ᴀᴄᴏʀʀᴀʟᴀᴅᴏ

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Draco cruzó el living con inusual preocupación reflejada en el rostro, lanzándose a los brazos de quien acababa de entrar por la puerta grande. Harry lo envolvió en un apretado abrazo mientras aspiraba el aroma del perfume de su cuello; fue imposible no dejarse llevar por el momento cuando solo estuvieron ellos dos en medio del enorme salón.

-No respondías mis llamadas, ni siquiera la red flu funcionó para contactarte -se apartó un paso, acariciando con cuidado el rostro herido de su esposo-. ¿Por qué vienes así?, ¿Qué te hicieron?

Harry apoyó un poco de su peso sobre el cuerpo cubierto por una bata, de Draco. Cada paso dolía un infierno, estaba casi seguro de que una de sus costillas se había quebrado.

-Me acorralaron cuando venía hacia acá -pausa-. ¿Ahora ves por qué no sigo manteniendo la red flu ligada con la casa? Es peligroso.

Draco suspiró, ayudándolo a tomar asiento en el sofá.

-¿Quiénes fueron, Harry? Si me lo dices te aseguro que...

-¿Qué harás? -le interrumpió Harry, aguantándose una mueca de dolor-. Por favor, Dragón, no digas tonterías.

-¿"Tonterías"?, ¿Por qué me hablas así?

Suspirando, Harry se acercó para abrazarlo.

-Lo siento -dijo-. Es que de verdad esto me está matando.

Tan pronto como dijo eso, Draco se apresuró a quitarle la túnica y la camisa, revelando la horrenda (y seguramente dolorosa) herida que presumía a la altura del abdomen. El semblante de Draco se agudizó, contrayendo el ceño con palpable temor.

Tan rápido como sus sentidos reaccionaron, alcanzó su varita del mueble de la lámpara y comenzó a conjurar hechizos de sanación en voz baja, logrando que Harry gimiera ante las corrientes que comenzaban a fundirse entre la piel lastimada hasta restaurarla; tejido tras tejido.

-¿Sabes cuál es la mejor parte de que seas mío? -Draco prestó vaga atención, sin embargo, respondió con un "Mm". Harry rió con dolor-. Que además de darme todo lo que necesito, eres un excelente medimago personal.

Draco lo miró a los ojos, sin una pizca de gracia.

-Hablar te cuesta, no lo hagas -como respuesta y ante una nueva corriente de magia, Harry maldijo-. Lo siento, león, pero hacer esto es más complejo de lo que parece.

Harry forzó una sonrisa. -Sabes que te amo, ¿Cierto?

Draco alzó la mirada con lágrimas en los ojos. -¿Y tú, lo sabes?

Nuevamente, el de cabellos oscuros se retorció de dolor. -Mierda esto duele.

-Lo siento, perdóname.

-¿Por qué estás llorando? Dragón, el herido soy yo, no tienes por qué ponerte así, sabes que puedo soportarlo.

Draco estuvo tentado de darle un golpe en la mejilla.

-Estoy en mi calor, ¿recuerdas? -Por supuesto, entre tanto estrés y dichas circunstancias, Harry lo había olvidado-. Ya me sentía sentimental desde antes de que te fueras a tu misión de dos días y, ahora... tener que verte llegar así y pasar por todo esto, yo... por favor, simplemente no mueras.

Harry no supo por qué repentinamente quería llorar de la risa.

-No voy a morir, Dragón, si a caso iré a desangrarme un poco, pero... -Draco le golpeó el pecho-. Perdón, no vuelvo a decir nada como eso.

Draco sorbió la nariz. -Más te vale.


















A CRAZY MAGIC FAMILY: Segunda TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora