Borderline ~JunHao~

Parte 13

WEN JUNHUI:

Días. Días me demore en eliminar cualquier cosa que me uniera con mis padres, diciéndoles que cuando el tipo ya no estuviera tras de mí, volvería a verlos. Incluso cuando no creo que lo haga, Sam lloró, mamá y papá fingieron que no.

Pero también estuve investigando en estos días. Resulta que el imbécil de mi progenitor me tenía vigilado, ya me deshice del traidor, un tipo que vivía en el edificio y creía que no mataba una mosca. Que equivocado. Dio una buena pelea, pero no lo suficiente.

La pelea que tuve con Zhennan tampoco fue menor, y aún no confío en que él no estuviera enterado de las intenciones del espía. Pero de cualquier forma, él me dijo que incluso si no le creía, incluso si tenía un montón de razones para no hacerlo, tenía que mantener a alguien de confianza y que me mantuviera en la tierra a mi lado.

Ahora voy a ver a Minghao, lo ignore los dos días que trato de contactarme, y ahora, tres días después, voy en la motocicleta a su mansión. Me dejan pasar cuando me reconocen como su... algo. Me guían a su oficina y yo sólo puedo pensar en lo idiota que fui, teniendo sexo con él y luego abandonándolo por cinco días. Descubrí algo en estos días y apenas lo entendí, supe que no debería haber dejado pasar cinco días, Zhennan me contó como si fuera un "rumor", pero teniendo en cuenta lo que he visto desde que mi camino se cruzó con el de Hao, entendí que de rumor no tenía nada. Aun así no estaba listo para lo que vi.

Minghao estaba siendo sujetado por Yan an, quien trataba de hacerle entender que no era la solución, un corte en su cuello sangraba, una daga aún en su mano, y yo como una estatua en la puerta, lo que parecieron horas antes de que cerrara la puerta tras de mí.

-¡¡Te fuiste!! – grita Minghao apenas me ve – Tomaste lo que querías y te fuiste, no fui suficiente, no lo soy – lloraba y gritaba, mira a Yan an y sigue hablando – Tu también te irás, así como se fue mi hermano, así como se fue Jun, deja que yo también me vaya – la última parte, tan lastimera que me hizo dar unos pasos más cerca antes de detenerme.

-No me iré, Hao, por favor – Yan an hablaba sin quitar sus ojos de Hao mientras forcejeaban – Jun, será mejor que te vayas, no es un buen momento, ¡Ah! Joder, Minghao – Hao había dejado caer la daga, tan afilada que cortó un poco el brazo de Yan an y luego cayó, rebotando en el pie de este, que se quejó y soltó a Hao. Ahora él aprovecha esa distracción y trata de correr, pero lo atrapo en mis brazos, pegándolo a mi cuerpo.

-Borderline.

-¿Qué? – tanto él como la tercera persona en la habitación me miran, pero sólo tengo ojos para Hao.

-Borderline, trastorno mental caracterizado por estados de ánimo, comportamiento y relaciones inestables – repito lo memorizado, ambos hombres quietos como si alguien hubiera apretado el botón de pausa – Palabras de Google, no mías.

-No tienes derecho a hablar sobre eso – Hao comienza a moverse en mis brazos, tratando de salirse de ellos, gritando y tratando de golpearme – No tienes... no sabes cómo es, lo que sea que internet te dijo... no funciona así para todos, yo...

-En serio eres... El mayor idiota a veces, Minghao – susurro – Sabía que tenías algo raro, siempre lo supe. Y yo... No lo sé, ¿de acuerdo? No sé por qué me quede.

-¿Entonces qué esperas? – hay amargura en su voz, pero aun así no le creo ni una palabra, nada de lo que sale de su boca en este momento – Vete ahora que lo sabes, ahora que tus sospechas fueron confirmadas, vete y búscate otro que...

Lo empujo, contra la pared de su tan preciada oficina. Mi parte racional no entiende nada. Estoy igual que él, actuando antes de pensar. Tapo su boca con mi mano derecha.