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- Mi rey, ¿está seguro de lo que hace? -preguntó angustiado.

- No te preocupes por mí... -sonrió gentilmente.

- P-Pero...

- Sé que lo que hice fue una locura... Pero creo que él es el indicado... Puedo sentirlo -posó su mano en el hombro del humano- Que esto quede entre nosotros, por favor -pidió con su dulce y firme voz.

- ... Está bien

AMA LLULLA


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Perú se despertó agitado. Tanto su respiración como sus latidos estaban acelerados.- "¿Ama... llulla?" -Esas palabras se quedaron como eco en su mente.

Claro que sabía el significado de esas palabras... "No seas mentiroso"... Pero, ¿a qué se refería? Como si fuese peor, las personas que aparecieron en ese extraño sueño no las podía distinguir con claridad, pero pudo ver la ropa que llevaban... Era ropa de los incas... Sentía que sus antiguos dioses le mandaban un mensaje. Cosa muy rara, ya que dejaron de hacerlo desde hace mucho tiempo...

Una de las razones por las que aceptó ser católico.

Soltó un suspiro y se levantó de su cama. Miró por la ventana la claridad de la noche... Había luna llena...

Decidió ir afuera y se dirigió a un lugar que solo él conocía. Sus guardias estaban dormidos, cosa que le dio gracia ya que ellos eran los guardias nocturnos y, como el mismo cargo lo dice, se supone que deberían estar más que despiertos, no con las babas callendo por su boca. No sabía por qué pero algo le decía que era por influencia de la luna. Después de todo, no era la primera vez que pasaba. Siempre en luna llena, podía escabullirse mientras los guardias dormían.

Siguió su camino. Se paró en medio de varias flores. Al rededor, habían varios árboles que tapaban el cielo con sus largas y voluptuosas ramas. Pero, en ese punto en específico, las ramas formaban un círculo en lo alto. Dándole un toque mágico al lugar.

Desde ahí, el peruano admiraba el firmamento. Cada pequeña estrella era una maravilla para él. También veía la luna redonda...

Como si fuese ritual, lágrimas salían lentamente.

La razón por la que iba a ese lugar era porque podía sacar todo lo que tenía. Ahí, parado en medio de esa hermosa fauna, sacaba todos sus pesares y sus lamentos. La barrera de "Estoy bien" que ponía frente a los demás, se rompía cual frágil cristal. Lloró hasta cansarse de hacerlo...

Todo bajo la atenta mirada de aquella luna.

El bicolor se encontraba hechado entre las flores. Ya había pasado la tormenta de emociones. Ahora, solo miraba el anochecer con toda tranquilidad. El viento pasaba suavemente por su rostro, moviendo algunos de sus cabellos, como si tratara de consolarlo.

- Hace tiempo que no hacía esto... -murmurró entre pequeñas risas al mismo tiempo en que levantaba su torso para poder sentarse de rodillas- Por favor... -dijo mientras agachaba su cabeza en señal de sumisión y respeto- Por favor... cuídalos

Pidió y pidió hasta que empezara a salir los rayos del sol, señal de regresar antes de que noten su desaparición.


Hijo de la luna (Perú Harem)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora