Entre líneas. Entre halos de luz que se dejan ver con el polvo que flota. Entre las nubes que cada vez se van haciendo más rojas. Entre los aleteos de las aves que van hacia los árboles aledaños. Entre ese viento tenue que, conforme se acerca la noche se vuelve más fresco. Entre el silbato del carrito de camote o las risas de los niños que se entretienen con los charcos que quedan en la calle de tierra. Entre notificaciones del teléfono que se replican en el gadget de la muñeca. Entre las pocas burbujas que le quedan a la cerveza cada vez más tibia. Entre el humo del incienso que sube más alto. Entre el sonido del Volkswagen escarabajo que circula en la calle. Entre todo eso, discuto internamente ante mi inexperiencia social que, afortunadamente va haciéndose menos (aunque a una velocidad que la tortuga del hogar puede superar con creces) y lo que pueda lograr (o no) saliendo de esa ignorancia social.
Entre líneas se leen muchas cosas. Las indirectas amorosas, el sarcasmo, las miradas con el ceño fruncido, los movimientos de las mascarillas al sonreír, el movimiento de las manos, el sudor de las mismas, la dedicatoria musical, o las distancias y los lugares que se visitan. El encierro también tiene mensajes entre líneas. El escribir a lápiz y papel o hacerlo en un computador también dice mucho entre líneas. Los "te extraño", los "te quiero", los "quiero verte" o las desapariciones de todos lados también dice mucho entre líneas.
Nunca me he considerado bueno para leer entre líneas. Y menos si se trata en un plano mucho más interpersonal, donde compartes la risa y la cerveza con más personas (conocidas o desconocidas, da igual). Aún me cuesta trabajo leer entre líneas de las personas que pienso que conozco solo por mantener una cotidianeidad. Aún pienso que me encuentro en pañales intentando relacionarme en un plano donde la juventud (que se supone que entro yo) desarrolla el arte del ligue de forma excepcional.
Entre líneas dejo ver mi soledad y mi hambre de convivir. Ya no llego siquiera a lo corporal, al roce de pieles más allá del tan añorado perreo masivo, castigado por un bicho que no cede. Ya no hablamos del sexo, del arte íntimo, de esa lectura entre líneas que trascurre solo entre dos y conecta ese lado emocional y físico.
Entre líneas, les extraño.
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De las ideas pendejas y mas cosas contemporáneas
OverigIdea pendeja: concepto creado para definir la expresión de sentimientos en escenarios "inapropiados", a partir de lo que dicta la moral en turno. La expresión del último año a partir de cartas sueltas, correos electrónicos, monólogos, ideas, y una q...