Capítulo 5.

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Martes. El bus llegó como dijo Madison a las once a.m. Nos levantamos a las nueve, desayunamos café y tostadas de jamón, tomate y queso, me despedí de mis hermanos prometiendo llamar o enviar algún mensaje. Y luego, vinimos hasta una parada donde había como diez personas esperando. Ahora nos encontramos al fondo escuchando música juntas desde mi celular. Miro por la ventana y veo que el paisaje ha cambiado. Ya no hay casas, ni edificios, ni carreteras. Solo hay naturaleza, verde y frondosa. Veo montañas, lagos, ríos y bosques. Es un lugar precioso y me siento atraída por él. Siento que me espera algo bueno allí, algo que cambiará mi vida para siempre.

Madi me mira y me sonríe. Yo le devuelvo la sonrisa y le aprieto la mano. El bus se detiene y el conductor anuncia que hemos llegado al campamento. Nos bajamos y vemos un cartel que dice: "Bienvenidos al Campamento azul". También vemos otros buses parados donde hay como veinte personas hablando. Algunas nos miran con curiosidad, otras con indiferencia. Nosotras nos mantenemos unidas y seguimos al conductor hasta donde hay una mujer rubia y un hombre moreno.

—Esa es Natalie.

Natalie nos llama a todos con un silbato. Nos habla con una voz firme y alegre.

—¡Hola, chicos y chicas! Bienvenidos al Campamento azul, el mejor campamento de verano que existe. Me llamo Natalie y soy la dueña y la directora de este lugar. Junto a mí está Lucas, mi ayudante y mano derecha. Él y yo estamos aquí para que pasen unas vacaciones inolvidables, llenas de diversión, aventura y aprendizaje. ¿Están listos para vivir una experiencia única?

Todos gritamos que sí y Natalie sonríe.

—Me alegro de oír eso, porque este campamento no es como los demás. Aquí no solo van a hacer actividades típicas, como nadar, jugar o hacer manualidades. Aquí van a hacercosas que nunca han hecho antes, cosas que los van a sorprender, desafiar y emocionar. Aquí van a descubrir cosas nuevas, sobre el mundo y sobre ustedes mismos. Aquí van a crecer, como personas y como equipo. —Natalie hace una pausa y nos mira con seriedad. —Pero para que todo salga bien, tienen que seguir unas reglas. Son reglas sencillas, pero muy importantes. La primera regla es: respeten a los demás. Respeten a los monitores, a los compañeros, a los animales y a la naturaleza. No se peleen, no se insulten, no se burlen, no se hagan daño. La segunda regla es: cuiden sus cosas. Cuiden sus pertenencias, sus cabañas, sus pulseras, sus banderas. No pierdan, no rompan, no roben, no ensucien. La tercera regla es: participen en las actividades. Participen en las pruebas, en los juegos, en los retos, en los talleres. No se queden, no se rindan, no se quejen, no se aburran.

—Si incumplen alguna de estas reglas, tendrán consecuencias. Consecuencias que no les van a gustar. Pueden ser castigos, sanciones o incluso la expulsión del campamento. Así que piénsenlo bien antes de hacer algo que no deben. Pero si cumplen las reglas, tendrán recompensas. Recompensas que les van a encantar. Pueden ser premios, privilegios o incluso la victoria del campamento. Así que esfuércense al máximo por hacer lo que deben. Y ahora, sin más demora, vamos a empezar con la primera actividad. Conocer este hermoso lugar. Den vueltas por todos lados, solo tengan cuidado. Carla y Marcos les dirán dónde dormirán hoy. Dentro de dos horas nos veremos en el comedor. Así que ¡a pasarla bien!

Termina con una gran sonrisa. Carla, una mujer hermosa y parecida a Natalie, se nos acerca a donde estamos las mujeres. Somos menos comparadas con los hombres. Nos dan a cada una pulsera de un color. Nos toca la roja. Madison está contenta de que nos haya tocado el mismocolor. Cinco chicas con la misma pulsera que nosotras se acercan a saludarnos y a decirnos si nos parece bien ir juntas a la cabaña, así cada una decide dónde descansar. Aceptamos. Reconocemos nuestra cabaña porque tenía una bandera roja en lo alto.

Las cabañas de la derecha son de madera, con techos de paja y ventanas de cristal. Tienen una pequeña terraza con una mesa y unas sillas. Están rodeadas de árboles y flores. Se ven acogedoras y cómodas. Entramos en la nuestra y vemos que tiene dos habitaciones con cuatro camas cada una, un baño con ducha y un salón con un sofá y una chimenea. Hay una alfombra de colores en el suelo y unos cuadros de paisajes en las paredes. Nos gusta lo que vemos y nos repartimos las camas. Dejamos nuestras maletas y salimos a explorar el campamento. Estamos emocionadas por lo que nos espera. Las cabañas de la izquierda son similares, pero están reservadas para los chicos.

Llamas Del DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora