El chico de la esquina ~YM~

2. El chico de la esquina.

Los suspiros se escuchaban a cada segundo y en toda la preparatoria, las chicas babeaban por el nuevo profesor, mientras algunos chicos les molestaba su sola presencia, uno que otro también se derretía por aquel hombre tan atractivo.

Y luego se encontraba Park Jimin, quien no le había tomado ni una sola importancia al profesor Min.

El chico vivía metido en su lectura, ignorando todo a su alrededores, no le interesaba si había un nuevo profesor, si la preparatoria completa estaba derritiéndose por el señor Min, él ni siquiera recordaba como se llamaba, ¿Por qué siquiera tomarle importancia?

Jimin no salía del salón, más que para ir al baño, nadie lo veía, nadie le hablaba, nadie lo molestaba y eso solo explicaba la paz que Jimin sentía al no recibir atención de nadie. ¡Él odia ser el centro de atención!, Así que su vida es totalmente tranquila.

El castaño es amante de la lectura, de los buenos libros, de la escritura, le encanta plasmar sus ideas en un viejo móvil, si un teléfono celular, en la sección de notas, así es como el chico plasma cada una de sus ideas, todas bien guardadas, con la esperanza de algún día poder publicar alguna.

Su computador se había dañado poco antes de regresar a clases, así que, mantenía todo guardado en aquel viejo aparato. Él agradecía haber hecho eso antes de que su portátil muriera por completo.

El toque de la campana se dejó escuchar, señal que el receso había acabado y la segunda jornada del día estudiantil estaba por iniciar. Jimin soltó un cansino suspiró, bajo el volumen de sus audífonos y esperó con impaciencia a que la clase iniciará, porque paciente no es.

Todos los alumnos empezaron a ingresar al aula, el bullicio molesto a Jimin, él detestaba tener que soportar el ruido escandaloso de aquellos chicos que tenían el papel de sus compañeros, porque no le quedaba de otra más que aceptarlo, para él, eran extraños que compartían un salón y ya.

Cuando todos estaban en sus asientos, el profesor Min ingreso a la clase y nuevos suspiros se escucharon, lo que le saco una sonrisa al pelinegro, logrando así, nuevos suspiros ilusionados. Menos para Park quien se había entretenido dibujando una pequeña flor en la esquina de su cuaderno.

- Buenas tardes clase - Saludo el mayor - Como ya saben, soy su nuevo profesor de literatura, mi nombre es Min Yoongi y también estaré a cargo de esta sección - Se presentó el mayor a lo que todos aplaudieron entusiastas.

Yoongi observó a todos y cada uno de sus alumnos con una suave sonrisa en su rostro. Su vista se detuvo en aquel chico que tenía la cabeza gacha, mientras trazaba en su cuaderno, no le tomo mucha importancia y decidió dar inicio con su clase.

Todo transcurría perfectamente, nada fuera de lugar. El primer día de trabajo para Min había culminado exitosamente, tenía alumnos divertidos, muy participativos, no siempre respondían como se debía, lo que lo hacía pensar que en realidad antes no eran así.

Claro que Yoongi no sabía que el único que siempre respondía correctamente las preguntas no hablo porque estuvo siendo interrumpido constantemente durante la clase. Cada que el chico castaño intentaba opinar o responder, todos, literal, todos sus compañeros gritaban queriendo dar la respuesta, aunque nunca era la correcta.

Así que Jimin decidió guardarse sus opiniones y comentarios durante aquella clase. Él creía que por el simple hecho de querer interactuar con el profesor por eso todos sus compañeros estaban más participativos, algo a lo que le resto importancia y pensó que se les pasaría pronto.

Qué equivocado estaba, Jimin tuvo que soportar día tras día, aquel bullicio de todos los trogloditas que tiene por compañeros, jamás se callaban, siempre estaban tratando de responder aunque no lo hicieran bien, claro que eso sucedía únicamente en la clase de literatura, el resto era todo silencio y paz para Jimin. Así que él empezaba a odiar aquella clase, por más que ame la literatura, se sienta identificado con ella, muy dentro de su corazón, ya empieza a detestarla.