XU MINGHAO:
-Y entonces Jun me reto a que no podría meter veinte gomitas en mi boca – me contaba el pequeño niño.
-¿Si pudiste? – pregunto adivinando el cliché de la historia. Pero él niega efusivamente.
-No, apenas llegué a dieciséis antes de escupirlas todas – murmura con un puchero triste, que me hace abrir los ojos cuando se transforma en la brillante sonrisa que ha mostrado desde ayer, luego de conocernos, cuando decidió que un completo extraño le caía bien – Jun me dio de todas formas mi premio. Es un camión, muy grande.
El olvidado Wen Junhui, aparece en la puerta para hacerme una seña con las manos de que el camión muy grande mide unos treinta centímetros en realidad. Negando y sonriendo se pierde otra vez, preparando lo que sería mi comida de día domingo.
El niño, Samuel, habla realmente mucho, y sonríe aún más. Es como... la versión feliz de Junhui. Dice que es medio americano y que es adoptado. Jun lo hizo callar antes de que soltara algo de su familia, no pude no entenderlo.
Poco después, mientras la comida está en la mesa, yo me pregunto cómo es que Samuel puede comer y hablar al mismo tiempo, su plato está más vacío que el mío y siento que no ha parado de hablar en horas. Probablemente porque así es. A Wen no parece importarle, parece hasta relajado de que soy el centro de atención del menor.
No sé en qué momento empecé a fijarme en las manos de Jun. En los brazos no mayormente grandes, pero marcados, igual que sus hombros trabajados lo justo y necesario, la camiseta holgada. Se ve tan diferente a como se veía cuando traía traje en nuestra cita que me sorprende que sea la misma persona. Pero ambas versiones me dan esa sensación de deseo, de querer tocar, lamer, morder y...
-Ugh – el reclamo de Samuel me hace mirarlo – Eres un asqueroso Minghao ¿Por qué querrás hacer eso con el cuerpo de Jun? – me quedo son palabras, probablemente sonrojado. Y con la ruidosa risa de Jun atacando cada segundo.
-Olvide decirte – menciona como si no fuera la gran cosa – Samuel habla demasiado porque cree que debe responder cada cosa que escucha. El tema es que escucha mucho más de lo que sale de tu boca. Él... lee la mente.
El resto de la tarde fue una tortura.
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-Ay vamos – me reí de la cara de amargado de Yan an – Si me dices que no, me escaparé otra vez.
-Xu Minghao ni te atrevas a mencionarlo, estuve buscándote por HORAS – pasó un mes desde eso, desde que me escapé como un quinceañero para ver a Jun, para estar con él, y creo que fue un buen día. Estuve fuera un día completo y cuando volví estaba seguro que Yan an se había arrancado la mitad de los pelos de la cabeza. Y me arrancaría desde el cuello hacía arriba por eso.
Discutimos, claro. No me entendía ni yo a él, tampoco tratamos de hacerlo. Dijimos cosas de las que nos disculpamos más tarde, pero nunca pasamos esa línea, la línea con el nombre de mi hermano, la línea que involucra mi locura, y mi culpa. Y le agradecía mucho por eso... Por eso quiero que salgamos a patinar con Junhui y Zhennan.
-Yan an, si lo conoces estaremos bien, ¿Recuerdas que se lanzó al rio congelado y se quebró una mano por mí?
-Lo curé – gruñe apenas mirándome.
-Pero lo hizo sin saber eso – discuto – No sabía que ibas a curarlo y aun así rompió el hielo con las manos y...
-Ni tu ni yo vimos eso – reclama – Bien podría ser una exageración de Zhennan, me dijo que lo atacaron antes de eso.
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Borderline ~JunHao~
Fanfiction"Hay momentos peores, como cuando siento que las cosas van a explotar y decido cerrar los ojos para no afrontarlo, y luego lo olvido como si estuviera justificado. Y termino como ahora, quitándome la vergüenza con otra bebida, drogándome para no pen...