Pienso en mí y no me encuentro.
Solo escucho mis lamentos.
Siento el fuego arder.
Todo aquello que me rodea comienza a desvanecer.
Es la hora de yacer.
Deseo evitar la oscuridad,
aquella que cada día me intenta corromper.
Sigo mi camino hacia el horizonte,
pero ni allí logro extinguirme.
La llama debe crecer.
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Versos rotos de una adolescente.
Short StoryLos pensamientos de un alma adolescente, rota y perdida.