Capítulo 6

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LENA POV

Kara estaba de pie como una estatua mirando el sobre en sus manos. Me agaché, tratando de verla a los ojos.

― ¿Cariño? ―Pestañeó, pero no respondió―. ¿Kara? ―la volví a llamar, mi corazón a mil por hora mientras miraba el sobre―. Cielo, ¿qué sucede? ―Su madre se acercó a nosotras y Jeremiah y las chicas también nos miraron.

Como Kara seguía sin responder, le saqué el sobre de las manos y lo miré de cerca.

― ¿Zor-el Danvers? ―Leí el nombre en voz alta y miré a Eliza. Cuando dije el nombre, me di cuenta. Zor-el era el padre de Kara. Casi nunca hablábamos de él, pero recordaba que lo había mencionado un par de veces.

Eliza se movió en cámara lenta. Se puso las manos en la boca mirando fijamente a su hija con los ojos muy abiertos. Jeremiah se acercó y le pasó un brazo por los hombros, sacándola del shock. Se aclaró la garganta.

― ¿La vas a abrir?

Los ojos de Kara se quedaron fijos en su madre. Luego se volvió hacia mí.

―No lo sé. ¿Debería hacerlo?

―No puedo decidir por ti, cariño. ―Me encogí de hombros.

Le di el sobre, respiró hondo y lo abrió. No quería molestarla en caso de que no quisiera leerla en voz alta, pero por lo que pude ver a través del papel delgado, no era una nota muy larga. Eliza se acercó al refrigerador, abrió la puerta y empezó a mover los contenedores tratando de no ver la reacción de Kara al leer la nota de su estúpido padre que las había abandonado hacía quince años. Por supuesto que no conocía al hombre y no debería insultarlo, pero saber que había dejado a su esposa y a su hija era razón suficiente. Mierda, en este punto me sería difícil alejarme de Alex y de Rubí, y ni siquiera eran mis hijas biológicas. Hablando de ellas...

―Oigan, ¿qué les parece si vamos a la sala de estar y dibujamos a Jeremiah con ese tatuaje en el rostro? ―No tenía idea de lo que decía esa carta, o lo que estaba a punto de suceder en esta cocina, pero sentí que tal vez las chicas y yo deberíamos estar en otro lado.

―Estoy cansada ―gimió Alex.

―Yo también. ―Rubí bostezó―. ¿No podemos acostarnos en el sofá y ver Frozen?

―Claro. ―Me reí mirando el reloj―. No la hemos visto en.... como en cinco horas. Deben estar con síndrome de abstinencia. Vamos. ―Agarrando la bolsa de pretzels, llevé a las niñas a la sala de estar.

Las chicas se estaban riendo de Olaf, el torpe muñeco de nieve parlanchín, mientras yo seguía mirando hacia la cocina. Kara le pasó la carta a Eliza. No le llevó mucho tiempo leerla y ponerla en la barra, donde Jeremiah se inclinó y la leyó por encima de su hombro.

― ¿Qué vas a hacer? ―le preguntó Eliza, apenas lo suficientemente alto para que la escuchara.

Kara se acomodó un mechón de cabello detrás de la oreja y se encogió de hombros, Eliza extendió la mano y tiró de ella para darle un abrazo. En el momento en que oí a Kara sollozar, salí de entre las niñas y les dije que volvería en un momento. Caminé hasta quedar detrás de Kara, Eliza frunció los labios sobre el hombro de su hija y me la pasó cuando estuve cerca. La envolví en mis brazos y la abracé con fuerza. Eliza agarró la carta y la sostuvo en alto para que la pudiera leer.

Kara, Leí tu compromiso en el periódico y me di cuenta de todo lo que me he perdido.

Esperaba que pudiéramos almorzar y ponernos al día. Tenemos mucho de qué hablar.

Room For A Little Bit More(Super corp gip) parte 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora