Carabana

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Sharik veía a la pobre Mantis retorcerse en su sitio, y pensar que aquella pasta de desesperación hace poco la mandaba a callar.

La araña por su parte solo veía a su exterior como si no sucediera nada.

La polilla por otro lado miraba en ocasiones a Salvia para luego retirar la mirada rápidamente en reiteradas ocasiones.

Unas cuantas horas pasaron y Salvia había dejado de llorar, se secó las lágrimas de la cara como si lo de antes no hubiera ocurrido. En ese momento probablemente se le habría ocurrido pensar en algo, pero estaba tan cansada que no tenía ni una sola idea en la que pensar.

Banalmente empezó a mirar sus garras mientras pensaba en su familia y tribu, deseaba tener una visión positiva en caso de una guerra, pero tras ver el potencial de la armada de la Reina hormiga no podía pensar en algo que no fuera una masacre. En el mejor de los casos quizás algunos de los suyos podrían huir antes de la inminente destrucción.

Se detuvo a pensar en esa idea, huir no era algo que nadie en su tribu haría y mucho menos su familia.

Entonces aquellas palabras de Ya'Lahramti parecieron tener mucho sentido, idea que le repugnaba así que de inmediato detuvo sus reflexiones para continuar su agobio emocional, esperando que por favor mañana algo acabara con su miserable existencia.

Pero ajena a sus preocupaciones la araña tarareaba felizmente sentada en su celda, tan fuera del mundo que la rodeaba que hasta era preocupante, y por suerte había alguien ahí para hacérselo saber.

—Oye...no crees que te estás tomando esto muy a la ligera...—La polilla bajo la cabeza preocupada —podríamos no salir de aquí con vida...

Sharik volteó a ver a la polilla —Oh no me mal entiendas, este lugar es un asco, pero no me preocupo porque sé que pronto seré libre— Respondió para volver enseguida a su tarareo.

—¿Cómo puedes estar tan segura?

Sharik iba a responder a esa pregunta pero de pronto ambas oyeron las grandes puertas del portón que daba paso a las celdas abrirse.

Una hormiga completamente equipada con una armadura color cobre apareció por la puerta, de forma cautelosa entró en el cuarto, miró a los lados un par de veces para luego acercarse caminando a las celdas de la polilla, Salvia y Sharik, deteniéndose frente a esta última.

—Oh hola— Saludó Sharik al ver a la hormiga frente a ella —¿Te ayudo en algo amigo?

La hormiga bufó molesta —Parece que ni estando un día de esclava es suficiente para que dejes de ser tan descarada— Dijo la hormiga quitándose el casco que no dejaba ver su rostro.

Al descubrirlo lo que vieron fue una hormiga macho joven, bastante bien formada al parecer, pero lo que más resaltaba era el color de su coraza, de un intenso color plata bastante llamativo.

La araña de inmediato se levantó del suelo y gritó con entusiasmo —¡Kyros!— Se acercó felizmente al límite de la celda —Por fin vinieron por mí, sabía que no iban a dejarme en este sitio

El susodicho se acercó a la celda y apuntó un dedo contra Sharik —¡La cagaste como no tienes idea! ¿Tienes la más mínima idea de cómo han sido estos últimos días?— Sharik negó con una expresión neutra, sin un atisbo de preocupación —¡Malvin a estado de un humor que no cabe en ese diminuto cuerpo que se carga, todas las mañanas es lo mismo, que Kyros haz esto que Kyros haz lo otro, ¡Todo por qué una estúpida araña se le ocurrió hacer un escándalo en un puesto de vigilancia aleatorio!— Kyros tomó de los hombros a Sharik y empezó a agitarla— ¡Peor aún, todos estos días he tenido que tirar de esa estúpida carroza sin ayuda— Aquí empezó a hacer jaloneos más potentes por cada palabra que salía de su boca — ES QUE, ACASO, ERES, ¿¡IMBÉCIL!?

Los Dos LordsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora