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-Ya no llores TaeTae -Jin hacía lo que podía para consolar a su amigo de ya diez años

El niño de cabellos castaños y alborotados había llegado a la escuela con la mejilla roja y lágrimas secas.

-¿Tu nana no te mandó almuerzo? -preguntó Jimin con inocencia, ya que la última vez que le había visto llorar la causa de ello fue que su nana había olvidado darle el termo en donde tenía su malteada favorita

-¡Yo te doy del mío! -habló esta vez Jin acercando sus manos a quitarle las lágrimas de las mejillas -Pero ya no llores

Los tres pequeños se habían vuelto completamente inseparables, y el comportamiento de Taehyung era impecable, lo cuál la directora del colegio agradeció a la profesora Nayeon desde el primer momento.

Taehyung sólo era un pequeño incomprendido que necesitaba el amor que no recibía en casa.

Y los pequeños y tiernos Jimin y SeokJin fueron perfectos para él, con sus conversaciones sobre caricaturas, su gusto por las brochetas de pescado o los juegos con muñecos que solían llevar en sus mochilas a la hora del almuerzo.

Poco a poco la actitud de Taehyung fue cambiando.

Aún cuando seguía siendo ese pequeño juguetón, sonriente y bromista, ahora tenía a dos amigos que sin duda harían todo por él, con tal de verlo feliz.

Incluso había un cambio en el comportamiento del pequeño y tímido Jimin, a quien las profesoras podían ver siendo más atrevido al momento de jugar, o de participar en clase.

Todos juraban que había sido sorprendente cuando un día lo vieron corriendo por el patio mientras jugaba y reía con el resto del grupo de su salón de clases.
Ese día incluso se había caído manchando un poco sus rodillas y calcetas, pero como un niño más no le tomó importancia y sólo se levantó para seguir jugando.

Sin embargo a pesar de eso había días que no eran tan buenos.

Como aquel día en el que Jin llegó con una expresión de susto plasmada en el rostro cuando a penas tenían seis años.
Ambos le habían preguntado qué había sucedido pero Jin no supo explicar muy bien la situación, sin embargo lo que dijo sobre haber visto a su padre pateando algo oculto bajo la barra de la cocina con su rostro molesto los había dejado pensando.

Pero eran muy pequeños, y cuando la madre de Jin fue a recogerlo con lentes oscuros aún cuando no había sol y cuello de tortuga aún cuando no hacía frío sólo lo pasaron por alto.

Así hubo muchos más momentos, hasta que supieron que los padres de Jin se estaban separando, en realidad ninguno de los tres entendía todo ese papeleo pero parecía que Jin estaba demasiado feliz porque para él significaba que nunca más iba a ver a su padre y eso le gustaba mucho.

Para Jimin era extraño, porque él amaba a su padre y no podía imaginarse una vida sin ser la luz de sus ojos como siempre lo había sido, incluso le pasaba lo mismo con su madre.

Sus padres seguían siendo un lugar seguro y no podía verlo de otra manera.

-¿Por qué estás tan triste TaeTae? -volvió a preguntar Jin al notar que su llanto no disminuía

Aún cuando él había sacado sus galletas con chispas y las había colocado frente a su amigo para hacerlo feliz.

Aún no comenzaban las clases y los tres estaban sentados sobre sus pupitres mientras el salón poco a poco se iba llenando con la llegada de sus compañeros.

𝑫𝑰𝑹𝑬𝑪𝑻𝑶𝑹 ❤︎ 𝙽𝙰𝙼𝙼𝙸𝙽 | 𝕥𝕖𝕣𝕞𝕚𝕟𝕒𝕕𝕒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora