Siento tanto calor a mi alrededor, pero no puedo evitar hundirme más en él. Abro los ojos y veo el sol despidiéndose en la habitación, como un beso de fuego en el horizonte. No hay duda de que los brazos que me rodean pertenecen a mi hombre.
—Buenas, cariño. ¿Descansaste?—susurra detrás de mí, y me estremezco cuando siento su aliento cálido en mi cuello.
—Buenas, novio. Si. —respondo con una sonrisa, girando la cabeza para mirarlo a los ojos.
Él gruñe en aprobación y me besa la mejilla. Le gusta mucho que lo llame así.
—¿Soy tu novio? —pregunta con voz ronca, acariciando mi cintura.
—Eres mi novio —afirmo, abrazándolo con fuerza.
—¿Así? —dice, y me da la vuelta para quedar sobre mí. Abre mis piernas para meterse y baja su cabeza solo un poco para estar cerca de mi rostro, lamo mis labios atrayendo su atención ahí.
—Lo eres. Eres mi novio, mío.
—¿Te he dicho que me enciendes cuando te pones posesiva? — murmura contra mis labios, niego con la cabeza. Sus ojos vuelven a mi rostro y jamás se apartan de los míos, él tiene una mirada tan intensa. Me encanta, me encanta todo de él. En un rápido movimiento estampa sus labios con los míos. Su acción me enloquece con una lentitud que me resulta abrumadora. Subo mis manos a su rostro y lo acuno al tiempo en que me tomó un momento seguirle el beso con la misma intensidad.
La intensidad va subiendo, y se mezcla con las ganas y el deseo. En unos segundos, el beso que tenemos ahora se transforma en más de lo que hicimos en toda nuestra relación. Se siente como si nunca nos hemos besado.
Suelto un gemido y él dio un gruñido cuando tiró de su cabello para acercarlo más a mi si eso es posible. No estoy segura de cuánto tiempo estuvimos besándonos, pero cuando ambos nos separamos por falta de aire, él se encuentra perfecto. Junto mi frente con la suya y entreabro mis labios para que el aire entre.
—Eva—susurra mi nombre y yo sonrío. Mi nombre en sus labios me da ganas de atarlo a la cama.
—¿Sí, cariño?
Ante su mirada inundada de deseo le quito la playera de puntitas, al final de la frazada besa mis labios, desliza sus manos desnudas en mis hombros bajando los tirantes de mi pijama. Con su boca retiene los jadeos que provocan sus rápidos movimientos. Con una sonrisa siniestra desciende lo que resta. Alza un extremo del vestido, separa ligeramente mi pierna derecha, mi primera reacción es cubrir mi boca y llevar mi mano a su cabello.
Se quita la única prenda que oculta su desnudez. Controlando lo más que puede su respiración. Abre mis piernas a la altura de sus antebrazos sin detener lo que hace, sus roces desprenden una corriente eléctrica desde la punta de mis pies hasta sobrecalentar mis mejillas. Sin perder el tiempo me aleja para abrirse paso en mí.
Siento como mis pliegues se abren y un calor inmenso me invade antes de que se adentré con fuerza haciendo que suelte un quejido alto. Su invasión comienza lenta y profunda hasta que se acomoda. Muerdo su labio y suelto un gemido de lo mas profundo de mi garganta. El sabe como moverse y que lugares tocar para desarmarme, somos una llama juntos.
Mi cuerpo suelta la tensión cuando se libera en mi interior y cae unos segundos sobre mí, nuestros cuerpos sudados se abrazan un momento, me deposita un tierno beso en los labios antes de abandonarme y tenderse a mi lado abrazándome por la cintura.
—Me esta gustando esto de dormir siestas.
Suelto una carcajada. A mi también.
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Llamas Del Destino
RomanceEva, una talentosa chef en busca de un nuevo comienzo, se encuentra con Elian, el encantador sobrino de un magnate gastronómico, durante un campamento de verano. Desde el primer instante, Eva y Elian sienten una conexión eléctrica e instantánea, que...