de que ya no hubiera más líquido dentro.
—Él está con él, están profundamente dormidos.
—Oh, entonces hay que dejarlos descansar —sugirió Albus.
—Exacto.
—Papá —llamó Lily, Harry desvió su atención hacia ella; su hija estaba aún vestida con su pijama celeste y cabellos pelirrojos revueltos cayendo por su espalda y hombros—. ¿Podemos salir a jugar con los dragones? Prometemos no dejar que se coman a nadie, ni siquiera los sacaremos del santuario.
Harry dudó al principio, pero al final asintió, esperando no haberse equivocado. Sus hijos, todos ellos, eran unos pequeños torbellinos andantes.
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A CRAZY MAGIC FAMILY: Segunda Temporada
AdventureLa familia crece y las aventuras también. Segunda temporada de la serie 'A Crazy Magic Family', también publicada en mi sitio de facebook: los barcos de cassie.