31. Esperando por ti

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Dos semanas...

Dos largas y tristes semanas en las que Jimin no había salido de su habitación ni una sola vez. Dos semanas en las que apenas y probaba bocado, no dormía bien y sobre todo pasaba llorando la mayor parte del tiempo.

Los Park estaban realmente preocupados por su hijo, se dieron cuenta de cuan independiente era Jimin de Yoongi y aunque eso podía sonar demasiado tóxico o enfermizo, lo cierto es... Qué no era así.

Jimin amaba demasiado a Yoongi, lo consideraba su motor a seguir adelante, a cumplir sus metas y sueños, Jimin consideraba a Yoongi como su ejemplo, quería ser como él, aprendía mucho de su novio día con día, tenían un nivel de confianza tan alto que se contaban hasta lo más mínimo y vivían uno por el otro.

Mina era la más preocupada, todos los días entraba a ver a su pequeño hijo, lo esuchaba y lo veía llorar, cuando se quedaba dormido, susurraba el nombre de Yoongi entre sueños, le suplicaba a su madre para que le prestará su móvil y poder llamar a Yoongi, pero está no se lo permitía.

La mujer debía cumplir las reglas impuestas, de no ser así, el que pagaría las consecuencias sería Yoongi y ella en verdad apreciaba mucho al mayor como para hacerle algo así y sobre todo a su hijo, quien ya sufría por su separación y no imaginaba como se pondría si lo alejaran más tiempo.

El día que ocurrió todo el problema, tanto Yoongi como Mina y Heehul salieron del instituto, los tres se fueron directo a casa de Yoongi, hablaron seriamente sobre la situación.

Sabían que no podían romper las únicas condiciones que les dieron para que Yoongi no fuese a prisión. Los tres también sabían que el que más sufriría sería Jimin claramente, este sonreía y era feliz por Yoongi y el prohibirle verlo o si quiera llamarlo sería una cruel tortura para él. Mientras Yoongi no estaba alejado del mismo sentimiento, el solo pensar que no podría ver a su pequeño durante un mes, le causaba temor y dolor en su corazón.

Los Park le sugirieron a Yoongi el mantenerse al margen y que por nada del mundo se acercara a su casa, hasta que la fecha indicada se haya cumplido.

Por otro lado, aquel mismo día, en que a Jimin le informaron sobre las condiciones, fue mucho más peor. El chico se lanzó al piso a llorar de agonía, de dolor y culpa, se recriminaba una y otra vez el no haber salido antes del baño, se culpaba sobre lo sucedido aunque era el que menos culpa tenía.

Los primeros cinco días fueron realmente preocupantes para los Park, parecía que Jimin querría suicidarse en cualquier momento y aunque ese era el único pensamiento que jamás pasaría por la mente del chico, parecía que fuera a suceder, puesto que su mente únicamente pensaba en el día que volvería a ver a su novio.

- Minnie - Llamo Heechul, mientras entraba a la oscura habitación - Te traje la cena hijo - Susurró.

- No tengo hambre - Dijo lo mismo que repetía todos los días.

- Sabes que debes comer cariño, estás muy delgado Minnie, tienes ojeras, no te estás cuidando bien, ¿Crees que Yoongi se sentirá bien cuando te vuelva a ver y tú estés en esas condiciones?, Él se sentirá más culpable.

- Yoongi no tiene la culpa - Dijo con nuevas lágrimas avecinandose por sus ojitos - Yo...

- Tú no tienes la culpa de nada Park Jimin - Hablo fuertemente el señor Park - Deja de culparte por algo que no hiciste, si, ambos cometieron un error, uno que les ha salido demasiado caro, los dos tuvieron la mala suerte de ser vistos cuando menos lo pensaron, pero no tienes la culpa de nada, ¿Entiendes?

Heechul estaba preocupado si, pero más que preocupado, se sentía frustrado por la terquedad de ambos.

Mina y Heechul iban todos los días a ver a Yoongi, le llevaban comida y le decían como se encontraba Jimin. El hombre se estaba cayendo a pedazos también, extrañaba a su pequeño Minnie, lo necesitaba cerca, ambos lo hacían, ambos se culpaban y ambos se veían realmente miserables.

El chico de la esquina ~YM~ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora