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El capítulo es ".5" porque es un extra, además es corto. Espero que lo disfruten.

Psdta: A falta de traductor, todo lo que esté en letras inclinadas, está en quechua.

"No reniegues ningún recuerdo de tu pasado. Lo que viviste te hizo ser quién eres"

Cuando te vi, me perdí en tus ojos...

Tú fuiste y siempre serás...

Mi primer amor...

- Mi señor -aquel beta se inclinó ante el alfa con respeto- se han reportado avistamiento sobre unos seres extraños.

- ¿Seres extraños? -abrió un poco sus ojos por la sorpresa soprendido.

- No son muchos, pero tienen unas raras ropas.

- ¿A qué te refieres?

- Sus ropas brillan, señor, nunca habíamos visto algo igual...

- ¿Por dónde están? -preguntó con curiosidad.

- Se les ha visto por las selvas, aunque parecen dirigirse hacia aquí...

- Si no son muchos... No habrá problemas -sonrió- Nuestro ejército es más grande.

- Yo no los subestimaría... -al salón entró otro alfa.

- Señor Tahuantinsuyo -el beta volvió a inclinarse.

- Pensé que estabas en los pastos con los niños.

Y lo estaba -rio con dulzura.

A pesar de ser un alfa, Tahuantinsuyo no era alguien intimidante (a no ser que se lo proponga), sino que irradiaba calma y ternura. Desde su existencia, los incas lo veían como un hijo del Sol más. Caral se había ido... Hubieron tiempo de incertidumbre... Hasta que apareció él, con sus colores tan hermosos como el arcoíris... 

- No los detengan, que vengan aquí -habló el inca.

- Entendido, señor.

- Oh, también dile a los chasquis que se mantengan atentos -dijo Tahuantinsuyo.

El beta asintió y se inclinó por última vez antes de retirarse.

- "Qué dicha..." -pensó mientras corría con una sonrisa de oreja a oreja.

Para ellos, ver al señor Tanhuantinsuyo era señal de buena suerte. Él paraba entre los animales, sacerdotes y los niños. Quizá por esa última razón todos lo veían con respeto y cariño. Después de todo, esos niños crecían y se convertían en trabajadores del Hijo del Sol, su emperador por así decirlo. Actualmente, ese lugar lo ocupadaba Atahualpa.

Tanhuantinsuyo era como la mano derecha del "emperador". Podía ordenar a los demás y cumplir los deberes de Atahualpa, pero nunca ocuparía su lugar. Sin embargo, para el resto, él era otro Hijo del Sol.

Desde el primer momento, supe que habías despertado algo en mí...

Ojalá nunca nos hubiésemos conocido...

Mi mayor pecado...

Hijo de la luna (Perú Harem)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora