Capítulo 8.

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Tercera semana.

La semana pasada fue el mejor día de mi vida, aún no puedo creer haber visto las estrellas de esa manera. Elian me sorprendió y me encantó que haya mostrado su lugar secreto. Siento que desde ese día estamos más unidos, hablamos más seguido y en público, como ahora que está sentado al lado mío comiendo en el comedor con su hermano y Matthew. Ahora sé varias cosas sobre él, y cuando me contó lo de Maia estuve a punto de contarle lo de Julián y Sam, pero me mantuve callada escuchándolo, sentí que era su momento de soltarse, ya llegará el mío. Hoy tenemos una actividad especial, se llama "Comodín", el juego consiste en participar en varios retos hasta llegar a la final, y el ganador se gana una carta para hacer lo que desea. Puede hacer una fiesta, etc.

—Bellezas. ¿Participan? — Matthew habla con la boca llena mirándonos. Hago una mueca, pude ver los pedazos de masa. Elías que está a su lado le da un golpe en la nuca.

—Traga, después habla.

—Eso me dolió. Idiota.

—Lo tienes merecido, hay mujeres. Respeta —habla Elian —Dotty, come o se va a enfriar.

Giro la cabeza a mi plato. Estos fideos con salsa están ricos, pero honestamente no se me antoja comer mucho.

—¿Qué? Así, no tengo más hambre.

—Tienes que comer ¿O no vas a participar? — pregunta Anne, terminando los suyos.

De la mesa somos cinco con mi mismo plato y los demás, una tarta de fiambre y queso. Acompañado de papas fritas.

—No. Solo iré a mirar. Además, se van a unir mucho, no creo tener posibilidades de ganar.

—Tiene razón. Yo miraré — opina Greta.

—Yo sin duda participaré, no desaprovecharé la oportunidad de tener cuerpos masculinos a mi alrededor — salta Mara riéndose.

—A ti ninguno te iba a preguntar. Ya sabíamos la respuesta.

—¡Rocío! ¿Eres mi amiga o enemiga?

—¿Vas a darme ánimo? — susurra Elian en mi oído, huelo su colonia Dior Sauvage y el acondicionador que usa.

—¿Quieres que grite tu nombre?

Lo miro de reojo, sintiéndolo tensarse y lentamente una sonrisa enorme se extiende por su rostro. Lo golpeo en el brazo.

—¿Qué? — suelta divertido.

—No te hagas.

—Quiero que grites mi nombre, Dotty. Verás que ganaré.

—Ya veremos.

Ambos reímos y al girar la cabeza, todos están mirándonos con sonrisas pícaras. Me remuevo nerviosa. Después de terminar de comer, nos dirigimos al campo de juegos, donde nos esperan los monitores con las instrucciones. Me coloque protector solar porque hoy esta un poco caluroso. La primera prueba es una carrera de obstáculos, donde hay que saltar, trepar, arrastrarse y esquivar varios elementos. Los chicos se apuntan sin dudarlo, y yo me quedo al margen, animándolos con Greta, Madison, Roció y Michael. Supuse mal que se anotarían muchos, son unos diecisiete.

La carrera empieza y Elian sale disparado, dejando atrás a sus rivales. Es ágil y rápido, y parece que nada lo detiene. Mara y Anne están detrás, intentando alcanzarlos. Grito por ellas. Solo son siete mujeres, quizás solo la mayoría sabía que los hombres iban a notarse. No digo que no tengan posibilidades, pero ellos son más fuertes y veloces. Mis ojos lo ven llegar el primero a la meta, y no puedo evitar gritar de alegría. Otros llegan detrás festejando, aplaudimos por los que participaron. Solo pasaron diez.

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