Room For A Little Bit More(Super corp gip) parte 3

Capítulo 1

Kara POV

― ¿Hola? ¡Tierra a Kara! ¿Vas a mirar fijamente esa cosa todo el día, o qué?

Mis ojos se movieron de mi anillo de compromiso a Nía, que estaba sentada al otro lado de la isla.

―Tú has tenido uno por un millón de años. Yo llevo con el mío menos de un día. Déjame en paz.

Ella puso los ojos en blanco y se echó hacia atrás estirando la espalda.

―Sí, sí. En una semana será noticia vieja. Créeme.

― ¿Cuál es tu problema, Nancy la Negativa?

―Este chico es el problema. En este momento es... ¿qué?, ¿del tamaño de una manzana? ¿Cómo puede ser que ya me molesté? ―Hizo una mueca. ―Todo está estirándose y moviéndose.

―Por desgracia, probablemente te va a molestar por un tiempo.

―Sí, bueno, recuérdame eso cuando lo deje salir.

Me reí.

― ¿Hoy es un él? Ayer era ella.

― ¿Quién demonios sabe lo que es? ―Levantó los brazos frustrada―. Brainy quiere que sea una sorpresa y me está volviendo loca. Quiere que el momento en la sala de partos sea mágico. Y a mí lo único que me preocupa es que mi vagina se dilate y rueden todos mis órganos por el suelo.

Me reí.

―Es un poco dramático, ¿no te parece?

― ¡Por supuesto que no! ―Me miró con un ceño―. Veo Grey's Anatomy. He visto a las mujeres gritando y golpeando a sus maridos como la mierda.

―Es falso, Nía. Todo es para televisión, lo prometo. Si alguna vez cambias de opinión y quieres averiguarlo, conozco a alguien con acceso a una máquina de ultrasonido. ―Le guiñé un ojo.

―Voy a recordarlo la próxima vez que se niegue a traerme wontons de queso a la una de la mañana. Arruinar el sexo de su hijo será la venganza perfecta.

―Si tú lo dices. ―Caminé hacia el refrigerador y saqué un cuenco de uvas para ponerlo entre nosotras.

―Suficiente del niño diabólico. Vamos a planear la boda. ―Movió las cejas.

― ¡Me acabo de comprometer anoche!

―Sí, y si quieres hacer tu recepción en los jardines Graybil o en Beelow Hall, será mejor que los apartes hoy. Son los mejores lugares para casarse en un radio de cincuenta kilómetros. ―Se inclinó y tomó unas cuantas uvas haciéndolas estallar en su boca―. El año pasado llegó una mujer a finiquitar su orden de flores, y me dijo que había reservado los Jardines Graybil tres años antes, y no tenía prometido, lo conoció al año siguiente.

Se me abrió la boca.

― ¿En serio?

―Sí. ―Asintió lentamente―. Hablando de ser optimistas, ¿eh?

―O desesperadas ―bromeé.

―Obviamente. ―Estuvo de acuerdo―. Pero mi punto es que todos esos lugares se llenan rápido. Puede que incluso tengas que pedirle a Lena que utilice su fama de estrella para conseguirlo.

Lena y yo nos habíamos comprometido hace quince horas. Estaba tan eufórica de que me pidiera matrimonio, que en realidad ni siquiera había pensado en la boda.

No tenía ninguna prisa, pero Nía me estaba estresando.

―Nía, no hemos hablado de nada de eso. No hemos escogido fecha ni lugar. Ni siquiera se lo hemos dicho a Rubí y Alex todavía.