No imaginas lo que daría por quitar tu dolor, ojalá esta vida fuera diferente, que las personas estén en el lugar que se merecen y no en el que les ha tocado.
Eres una guerrera, una diosa del olimpo, un ángel caído del cielo y enviado para enseñar a la humanidad que rendirse no es una opción.
Ojalá la absorción de tu sufrimiento pudiera hacerse y así, ser yo el recipiente, no quiero nada más que tu felicidad y armonía.
Te queda mucho por delante, abuela.
Sigue con tu lucha, que yo estaré siempre a tu lado.
ESTÁS LEYENDO
Versos rotos de una adolescente.
Short StoryLos pensamientos de un alma adolescente, rota y perdida.