Capítulo 2

51 8 2
                                    

Nunca me había quedado paralizada por ver unos ojos, pero nunca había visto unos muy lindos. Si, es cierto que conocía de diferentes colores; azules, verdes, cafés, grises. Pero nada como esos.

Daba un contraste espectacular, si tenía demasiada iluminación podrías alcanzar a ver el amarillo, y fuera de la pupila un verde muy lindo.

–Te estoy hablando– dijo sacándome de mis pensamientos y con una sonrisa burlona, creo que ya había hablado, pero no lo escuché–. Aquí no veo el nombre de Alysa Miller, por ninguna parte– hizo como que buscaba algo debajo de él, y regresó a verme fijamente.

Nadie me había llamado "Alysa Miller" desde que mis padres murieron, ya que después de su muerte, tuve que adoptar el apellido "Jones".

¿Quién era este chico y por qué me llamaba así?, ¿Me conocía?.

Por un momento me quede en shock y muchos recuerdos tristes vinieron a mi mente, recordando mi pasado y lo que soy ahora.

No pude articular ninguna palabra, me quedé hundida en mis recuerdos vagos. Se notaba mi nerviosismo y un poco más acelerada mi respiración. Ahí sin despegar la vista del chico, no dije nada y aunque pudiese las palabras no salían de mi boca. Una voz familiar invadió la situación.

—Te está diciendo que ese es su lugar imbécil, —dijo detrás de mi Jeralf, con un tono defensivo y muy amenazador —así que, levanta tú horrible trasero, y dáselo. —eso último lo dijo con un detenimiento inigualable, para que pudiera el chico entender cada palabra salida de su boca.

Volví a la realidad y pude ver esos ojos encantadores, quien me miraba algo confundido y enojado a la vez, pero el enojo no era conmigo, sino con el grandulón que tenía detrás. Intercambiaba la mirada entre mi y Jeralf, que seguía parado a una distancia que me incomodaba, con una respiración agitada, que sentía en mi nuca.

No pude hacer nada, no hablé, no intervine. Lo único que hice fue darme la vuelta para pasar muy rápido al costado de Jeralf, que por no fijarme, pase golpeándolo, junto con el de James, el cual, después me di cuenta que estaba ahí. Salí tan rápido como pude del salón de clases.

Caminé por el largo pasillo a la parte trasera del instituto, no me iba a ir de la Escuela, mucho había hecho con venir, para que un idiota de ojos lindos me venga a correr.

Llegue a la puerta trasera que daba a un balcón un poco grande, en dónde se podía desayunar–cuando hacía buen tiempo —,y tenía linda vista. En esos momentos todos los estudiantes tendrían que desayunar adentro, y uno que otro raro,—como yo— que le gustara el frío podría disfrutar de esa soledad, y el gran lago congelado que teníamos frente a nosotros.

Bajé las escaleras rumbo a el jardín, donde se encontraban grandes árboles, con un camino que tenía a sus costados mesillas y bancas para poder estar en el aire libre

Me hundí en la tranquilidad de esos árboles, con mi cabeza recostada hacia atrás y los ojos cerrados, sentí el ligero viento frío, que ponía mi piel tan helada para olvidar mis pensares.

—¡ALYSI-NYSI! —Gritó una voz que sabía perfectamente de quien era, interrumpiendo mi tranquilidad.

Al posicionarme de nuevo, me encontraba con una linda y muy sonriente Meth delante mio.

Cerré mis ojos, suspiré y los volví a abrir, dándole una sonrisa fingida. Ella era la única persona que me soportaba y que yo toleraba, no era muy sociable, a comparación de Meth que por ser la hija del Director del Instituto, tenía fama y era conocida, a todos le agradaba y darían todo por ser su amiga, a ella no le importaban los demás, sino que tenía un ligero problema conmigo, diría una pequeña obsesión por conocerme completamente.

Mi Lugar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora