Capítulo 2.

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11 de febrero, 2017.

Pasado. 

Hoy es un día muy especial para mí, es mi cumpleaños número veinte. Hace un año y un mes que empecé a trabajar en El rincón del sabor, donde conocí a personas increíbles y hoy en día tengo a una mejor amiga, que sé que puedo contar con ella para lo que necesite y estará ahí para darme una mano o su hombro. A veces me quedo detrás de la barra mirando con ojos brillantes a Julián pasar con su traje y su sonrisa encantadora.

Madison dice que lo mío es un estancamiento del pasado, que me anclé solo a él porque lo sentí como mi refugio cuando mis padres fallecieron. Los suyos se estaban divorciando, entonces nuestra relación se unió a base de eso. Ella cree que es mejor dejarlo atrás, según su experiencia; si retrocediste pasos, ¿por qué no los avanzaste? En palabras de ella, estoy obsesionada por lo que no fue y no se dio. Mis padres, Carlos y Amanda, fallecieron en un accidente aéreo cuando estaban yendo a festejar su aniversario. Ese día fue el más duro, tenía nueveaños, nueveaños en los que supe que no contaría con los abrazos de mi madre y los besos en la frente de mi padre, que no estarían en mi graduación, en mi primer trabajo, que no les podría contar cómo mi corazón se hizo añicos. Jamás los vería, pero me dejaron dos hermanos maravillosos, que me aman y me cuidan. Samantha y Erick, por ellos tuve que mudarme a CoosBay, Oregon por trabajo y un nuevo aire, aunque extraño Buenos Aires, más el asado los domingos en la parrilla que teníamos detrás.

Ahora estoy en un punto de mi vida en el que no sé qué hacer. ¿Debo seguir aferrada a Julián, el chico que me robó el aliento desde el primer día, pero que nunca me ha dado una señal de que siente lo mismo por mí? ¿O debo escuchar a Madison, que me aconseja que busque nuevas oportunidades, que salga de mi zona de confort, que me arriesgue a conocer a alguien más? No quiero perder a mi mejor amigo, pero tampoco quiero vivir con la ilusión de que algún día me corresponda. Tal vez hoy, en mi cumpleaños, pueda tomar una decisión que cambie mi destino. Tal vez hoy sea el día en que me atreva a decirle lo que siento, o el día en que le diga adiós. Ya veremos.

—¿Quién cumpleaños hoy? —Madison se acerca por detrás de mí hablándome como si fuera una bebe. Fue la primera persona en saludarme, bueno, es que estaba con ella y decidió quedarse en mi casa. Sus padres adoptivos fueron los siguientes en llamarme. Son un amor de personas. La primera vez que los conocí fue dos semanas después de quedar con Madison como cocineras. Se los ve muy orgullosos de la persona que es y se está convirtiendo su hija.

—Madi.

—¿Quién?

—Yo.

—¡Mi mejor amiga, sí! Te traje un regalo.

Dejó las copas que estaba lavando apoyadas en el mantel y me secó las manos, giró viendo una bolsa verde cerca de mi rostro y Madison sonriéndome contenta. Ahora entiendo por qué se levantó temprano. Ella es una luz. Al abrirla veo un sobre blanco, por lo cual lo abro.

Querida Eva, ¡Feliz cumpleaños, amiga! Te escribo esta carta para decirte lo mucho que te quiero y lo feliz que estoy de tenerte en mi vida. Eres una persona maravillosa, llena de luz y bondad, y me siento muy afortunada de haberte conocido. Recuerdo el día que nos conocimos, desde ese momento supe que seríamos amigas. Luego nos encontramos en el café de la esquina y empezamos a charlar como si nos conociéramos de toda la vida. Fue una conexión instantánea, y desde entonces no hemos dejado de apoyarnos y compartir nuestros sueños. Eres una amiga increíble, que siempre está ahí para escucharme, aconsejarme, animarme y hacerme reír. Contigo me siento más segura y fuerte, como nadie lo había logrado antes. Me has enseñado a creer en mí misma, a valorar lo que soy, a no tener miedo de expresar lo que siento. Gracias por todo lo que haces por mí, y por ser tan auténtica y generosa. Te deseo un feliz cumpleaños, lleno de amor, alegría y sorpresas. Espero que este año sea el mejor de tu vida, y que cumplas todos tus propósitos y metas. Te mereces lo mejor del mundo, y yo estaré siempre a tu lado para celebrar tus triunfos y abrazarte en tus momentos difíciles. Te quiero mucho, amiga, y te mando un fuerte abrazo. Tu amiga, Madison.

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