—Piensa en que este es solo un concierto más —dijo Jong-Hyun en un intento de animarme.
Yo solo rodé los ojos. Es que, si fuera tan fácil, yo no estaría tan nervioso como lo estoy en estos momentos. ¿No se podía poner en mi lugar un momento? Había muchas cosas en juego, tantas que hasta estaba dudando en si debía confesarme o no.
—Vamos, tienen que subir al escenario ahora —dijo el señor Park apareciendo de la nada, al menos para mí.
Podía escuchar los gritos de nuestras fans, tan fuertes que creí que se quedarían sin voz. Dios, estas chicas son todo un caso. Cuando por fin estábamos parados sobre el escenario fue cuando noté la cantidad de personas que había.
—Puedes hacerlo —me animé a mí mismo.
No le cantaría la canción de inmediato, sino que esperaría al final, en el último momento, lo haría. Y eso fue lo que hice, cuando el concierto estaba por terminar busqué entre la multitud intentando ver su rostro.
Malditos fanfics que te hacían creer que cruzar miradas con alguien en un concierto era lo más fácil. La luz daba contra mi rostro, haciendo que fuera casi imposible buscar a alguien entre la multitud, buscarlo a él. No solo eso, sino que eran tantas personas y yo no recordaba en qué parte estaba.
—¿Estás bien? —escuché que alguien preguntó detrás de mí.
—No —susurré.
Toda la preparación que había tenido se desmoronaba frente a mis ojos solo porque me dejé llevar por la emoción y no tuve en cuenta esos grandes detalles. Tal vez lo mejor era cancelarlo.
Antes de que pudiera girar y decirle a los demás que lo mejor era seguir con el concierto, las luces bajaron de intensidad. Bajaron muchísimo.
—Está en primera fila, a la izquierda —escuché que dijo SanHa.
Miré en la dirección que mencionó y ahí estaba él, mirándome fijamente con una sonrisa. Si alguien dijo algo más después de eso no estaba seguro, lo único que sabía es que cuando comenzó la canción mis ojos no se despegaron de él. Su expresión se transformó en una de asombro cuando los segundos pasaron y yo no dejaba de mirarle.
Cuando el concierto acabó lo primero que hice fue agarrar mi celular y mandarle un mensaje; "¿Nos juntamos mañana?"
Me miré en el espejo una última vez, asegurándome de verme bien. Estaba tan nervioso que esa era la quinta vez que me miraba en el espejo.
—No estés nervioso —me animó Haneul —seguro que él va a estar de lo más emocionado.
—¿Eso crees?
—Al 100% —afirmó.
Antes de que pueda decir algo más, alguien tocó el timbre. Haneul sonrió mirándome de reojo antes de ir a abrir la puerta.
—Lo siento, ¿llego tarde?
—No, estás justo a horario, ven, pasa.
—Tu casa es hermosa —lo escuché decir —¿En qué necesitas que te ayu...?
Sus ojos chocaron con los míos en el momento que entró a la sala, pude notar la sorpresa en su mirada y cómo sus mejillas se teñían de un color rojizo.
—Hola, DongMin.
DongMin miró a Haneul y después a mí, así varias veces, hasta que finalmente centró su atención en mí de nuevo.
—¿MoonBin?
Hice una señal disimulada a Haneul para que se vaya, a lo que ella asintió y desapareció por la puerta.
—Sí, soy yo. Me alegra poder conocerte en persona.
Le mostré mi mejor sonrisa, sin embargo, DongMin se quedó quieto en el mismo lugar, como si hubiera olvidado cómo mover su cuerpo. Así pasaron 3... 5 segundos, hasta que parpadeó varias veces seguidas, su boda se transformó en una "o" y de un momento a otro, su cuerpo cayó al suelo.
—¡DongMin!
Corrí hasta su cuerpo en el suelo y después de asegurarme de que no se había hecho daño, lo cargué para dejarlo en el sofá. Dios, entre todas las posibilidades, jamás me esperé que algo así fuera a pasar.
No pasó mucho tiempo antes de que Dongmin finalmente despertara. Parpadeó un par de veces confundido antes de centrar su atención en mí.
—¿MoonBin? ¿Cómo es que...?
—Yo... Tengo algo que confesarte.
Sin darle tiempo a responder, empecé a contarle todo: que yo era SooBin, cómo había sucedido que me equivoqué de número y lo más importante, que tenía ganas de verlo en persona.
Dongmin parecía estar procesando la nueva información, mirando un tiempo hacia la nada antes de que sus mejillas se tiñeran de un rojo intenso.
—¿Por eso me mirabas mientras cantabas la canción? ¿Acaso tu...?
—Quería que fuera especial —confesé, mirando directamente sus ojos.
—¿Por qué?
—Solo quiero lo mejor para el chico que me gusta.
—Bin...
Sonreí al ver sus ojos brillantes. Él estaba confundido, muy confundido, pero también feliz y eso me daba esperanzas.
—También me gustas —aseguró después de unos segundos —. Empecé a sentir cosas por ti desde que pensé que te llamabas SooBin.
Quiero besarlo. De verdad quiero. Rayos, ¿por qué esperar tanto tiempo? Él me gustaba, yo le gustaba, entonces estaba bien.
Acaricié con suavidad su mejilla antes de juntar mis labios con los suyos. Eran tan suaves y cálidos. Esto era solo el inicio, estaba seguro.