Parte 15

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WEN JUNHUI:

¿Dónde quedo el necesitado Xu Minghao? ¿Cuándo pasamos de él necesitarme a mí a YO necesitarlo a él?

-Hao, Hao joder – jadeo – Necesito que entres tan malditamente tanto – mi visión esta borrosa sólo por lo tanto que me está haciendo sentir justo ahora.

Tiene mis piernas extendidas en la cama, ha besado cada parte de mi cuerpo, de la misma forma en la que ahora, con necesidad, brusquedad, muchos dientes y dejando marcas por todos lados. Dejándome incapaz de hacer algo más que retorcerme, con su cinturón asegurando mis manos a la cabecera, al frío metal.

-Quieto Junhui, todo a su tiempo – hablo con voz extremadamente baja y lenta, haciendo que sea necesario sólo eso para que me arqueara, queriendo más de él – Te veo muy necesitado, ¿Sabes hace cuanto quería follarte yo?

-Joder – gruño – Por favor – lloriqueo.

-Eso, ruega – sus labios rozan mi piel con cada palabra, haciendo que mi piel se erice. Que mis extremidades se tensen, que mi boca se abra, que lo necesite jodidamente tanto.

-Hao... Por favor, lo necesito – un pequeño grito se escapa al sentirlo morder mi jodido pezón con fuerza, dolorosamente – Ya... Hao... Te necesito.

Nunca sabré si eso se escuchó tan necesitado como lo sentí. Pero creo que sí, porque los ojos de Minghao me vieron como su siguiente presa, alejándose para quitarse por fin la estorbosa tela que aún lleva, desde que llegué apenas logre sacarle la camisa.

Cuando vuelve a meterse entre mis piernas, y su calor me llega, jadeo de pura satisfacción, retorciéndome, mis muñecas ya doliendo por los constantes tirones del cinturón cada vez que trato de soltarme, pero ese pequeño ardor ya se siente adictivo.

-Abre más las piernas, Junnie – murmura en mi oído antes de jadear y comenzar a morder mi cuello. Le hice caso de inmediato. Pero al parecer no fue suficiente, porque sentí sus manos en mis muslos separando mis piernas hasta que ya no dieron más.

Suelto un gruñido, porque pasó mucho tiempo desde que quise que alguien me follara tanto. Y cuando lo sentí entrar, llenarme, solté un largo gemido de satisfacción y dolor mientras me estiraba. Él no espero, y yo no quería que lo hiciera, empezando con un ritmo constante y duro, áspero y casi doloroso. Con gruñidos a cada segundo.

Juro que hay un poco de odio en cada uno de sus movimientos, en como mantiene mis piernas separadas y siento sus dedos marcándose en mi piel. En como frunce el ceño mientras mira mis ojos, gimiendo bajo, lo que me hace mirar sus labios al momento justo cuando pasa la lengua por ellos, antes de separarlos en suaves jadeos.

-Hao... Beso – pido con la poca cordura que me está dejando, mis muñecas duelen estimulándome, no puedo mover mis piernas por la fuerza que Minghao tiene sobre ellas, y mis ojos no pueden abandonarlo, me tiene atrapado.

Parece notarlo, porque baja, juntando sus labios y los míos en una guerra de lenguas constantemente interrumpidas por jadeos, mordidas, choques y necesidad. Pero todo eso para cuando arqueo la espalda gritando, Minghao encontró mi próstata en una embestida precisamente ruda.

-Eso es – lo escuche murmurar antes de que empezara a concentrarse ahí, sus manos cambiando a la cama, en puños. Mientras mis piernas lo rodean y mi cadera se mueve a él. Mis manos solo siguen tirando de su prisión, probablemente ya moradas.

Sonidos salían de ambos, cada vez más fuerte, cada vez más cerca, pero sin poder llegar, haciendo que mis ojos se empañen en lágrimas. Mis manos enterrando mis cortas uñas en mí mismo. Mis piernas cerrándose aún más alrededor de Minghao, y él gimiendo fuerte al correrse, para yo seguirlo con un gemido igual segundos después. La respiración irregular y pesada. Minghao desplomado en mi pecho sin salir de mí.

Borderline ~JunHao~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora