Los Dos Lords

Momentos de Hermanos

El sol brillaba intenso sobre los dos hermanos, de manera instintiva corrieron hacia una roca para refugiarse del sol abrazador.

El ambiente entre los dos a simple vista era tranquilo, pero al menos para Jade el ambiente era competitivo, aunque su trabajo era limitarse a observar a su hermana no podía dejar de lado la emoción que sentía por medir habilidad con ella.

Salvia por su parte captaba las emociones de su hermano y ciertamente le gustaban las competencias, no para mostrar superioridad, aunque a veces eso también le sentaba bien, si no en este caso por la pura emoción de medirse en un duelo de cacería.

Así empezó una de sus competencias más memorables, ambos divisaron a la vez al mismo objetivo un insecto mediano con coraza y una cabeza abultada como un mazo que caminaba sin cuidado por las grandes llanuras del desierto.

Salvia se acercó a él desde la distancia rodeándolo hasta ponerse delante de él pero lejos de su alcance, Jade lo siguió desde la distancia hasta estar a una distancia óptima para lanzar el palo afilado que usaba como lanza.

La lanza voló y calló cerca del insecto, asustándolo.

Pero lejos de fallar lo que hizo fue dirigir al bicho hacia Salvia quien esperando agachada en una pendiente espero al insecto para clavar su lanza desde abajo ignorando el blindaje superior de la criatura. Pero esto no hacía más que comenzar.

—¿Conoces la reglas no?— Pregunto jade acercándose a la presa y colocando el pie sobre ella, la competencia de verdad no había nadie más que comenzar.

—Quien logre capturar a más presas de aquí al atardecer se queda con la presa grande— Respondió la Mantis con una emoción clara y casi incontenible.

—Si pero hagamos esto más interesante, quien traiga más no solo se queda con el premio grande— señalando a la presa ante sus pies —Se queda con la cañería del otro—

Ambos se miraron desafiantes y seguros de ellos mismos, luego chocaron sus lanzas, un gesto de desafío en su tribu y con eso quedó acordado el desafío.

No sin antes enterar parcialmente el cuerpo y cubrirlo con una roca para que no fuera robado por los carroñeros.

Se dispersaron cada uno por su lado y uno visiblemente más confiado que el otro, este juego era uno que ellos mismos crearon y que supieran nadie más en la tribu lo hacía y lejos de verlo como un juego ambos lo veían como una competencia para sacar lo mejor de sí.

Ya que el verdadero potencial de las mantis siempre salía a relucir cuando tenían algo que probar o a alguien que vencer.

Sobre todo Jade cuyo único pensamiento que colmaba su mente era "Ganar" deambulaba de aquí para haya buscando una presa que cazar, claramente ninguno encontraría presas cerca de la tribu, al menos no de forma sencilla, había que alejarse, subir y bajar dunas para encontrar el lugar de cacería ideal.

Jade buscaba un terreno elevado donde poder vigilar, mientras Salvia iba más por el rastreo de presas, buscaba surcos en la arena o cualquier señal de movimiento. También ambos tenían a su disposición varías trampas sencillas, señuelos y cosas básicas como cuerda y púas sacadas de arbustos espinosos, pero como con todo tenían que tener cuidado, pues al mismo tiempo que ellos cazaban otras Mantis hacían lo mismo y puesto que el robo no era para nada algo penado debían de saber dónde colocar cada cosa, por eso también colocaron trampas cerca de su presa principal.

Mientras cazaba Salvia no paraba de pensar en los eventos ocurridos hace unas semanas, la razón por qué ahora pagaba esta penitencia. La razón era que durante todo este tiempo había estado ayudando a varios nómadas cuando se cruzaba con ellos, la mayoría se los encontraba al borde del desmayo por la falta de agua. Podría matarlos y llevarlos a la tribu, pero en todas esas situaciones se vio incapaz de hacerlo y darles agua, o lo que necesitaran y ella trajera a la mano.