Capítulo 7: Todoroki Shoto

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Los días lentamente se convertían en viejos recuerdos mientras el grupo de aventureros se aproximaba más y más a su objetivo, el rescate de su amigo, o al menos así le querían llamar, estaba llevando más tiempo del que creían, al punto de que el rey Endeavor, como era conocido por todos en sus dominios, declaró que el príncipe, así como sus acompañantes habían desaparecido sin dejar rastro o motivo aparente, las personas en el reino se movilizaban buscando al heredero al trono, cerraron diversos comercios con el objetivo de que nadie abandonase el sitio hasta haberlos encontrado, sin embargo, el grupo liderado por el heterocromático comenzaba a sufrir las tretas y desvaríos característicos de aquel bosque "maldito" – Siento que llevamos andando en círculos desde hace unas horas, hemos pasado ese matorral con forma de pato unas tres veces – se quejó la pequeña hechicera de castaña cabellera mientras buscaba un sitio donde tomar asiento

– Tienes razón, pero aparentemente hemos seguido una ruta recta todo este tiempo, es imposible que regresemos al mismo punto una y otra vez – declaró Midoriya con una pose pensativa mientras miraba a todos lados a su alrededor – quizás sea el desnivel mágico

– ¿Qué cosa? – inquirió el príncipe que trataba de registrar su pasar por aquella zona boscosa

– Es algo como un truco para los forasteros, se supone que a partir de cierto punto, aquellos viajeros que no vengan acompañados por una criatura del bosque, terminará regresando por donde vinieron hasta volver a casa, es bastante simple y no le causa ningún daño a los humanos – el chico se encogió de hombros en su explicación tratando de hallar la manera de evadir la barrera

– Entonces si encontramos una criatura que nos acompañe, ¿podríamos pasar? – hipotetizó el caballero Iida escudriñando con la mirada todo a su alrededor

– Efectivamente, pero dudo que alguna de ellas quiera...

– Veo que tienen problemas para pasar de este punto – una voz masculina y joven interrumpió al peliverde desde las profundidades de la arboleda, alertando al resto del equipo para pelear en caso necesario – tranquilos, soy sólo un viajero como ustedes – el hombre se dejó mirar, vestido completamente de negro, extrañas heridas en su rostro y manos, así como una negra y encrespada cabellera le hacían el centro de atención – estuve atrapado en el mismo dilema que ustedes hace mucho tiempo, y encontré la manera de pasar sin molestar a ningún habitante de este páramo

– ¿Quién eres y cómo nos has encontrado? – habló el miembro de la realeza colocándose al frente del grupo que buscaba protegerse del extraño oportuno

– Ya lo he dicho, soy solo un viajero – su voz resonaba por todo el ambiente siendo acompañada por el silbido del viento, sonrió de lado al mirar los rostros desafiantes de los chicos parados frente a él y se acercó lentamente sin invadir su espacio personal – uno de ustedes debe beber este inofensivo brebaje, le hará pasar por una criatura y podrán acceder al bosque sin mayores inconvenientes por el resto de su travesía, bébanlo antes de que se oculte el sol o cuando se hallen en verdaderos problemas, consideren este un regalo – el chico tomó una botella de cristal de entre sus ropas para después arrojarlo al príncipe que le miraba en desconfianza – "Todos para uno" – susurró antes de desaparecer por entre la arboleda dejando al grupo confundido y con una botella resplandeciente en manos

– T-Todoroki-kun no pensarás en beber eso, ¿o sí? – cuestionó el peliverde acercándose a su majestad, el cual negó lentamente con la cabeza

– Trataremos de buscar nuestra propia entrada, por ahora deberíamos acampar aquí, la puesta de sol está a solo un par de horas, mañana trataremos de encontrar algún hada o ser pequeño y de bajo poder para que nos permita el paso, ¿hecho? – todos asintieron vivazmente antes de separarse para buscar lo necesario para pasar la noche, mientras tanto el chico miraba con curiosidad el frasco en su mano, algo en aquel hombre le había parecido singular y extraño, había visto el aura maligna que emanaba de su cuerpo como si de verdad pudiese ser visible, aquello le inquietaba

El hechizo en tu miradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora